16 mayo 2006

Chávez deja mudo al alcalde de Londres

Ken Livingstone invitó a «venir otro día» a los que quisieran preguntarle qué opina de Bush.-

Por: Gonzalo Suárez

El presidente venezolano,
ayer, en un momento de su
intervención ante los periodistas


Londres- Hugo Chávez añadió ayer una nueva distinción a su variopinta carrera política: la de convertirse en el primer líder político en quitar el habla al parlanchín alcalde de Londres, Ken Livingstone. Durante una multitudinaria rueda de prensa, el presidente venezolano no puso límites a su chaparrón dialéctico: abordó desde su desprecio hacia el «genocida» George Bush hasta la «justicia» del programa nuclear iraní, pasando por los méritos de la arquitectura de Norman Foster, los atascos de tráfico de Caracas o la «estupidez» de las preguntas de algunos periodistas.

Consciente de que le resultaba imposible competir en locuacidad con su célebre invitado, a «Ken el Rojo» no le quedó más remedio que despedir el encuentro con una irónica coda: «Si alguien quiere venir otro día y preguntarme qué opino sobre Bush, será bienvenido», proclamó con un cierta dosis de resignación.

Lecciones de «diplomacia». Rodeado de una nutrida clac de seguidores que ovacionó todas sus ocurrencias, Chávez se encaró con los periodistas que osaron ponerle en aprietos. «¡Qué pregunta más tonta!», respondió cuando un veterano reportero de la cadena norteamericana de televisión CNN le preguntó por qué no ha aprovechado el viaje para reunirse con Tony Blair. «Le aconsejo que se lea un manual de diplomacia y se entere de lo que es una visita privada», le espetó.

Minutos después, se indignó cuando le compararon con Bush por dividir tajantemente el mundo entre partidarios y enemigos. «Es la primera vez que me ofenden tanto en público al compararme con el mayor genocida de la historia», respondió. «¿Qué le lleva a hacerme esa pregunta? ¿He invadido algún país? ¿He utilizado a la CIA para matar presidentes? ¿Hemos protegido a terroristas en Venezuela? ¡Ése es Bush!».

Entre constantes digresiones, Chávez encontró un hueco para abordar uno de los asuntos más urgentes de la agenda internacional: la crisis iraní. Así, el presidente venezolano subrayó que está «seguro» de que el régimen teocrático de Teherán «no está desarrollando una bomba atómica» y añadió que «los iraníes quieren paz y diálogo».

«Embargo» petrolífero. Además, no descartó la posibilidad de cortar el suministro de petróleo a la economía estadounidense si el presidente Bush declarara la guerra a Irán. Aun así, negó que Venezuela esté promoviendo sus objetivos diplomáticos a golpe de «petrodólares» y aseguró que sólo quiere compartir la riqueza con el pueblo «y no sólo con las elites».

Por ello, achacó su mala fama internacional a una «estrategia goebbeliana» diseñada en Washington: «Han repartido una cartilla por el mundo para que se repita que soy un imperialista y un terrorista… ¡Qué cosa más absurda!», se quejó.

Su comparecencia fue el momento cumbre de una visita «privada» en la que se ha reunido con el alcalde, empresarios británicos, decenas de diputados afectos, representantes de los principales sindicatos y famosos izquierdistas como la modelo Bianca Jagger o el dramaturgo Harold Pinter. Con esta abultada agenda, no logró encontrar ni «media horita» para tomarse un té con el primer ministro Tony Blair en Downing Street.

Hoy continuará Hugo Chávez su gira diplomática en Argelia, y posteriormente en Libia. Aunque, eso sí, ayer se acordó de la Reina Isabel II, con quien ya se reunió en 2001, a quien mandó su «saludo» y «respeto» minutos antes de concluir su «show» ante los periodistas.


Tomado de: La Razón (España)

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