31 enero 2010

2010 Y SUS DESAFÍOS

o... cuando el enemigo acecha.

Del Funcionario al servidor público, del partido para ganar elecciones al partido de cuadros... Una reflexión acerca del desafío para la Revolución Bolivariana en este 2010.


Por, Martín Guédez



2010 es un año cargado de desafíos y resoluciones revolucionarias trascendentales. El Imperialismo restaurador viene a por lo suyo y no dará tregua. El objetivo de extirpar la Revolución Bolivariana y con ella todos los procesos libertarios que a su influjo recorren hoy su otrora tranquilo “patio trasero” está hoy claramente descubierto y en pleno desarrollo. La mejor –acaso la única- forma de derrotar a un enemigo consiste en descubrir su estrategia. En el cumplimiento de sus planes el imperialismo no descarta nada para lograr su objetivo. Desde la utilización de los mecanismos que le ofrece el marco jurídico burgués que aún persiste, hasta la salida siempre presente del golpe de estado en sus diversas versiones.

La Revolución Bolivariana enfrenta un enemigo poderoso, sagaz e inteligente, pero sobre todo, un enemigo sin escrúpulos, amoral y asesino. El ejemplo cubano –que para algo tienen que servir los ejemplos- es un libro abierto. Sólo un pueblo movilizado, consciente, decidido y con clara percepción del plano en el cual se produce este enfrentamiento puede detenerlo y vencerlo. Esta movilización popular debe alcanzarse aún en medio del hándicap que significa la presencia de un aparato burocrático estatal que, en lo fundamental, sigue siendo el mismo que sirvió de instrumento de opresión a los gobiernos burgueses a lo largo de nuestra historia republicana. La Revolución tiene que alcanzar un grado de eficiencia y calidad tal en la prestación de sus servicios a la sociedad como gobierno que desarme toda posibilidad de ataque de la derecha. Una revisión a fondo de todo el funcionariado estatal es imprescindible. Servidores públicos y no funcionarios debe ser un objetivo radical del gobierno revolucionario. El paso del objetivo propuesto por la dirección revolucionaria a su realización en forma excelente debe ser el más corto posible. Para ello se debe implementar un sistema de medición y contraloría en la ejecución de tareas absolutamente inflexible. Desde gobernadores, alcaldes, diputados, concejales, gerentes de institutos autónomos, hasta el servidor público que atiende directamente a las personas en sus necesidades cotidianas, tienen que demostrar solicitud, buen trato y eficiencia o ser removidos.

Por otro lado urge la tarea de dotar a la Revolución de un partido capaz de ser el corazón eficiente del motor revolucionario como instrumento imprescindible para alcanzar la ansiada eficacia con precisión quirúrgica. La necesidad impuesta por el sistema “democrático” burgués de disponer de un partido para ganar elecciones no puede soslayar la necesidad de tener también un partido de cuadros bien formados, ideológicamente claros y sólidos, comprometidos hasta la vida misma con los valores socialistas que deben transmitir y comunicar desde la ciencia y el ejemplo. Esto implica una definición doctrinaria precisa, clara y contundente, una definición doctrinaria que sirva de azimut a todos y marque con claridad el rumbo. En este sentido, el sistema de medios públicos debe jugar un papel de primera línea a fin de alcanzar los fines de dar a conocer, educar y formar en los valores socialistas al punto de generar en nuestro pueblo verdadera conciencia revolucionaria. De la mano de esta intensa campaña con todos los medios al alcance de la Revolución, el trabajo insustituible de inserción y contacto cara a cara, calle a calle, fábrica a fábrica, barrio a barrio, corazón a corazón y piel a piel. Nos dará la victoria.

En el aspecto doctrinario hemos de sacudirnos de toda vacilación. La presencia de propuestas reconciliadoras y ambiguas es engañosa y sólo conduce al reformismo capitalista. Una sociedad socialista nunca se alcanzará en convivencia con el cáncer de la explotación del hombre por el hombre, característica fundamental del capitalismo. Son modos totalmente excluyentes de concebir al ser humano, a la vida, a la naturaleza y al mundo. Cualquier forma de coexistencia táctica con formas de economía capitalista tiene que ser exactamente eso: una coexistencia táctica destinada a su superación a favor de una sociedad, unas relaciones humanas y una economía socialista. De modo que admitir el sentido táctico de una coexistencia no puede asumirse como la aceptación de una forma de explotación económica radicalmente rechazable, no por alguna forma de integrismo doctrinario sino porque el capitalismo y sus antivalores son el camino al infierno y el fin de la especie humana por más caretas “humanistas” que se ponga.


Por, Martín Guédez

2010 AÑO DE LA CAMPAÑA ADMIRABLE
¡PATRIA Y SOCIALISMO…O MUERTE!
¡¡¡VENCEREMOS!!!

24 enero 2010

HAITÍ ABARROTADA DE PETROLEO...

o cuando el águila se vuelve buitre...

Tanto se escribe y cuanto no se cree... solo queda esperar para ver quien tiene razón... Nos queda unicamente leer esto y recordarlo bién.... algún dia, no muy lejano podremos compararlo con las noticias que llegarán, y entonces habrá que ver quién deberá bajar la cabeza; seré de los primeros en caso que yo esté hablando "pistoladas" sin sentido.... Demos tiempo al tiempo.
-Holger Jorgensen-


Por: Braulio Martínez Zerpa (*)



Por fin se desvela el por qué del marcado interés del Imperio Yankee en Haití, sobre todo en las cuatro últimas décadas del siglo pasado, donde no ha habido un solo gobierno en ese País que no haya sido impuesto y tutelado por el Imperio; de manera, que les propongo que hagamos un breve resumen de esos gobiernos a ver si es verdad o no lo que aquí se afirma y así poder ir desvelando el misterio.

En 1.957 el imperio coloca en el poder al dictador Jean Claude Duvallier (Papa Doc), que gobernó al País con mano de hierro, imponiendo el terror con sus famosos Ton Ton Macutes, que lanzaban a un pozo lleno de caimanes hambrientos a sus adversarios. A su muerte en 1.971, y por imposición imperial le sucede su hijo Francoise Duvallier (Baby Doc), quien siguió los mismos métodos de crueldad que su padre, pero se convirtió en un “play Boy” ocioso e inepto, descuidando el mandato del imperio; y así en 1.986, a través de un golpe de estado, el Imperio coloca en el poder al jefe del Ejército Gral. Namphi, el Imperio ordena que se llame a elecciones, que gana Manigat, pero las discrepancias continúan y así los golpes de estado, hasta que en las elecciones de 1.990 gana la presidencia, en su primer período, Luis Bertrand Aristide, quien a pesar de implantar una política neo liberal, no era del agrado del Imperio; y así el Imperio, a través de un nuevo golpe de estado, en 1.991, coloca en el poder al Gral. Raoul Cédras; después de un bloqueo, el Imperio llama a elecciones en 1.995 las cuales gana René Preval, quien gobierna hasta el año 2.000. En las elecciones de ese año, asciende al poder en su segundo período Luis Bertrand Aristide, quien da un giro a la izquierda acercándose a la Venezuela Revolucionaria del Presidente Chávez y a la eterna Revolucionaria Cuba, cosa que el Imperio no podía aceptar, y así en el año 2.004, es secuestrado por los soldados del Imperio y llevado en un avión militar a Sur África, donde se encuentra en la actualidad, sin posibilidades de regresar. En las elecciones del año 2.006, gana la presidencia René Preval, quien es el actual Presidente de Haití.

Ahora bien, la pregunta es: ¿por qué tanto interés en el Imperio Yankee por un País, pobre, pequeño (27.750 km2, algo menor que el Estado Monagas), sin mayor trascendencia y lleno de tantos problemas?. Muchos analistas hablan de su cercanía a Cuba; del control de las comunicaciones marítimas hacia el Norte a través del Canal del Viento (entre Cuba y Haití) , porque les daría un mayor control en el Caribe; y, porque evitaría de esta forma que Venezuela se acerque a Haití con propuestas socialistas como Petrocaribe, construcción de viviendas (cosa que ya está haciendo), que puedan hacer sentir en el pueblo haitiano aires de verdadera libertad, igualdad y justicia social, tan necesarias en un País sumamente golpeado por el Imperio Yankee. Por supuesto que todas estas cosas son ciertas, pero hay algo sobre lo que se ha mantenido el más rígido y hermético secreto, se trata de la existencia de grandes yacimientos de petróleo, gas y otros minerales estratégicos en Haití.

Sobre esto, voy a citar un artículo publicado ayer 22/01/10, en la Página War in Iraq, de Marguerite Laurent, donde se ofrecen fechas, datos y cifras que dejan ver que no sólo existe petróleo y gas en Haití, sino oro, uranio, etc.. Comienza diciendo la autora, que en un artículo publicado en octubre del año 2.000, por Bob Perdue, tercer propietario de la plantación Dauphine, donde se supone existen grandes yacimientos de petróleo, nos dice: el 8 de noviembre de 1.973, La sra Martha Carbone de la Embajada de EEUU en Puerto Principe, Haití, envió correspondencia a la Oficina de Energía y Combustible del Departamento de Estado, que el Gobierno de Haití había recibido propuestas de ocho grupos diferentes, para construir un puerto en las aguas profundas y las instalaciones para transferir el petróleo a tanqueros de EEUU y llevarlo a los puertos del Este de ese País, se menciona que el Presidente Duvallier estaba participando en dicha propuesta.

Nos dice que en el año 2.004 Bush hijo propició el golpe de estado que secuestró al Presidente Aristide y lo sacó fuera del gobierno, porque ya estaban realizándose las discusiones para el establecimiento de estaciones de taladros costa afuera de Haití, ya que realizarlo en el interior de Haití requeriría de grandes puertos para operar los super tanqueros y las estructuras de la costa Este de USA no estaban preparadas aún para recibir estos tanqueros. Pero, que todo ello dejaba claro que se trataba de grandes cantidades de petróleo.

Pero el artículo en cuestión dice que no sólo existen grandes yacimientos de petróleo en Haití, sino de gas, iridio, cobre, diamantes, oro, uranio y otros minerales. Será por ello que EEUU ha construido en Haití la quinta más grande Embajada en el mundo, después de la de China, Iraq, Irán y Alemania.

Hay que pensar, que si el Imperio no había decidido comenzar a explotar industrialmente estos grandes yacimientos, era porque para el momento contaban con fuentes como: Arabia Saudita, ahora Iraq, Venezuela, Méjico, etc. Pero el panorama ha cambiado, las reservas de Arabia Saudita tienen un límite, Venezuela, a pesar de que lo han intentado y siguen en ese empeño, ya no es una colonia de ellos; en Iraq, no han podido explotar el petróleo en las cantidades que desean porque los patriotas de ese País no se lo han permitido; Méjico está confrontando el problema de que se está quedando sin reservas. Por manera, que ya el Imperio se dio cuenta que el momento de explotar el petróleo de Haití ha llegado, y por eso, está actuando en consecuencia.

Los que hemos seguido la actuación estratégica de ese Imperio, sabemos que ellos necesitan crear un gran acontecimiento; y así vemos, que para invadir a Afganistán y apoderarse de la explotación y mercadeo del opio; para invadir a Iraq y apoderarse de su petróleo, requirieron de este gran acontecimiento,” derribar las Torres Gemelas de Nueva York” , necesitan establecer el “caos”, de manera de justificar sus acciones depredadoras; algo parecido ha pasado en Colombia, la invaden con siete bases militares con el pretexto de combatir la droga y su tráfico, cuando todos sabemos que ellos han multiplicado por cuatro su producción; pero que en el fondo subyace una invasión a Venezuela para apoderarse de sus grandes recursos (la reserva más grande petróleo del mundo y una de las más grandes de gas). Reservas estas que le son indispensables para su subsistencia como imperio.

Pero volviendo a Haití, cual podría ser este gran acontecimiento que sembrara el caos y así apoderarse de sus grandes recursos energéticos, no cabe la menor duda que ese acontecimiento es el gran TERREMOTO de 7.3 grados acaecido en Haití el 12 del presente mes y año y sus seis réplicas de cierta magnitud. Ellos tienen la tecnología para hacerlo, recuerden todo lo que se ha escrito del famoso Proyecto Haarp, donde no sólo se manipula el clima (sequías, inundaciones, huracanes, etc.), sino que se pueden fabricar terremotos en sitios escogidos por ellos y en la magnitud seleccionada. Nunca antes se habían sucedido tantos terremotos en el continente como los sucedidos entre el 12 de enero, día del terremoto en Haití y el día de hoy 23 de enero de 2010, veinte (20) terremotos de magnitud media y media alta; se han paseado por las diferentes fallas continentales y extra continentales, tal como el mortífero terremoto de China donde perecieron tantas personas. Yo me atrevo a decir que estas prácticas tiene la finalidad de poner a punto sus métodos para producir un gran terremoto aquí en Venezuela, con replicas vigorosas que produzcan el caos necesario para mandar sus indeseables tropas y apoderarse de nuestros recursos energéticos y convertirnos nuevamente en colonia de ellos.

Acaso creen ustedes que era lógico que mandaran más de veinte mil (20.000) soldados a Haití, que tomaran todos los aeropuertos del País, sus hospitales, sus puertos y demás puntos estratégicos, que acapararan todos los insumos y alimentos que otros países han enviado con tanto amor y sacrificio, para que ellos, cuando así lo decidan los repartan al pueblo; tienen un gran hospital flotante para atender a su gente solamente. Acaso creen que los demás somos pendejos o eunucos mentales que no nos hemos dado cuenta que estas actitudes son el preludio de una gran invasión, en etapa de ejecución, a ese hermano País, minuciosa y diabólicamente planificado para quedarse allí hasta que les roben sus propios recursos. Yo les digo, que el que mucho abarca poco aprieta y que esta manipulación al clima en contra de las leyes de Dios, se les devolverá como un bumerán.

Para concluir hago un llamado al Gobierno y pueblo venezolano, que estemos muy pendientes de los pasos de este imperio depredador, porque si esto han hecho con un País que no posee el caudal de recursos que posee Venezuela (que les son indispensables), que no harán aquí, y les digo que no está muy lejano el día en que lo intenten, por eso tenemos que denunciarlos ante todos los organismos internacionales; y, sobre todo prepararnos muy bien en la guerra irregular. A inscribirse en la Milicia Bolivariana lo antes posible…no es juego.


Patria, socialismo o muerte…venceremos.

(*) Braulio Martínez Zerpa. Coronel en situación de retiro de la Aviación Militar Bolivariana y abogado en ejercicio.

23 enero 2010

¡¡SE CAE HAITÍ!!

o... indolencia del gringo...

Los grupos internacionales de socorristas son engañados, desviados de sus tareas, no se les orienta hacia dónde ir.


Por: Miguel A. Jaimes (*)
Tomado de: www.aporrea.org


Lo último desde Haití: una Monja arrodillada reza sus últimas oraciones ante el cuerpo del Arzobispo, rescatado por la brigada mexicana. Los cadáveres están ardiendo en las calles, ya no dan a bastó para enterrarles. Con cada sismo colapsan las pocas estructuras que quedaban. Los Marines estadounidenses están desviando aviones internacionales que vienen con ayuda. Un Coronel de las Naciones Unidas declara que en quince días todo volverá a la normalidad, que rápido se zafa este organismo de sus responsabilidades. A los aviones médicos de Médicos Sin Fronteras les han prohibido aterrizar. El portentoso barco medico estadounidense anclado en la bahía haitiana solo ha atendido a diez heridos.

Aun no aparece sobre la faz de este terrible mundo un miserable laboratorio médico anunciando que al menos donaran algodón, que triste es vivir en este mundo con tanta miseria espiritual.

En Haití, tristemente todo ha colapsado, no hay concepto para tratar de definir lo que pasa en este importante enclave geopolítico y estratégico en la agonizante nación del Caribe Oriental.

Mientras el mundo sucumbe ante la desgracia sufrida, tratando de ayudar a la desesperación de este sufrido pueblo, haciendo lo necesario para que pueda ingerir un bocado el cual sus habitantes no obtienen en días, otros, entre esos las Naciones Unidas y la Organización de Estados Americanos descansan en sus cómodas sillas de cuero, emitiendo comunicados: estamos evaluando la ayuda.

En paralelo con la desgracia, apurados los Estados Unidos despliegan el operativo estratégico militar más grande de la región, en vez de coordinar la estructura logística para desplegar de manera inmediata ayuda humanitaria, trazan puntos estratégicos para controlar militarmente cada metro del país.

Aun contando con importantes especialistas en materia de desastres, sabiendo que la situación de la población tiende irreversible y velozmente a agravarse, muy al contrario de todos los escenarios de alarma, empeñan su logística y preparación en impulsar el ahogo de esta nación.

Preval, ya no es el Presidente de este devastado país, ha sido objeto de un golpe de crisis paralizante, lo han desprendido del cargo y el no contar con un equipo de emergencia a hecho que los EE.UU le intervengan el país.

La población no le reconoce, pues sus órganos militares y policiales reprimen en vez de ayudar a paliar la grave crisis, la especulación se elevo a niveles inimaginables por cualquier sensato, esto hace que a cada momento el país se derrumbe estrepitosamente.

La población está tratando de salir en desesperadas canoas, enfrentándose a la bravura oceánica, las principales islas cercanas están a cientos de millas, y no podrán resistir la navegación, ahora veremos un mayor número de cadáveres, esta vez esparcidos en alta mar.

Otros preferirán morir en un último intento desesperado por obtener un puñado de arroz que arrastra sus granos caídos en empolvoradas calles que resisten cada día las replicas de la naturaleza.

Haití es actualmente una terrible vorágine, en Puerto Príncipe se debaten los pocos sobrevivientes del holocausto caribeño. No hay ministerios, la presidencia está cerrada, los legisladores no existen, la autoridad es acusada por los dedos de los hambrientos que ven como negocian a elevados precios la ayuda internacional.

Los grupos internacionales de socorristas son engañados, desviados de sus tareas, no se les orienta hacia dónde ir. Solo se escucha la voz de un pueblo que grita: hambre, sed, por favor ayuden a mis padres, a mis hermanos, a mis hijos, estamos muriendo.

Lo último: un niño de apenas nueve días de nacido es rescatado aun vivo esta noche, sus padres a un lado muertos le protegían con sus aplastados cuerpos…


(*) Por: Miguel A. Jaimes
M Sc. Ciencias Políticas
Para: www.aporrea.org

22 enero 2010

EL 23 DE ENERO DE 1958

o crónica de una muerte anunciada.

Liderazgo verdadero o muerte

El 23 de enero de 1958 significó el final de un régimen basado en el predominio del poder y la dominación castrense que comenzó en 1952 con el gobierno personalista del dictador Marcos Pérez Jiménez.
-Efemérides-MiPunto.Com-


Por, Martín Guédez


En la naturaleza de las agrupaciones de animales de las más variadas especies el liderazgo recae sobre los más aptos, los que con su guía y conocimiento garantizan la vida del grupo, no hay posibilidad para la impostura. Bastaría ver una agrupación de pájaros, una manada de elefantes o un cardumen de peces para distinguir claramente cómo el instinto los lleva a seguir a los líderes con absoluta confianza en ellos. No es así –aunque debería serlo- entre las agrupaciones humanas. Al decir de José Ingenieros, el ser humano es con mucho el más hábil, entre todas las especies, para mimetizarse y engañar mostrando lo que no es y escondiendo lo que realmente es. Ni camaleones, ni serpientes, ni ninguna otra especie animal se acercan ni de lejos a esa capacidad para el mimetismo y el disimulo desarrollada en la lucha por la subsistencia por el ser humano.

Entre los humanos, a veces y sólo a veces, se encuentra la coherencia perfecta entre lo que el líder muestra y lo que realmente es. Cuando esto ocurre, cuando lo líderes lo son de verdad y su liderazgo recae sobre unas condiciones de visión, entrega, inteligencia, preparación y abnegación a toda prueba, estamos ante esos personajes que conducen a sus pueblos al triunfo. Por eso son pocos y recordados con agradecimiento por toda la humanidad mientras la humanidad exista. Allí están como mágicos adelantados, como especie rara, como héroes de verdad, José Leonardo Chirinos, Simón Bolívar, Sucre o Simón Rodríguez, entre nosotros, y Lenin, Trotsky, Mao, Ho Chi Min, Fidel o el Che, en un ámbito más amplio. Fueron Líderes (con mayúsculas y negritas), supieron colocarse a la cabeza de sus pueblos, anticipar los signos de la historia y generar los cambios. Aquí está hoy entre nosotros el veguero de Sabaneta, el líder Hugo Chávez Frías, demostrando este axioma.

Fijémonos que casi podemos contarlos con los dedos de las manos, tal es la escasez de estos personajes entre los humanos. En la inmensa mayoría de los casos se impone el mimetismo, la mediocridad bien disimulada y el oportunismo para desgracia de los pueblos. El poder que llegan a desarrollar estos enanos históricos es tal que incluso logran esterilizar la savia fértil de los líderes verdaderos, conduciendo al fracaso al grupo humano aún con el sacrificio de los líderes auténticos. Como especie de Midas al revés, todo cuanto tiene la mala fortuna de ser tocado por ellos se vuelve nada, lo tornan excremento.

El 23 de Enero de 1958, cuando sobre el sacrificio de miles de luchadores y luchadoras se alcanzó el derrocamiento de Marcos Pérez Jímenez, las condiciones objetivas y subjetivas estaban dadas para conducir el movimiento popular a un salto cualitativo que empezara a transformar la historia de explotación y opresión. El liderazgo no estuvo a la altura de los desafíos. Sus acciones u omisiones sembraron la duda entre la masa trabajadora y apenas al mediodía del mismo 23 de enero, todo se había perdido. Todo lo que vino después, al altísimo precio de la sangre, la muerte y el encarcelamiento de toda una generación de luchadores fue “la crónica de una muerte anunciada” Al liderazgo le faltó temple, decisión y conciencia revolucionaria para aprovechar el momento y el momento se perdió.

Al amanecer del día 23 de enero, el país conocía de una Junta de Gobierno. La Junta la constituyeron el contralmirante Wolfang Larrazabal como presidente y los coroneles Carlos Luis Araque, Pedro José Quevedo, Roberto Casanova y Abel Romero Villate. Al amanecer del día 23, los venezolanos, animados por el liderazgo, celebran la caída de Pérez Jiménez, a la vez que protestan por la presencia en la Junta de Gobierno de Casanova y Romero Villate, reconocidos miembros del perejimenismo; hasta allí no había nada que objetar, resultaba lógico objetar la presencia del “Turco” y el “Gato” en la Junta; la miopía o la falta de conciencia de clase y liderazgo verdadero vino a las pocas horas. Mediante acuerdos palaciegos los coroneles repudiados fueron sustituidos, pero no lo fueron –como debió ser- por miembros de la Junta Patriótica, sino que hicieron su entrada a la sede del gobierno, Blas Lamberti y Eugenio Mendoza, banquero el uno y comerciante avispado el otro. La burguesía entró a Miraflores y en ese instante salió de Miraflores el pueblo. Y colorín, colorao, el cuento se ha terminado. La historia es un profeta que mira hacia atrás. Hoy, cuando la historia nos coloca ante un instante histórico, aprendamos de ella. Que falsos líderes no nos confundan con cantos de sirena. La lucha es a muerte –siempre lo ha sido- entre dos sistemas que se repelen, se niegan y no admiten componendas ni inventos de “socialismo nuevo” o “capitalismo humano”. El Socialismo es camino al paraíso perdido del Comunismo (así con mayúsculas y sin complejos) o es reformismo y restauración del infierno capitalista.


Por, Martín Guédez

¡¡¡Al capitalismo ni tantico así!!!
¡Chávez es Socialismo!
Patria y Socialismo… o nos espera la Muerte.
¡¡¡VENCEREMOS!!!

19 enero 2010

CORRUPCIÓN POLÍTICA EN VENEZUELA…

o la eterna maldición de la patria…

El modo de hacerse popular y gobernar bien, es el de emplear hombres honrados aunque sean enemigos
Simón Bolívar

Por. J. W. de Wekker Vegas


En el comienzo del libro “El cachorro Juan Vicente Gómez” por Rafael Gallegos Ortiz se cuenta que el Cabito Cipriano Castro en sus años mozos en su pueblo natal mantuvo amores con la hermana del cura de almas del pueblo… amores que terminan en una desfloración y en un “duelo por honor” entre el cura y él; duelo en el cual el Cabito es quien saca el mejor partido ya que hiere, en un brazo, de un balazo al cura… ¡escándalo! –“pueblo pequeño infierno grande”- sale Cipriano en huida y termina en Colombia (por cierto donde conoce a JVG) mientras, por lo “notorio” del hecho, el juicio se radica en Caracas… ¿Por qué les cuento eso?... bien, Cipriano le escribe ya en la segunda mirad del 1800 a sus abogados en Caracas y en la carta hay un párrafo que es una joya y dice algo así como:

“Es que no hay nada más corrupto que la Justicia en Venezuela”…

Y es verdad, la corrupción campeaba por los suelos venezolanos desde las épocas de la independencia… “los amos del valle”, fortunas venezolanas, nacidas del contrabando, latrocino y saqueo de la cosa publica después de la muerte del Libertador, son las mismas que llegan a nuestros tiempos enorgulleciéndose de ser “descendientes” de los libertadores… Hay que recordar que la “Guerra a Muerte” acaba dentro de Venezuela con aquellas fortunas tradicionales coloniales y que todas las “nuevas” fortunas fueron mal habidas en un comienzo; éstas se hibridan con las del los “Doce Apóstoles” quienes a lo largo de la Cuarta República saquean el erario nacional para conformar los que es hoy la casta oligárquica venezolana que adversa la Revolución.

Leyendo un artículo de prensa nicaragüense de hace casi un par años me saltan a la vista los siguientes párrafos:

En un país donde la corrupción política se tolera abiertamente podemos estar seguros de que sus pobladores están faltos de moralidad. La pregunta de fondo es: ¿Cómo la corrupción política alimenta la inmoralidad en la población?

De muchas maneras, aquí presentaré tres:

A) Al aceptar la corrupción política como un modo de vida, la gente también acepta la deplorable realidad de que la única forma de acceder a un modo de vida decente es haciendo trampas y chanchullos de toda clase. Se adopta así un patrón de comportamiento de hacer riquezas en el corto plazo y de cualquier manera aunque sea violando la ley. El arreglismo, el eliminismo o exclusionismo, el egoísmo y el consumismo materialista se convierten en un modo de vida. La gente mira exclusivamente a través de la lente que enfoca únicamente lo que la afecta en lo individual sin importar lo que le suceda a los demás. Y así, el individuo pierde el don de la solidaridad y su capacidad de protesta frente a los abusadores del poder, pues responde aisladamente y solitariamente (si acaso lo llega a hacer) hasta cuando le pisan sus callos.

B) La gente llega a despreciar el lenguaje político sensato que pide moralidad (pues sienten que ellos quizás ya la perdieron), y que también pide solidaridad hacia los problemas de otros (incapacidad de ver que eventualmente esos problemas de los otros lo afectarán a él o ella), y así, se tornan fácil presa de quienes controlan los instrumentos de poder. Pedro X Molina expresó magníficamente en su caricatura del sábado 3 de mayo en END, que “así como hay revolucionarios de escritorio, hay demócratas de sofá”, quienes dicen: que lo hagan otros, o que no quieren asolearse, y tienen boluda, o no les gusta darse color, o que la cosa no es para tanto. En su desfachatez estos cínicos creen que no harán ninguna diferencia o simplemente les vale!

C) El individuo que acepta el status quo del Pacto y la corrupción acepta la ilegalidad y la injusticia. Como carece de compromiso moral, esto es, de hacer lo que se debe hacer independientemente de uno mismo y sus intereses personales, considera normal proceder con “arreglismos”, argucias legales, sobornos, exclusionismos, etc. Lo que el sistema le enseña es que puede ser mediocre y recibir premios, ser extorsionador, “piñatero” o ladrón de bancos y del erario, y hacerse rico impunemente, y sus hijos codearse con los hijos de la oligarquía en las mejores escuelas, y más. Estos son algunos efectos perniciosos que la clase política corrupta produce en la población, a la cual le hace creer que ésa es la manera normal de funcionar en la sociedad, convirtiendo así sociedad en suciedad.

De algo debemos estar claros, y es que los políticos corruptos continuarán actuando con objetivos puramente personales o de gremio y en salvar su pellejo. Una vez implantada la corrupción como modo de vida es prácticamente imposible cambiar hábitos, e inculcar ideales sanos. El político corrupto es degenerado e irredento. Los sapos que comieron sapos ahora son comidos por el sapo que se comieron. No obstante lo anterior existe una esperanza. La esperanza está en la capacidad del pueblo de reaccionar con inteligencia. La situación del país es inquietante y se agrava día a día. Las inversiones se caen. Los países donantes se retiran, las empresas maquiladoras levantan campo. El desempleo aumenta. La inflación empieza a galopar. Los precios de la canasta básica suben hacia el cielo. Hay desconfianza en el sistema. Esta desconfianza esperamos golpee de una vez la cabeza dura de la población para que recapacite y se ilumine de que no hay que votar por el menos malo sino por el mejor, que es la corrupción política y la inmoralidad social, lamentablemente aceptada ya por muchos como su modo de vida, la que está generando el caos que vivimos, y que solamente un retorno a la moralidad y a un sistema político sano, honesto, equilibrado, alineando las acciones con los objetivos deseados de crecimiento y desarrollo para el país, podrá resolver los problemas y generar los resultados que todos queremos.

Corrupción política e inmoralidad social
Por: Alejandro Bolaños Davis
Artículo completo en: http://www.elnuevodiario.com.ni/opinion/15021


¿Cuan cierta, y que parecido a mi querida Venezuela, verdad?...

Decía Domingo Alberto Rangel (el Jorunga Muertos no el hijo) que Venezuela era como un gran caldero donde se hacía un hervido, a ese caldero se acercaba todo el mundo, la diferencia era que algunos se acercaban con una cucharita, otros cuchara, algunos con una escudilla pero algunos con una olla; agregaba que un hervido repartido así no alcanzaba para todos, porque pocos se hartaban y muchos quedaban con hambre.

Lo he dicho otras veces, nuestra Revolución no llegó con un personal completo al poder… nuestra fuente originaria fue el celebre “chiripero” que acompañó a la Cucaracha de Sagrario de Caldera, algunos sí, buenos Revolucionarios, pero la mayoría “Robolucionarios” simplemente… Muchos, los más ambiciosos, como el tarro de porquería de Ismael García y varios de los que juraron en el Samán de Güere se han bajado del autobús al no ser satisfechas sus locas ambiciones y a otros –por nuestras propias debilidades- aunque marginados medran dentro del Proceso premiados con cargos “ad honoren” embajadas, asesorías o quien sabe qué.

Pero tenemos además a la pléyade de empleados públicos heredados de la Cuarta República, que si bien no son ladrones, son excelentes cómplices, o simplemente se hacen de la vista gorda cuidando su “cargo”. Esta gente dentro de la Revolución forma una barrera dificilísima de romper; un par de ejemplos: La corrupción dentro del Instituto Venezolano de los Seguros Sociales… ¿alguien ha visto algo más ineficiente y corrupto? No se quien fue quien dijo “Si a Jesús Cristo lo nombran director del IVSS se corrompe” y pienso que tenía toda la razón… La otra, ¿Qué cosa más ineficiente y corrupta que Identificación y Extranjería –o como se llame ahora-?... ¿Cuántos han fracasado allí y cuanto dinero se ha despilfarrado en ese mamotreto inútil e ineficiente?... y así amigos me faltaría espacio para enumerar esos monumentos a la corrupción cuarto republicana que la Revolución no ha podido resolver.

La solución está únicamente en manos de la Revolución, este proceso no avanzará si no se purga a si mismo, si no sale de toda la escoria alojada en él; el juicio y la cárcel como castigo debe ser el único fin de los corruptos, debemos comenzar por limpiar nuestra propia casa, no importa que sea hijo o hermano de “alguien”… o ministro, o presidente de lo que sea: testaferros, peculadores, népotas, sobornadores, encubridores o cómplices deben tener el mismo fin juicio y cárcel… pero antes –y regresemos al principio de este escrito, hay que purgar, hay que sanear a nuestro Poder Judicial Venezolano tan, o más, corrupto que todo lo antes mencionado…

Me pregunto: ¿quién le pone el cascabel al gato?...

Nos vemos en las teclas…


JotaDobleVe

Con Chávez siempre,
con un chavismo incapaz y corrupto nunca...

18 enero 2010

RECORDANDO EL PASADO…

o… cuando la experiencia no enseña…

Es deber de todo ciudadano vigilar sobre la legítima inversión de las rentas públicas en beneficio de la sociedad, y para el Gobierno nada será más útil ni más satisfactorio que corregir los abusos de la Administración... Que se acuse a cuantos cometen faltas y todo se corregirá ¡Yo seré el primero!
-Simón Bolívar-

Por: J. W. de Wekker Vegas

Quién no aprende de sus errores está condenado a lograr, invariablemente, el fracaso; ya que difícil es triunfar con falsos conceptos y más, basado en mentiras.


Panfletillo de la oposición días antes del Revocatorio

El día 3-12-2007 escribí para LA HOJILLA IMPRESA y APORREA el artículo ELLOS NO GANARON, NOSOTROS PERDIMOS, acabábamos de lograr un pírrico triunfo en el Plebiscito de la Reforma Constitucional… ¿La causa principal de esta derrota técnica?, pues el exceso de triunfalismo y el menospreciar la fuerza de una oposición, que si bien es escuálida cuenta con todo el apoyo mediático de los medios (que nosotros mismos hemos dejado que se vuelvan alienantes) y con abundante financiamiento monetario extra fronteras, además se sirven de laboratorios propagandísticos de la CIA sus anexos y conexos (ARS por ejemplo); oposición, que pese a su minusvalidez explotó nuestros errores y logró que gran cantidad del pueblo chavista no votara y NOS DERROTÓ, Camaradas, simplemente nos derrotó…

En aquellos días recibí severas críticas de muchos “Líderes” quienes en ese momento querían desviar su propia incapacidad por otros rumbos sólo un buen amigo y camarada me reconoció entre otras cosas:

“Estoy en contra de aquellos "dirigentes", y algunos compas que les hacen comparsa, que juran y perjuran que éste, nuestro amado Pueblo, es uno de malagradecidos y vulgares pedigüeños, y todo esto para no admitir la gran responsabilidad que tienen ellos, los buenos para nada, que siempre han demostrado ser esta ralea de politiqueros que se visten de rojo pero en las nalgas cargan las manitas blancas de la franquicia haciéndoles cosquillitas!!!!

Son esta cuerda de batracios y parásitos los que hasta ahora no han dado la cara, esperando que baje en algo la gran arrechera popular, para sacar a sus tecnócratas engolados para tratar de justiciar lo injustificable y presentarnos su traición como errores cometidos por otros, errores que por ser técnicos y de simple organización no admiten responsabilidad alguna moral, quedando ellos librados de toda culpa, los muy malditos como siempre!!!!”
La rabia era justificada… ¡¡estábamos completamente seguros del triunfo!!... la locomotora del comandante halaba el tren con vagones cargados de rémoras, vividores, ineptos e incapaces –peso muerto- que no quisieron o no supieron hacer su trabajo… personajes que en estos dos años se han encargado, ellos solitos, en demostrar lo que realmente son… En aquella oportunidad, el pueblo arrecho NO BAJO A VOTAR y en su abstención se nos fue el triunfo que necesitábamos para enrumbar mejor nuestra Revolución, en definitiva ¡¡¡LOS ESCUÁLIDOS NOS GANARON!!!

Ahora, vamos por el mismo camino: el triunfalismo campea, el menosprecio por la oposición –incluyendo a quien escribe- se observa ya por todos lados… “¡¡Ya ganamos!!... ¡¡No tienen candidatos!!... ¡¡Están desorganizados!!” repetimos todos como loros o cacatúas... Y sí, todo eso tiene visos de verdad, la oposición es todo eso y más, pero deben ser esos argumentos que nos lleven a trabajar con más ahínco, a mejorar las cosas, a hacerlo mejor y no a caer en la desidia triunfalista, la cual ya nos hizo tanto daño en el pasado.

Vemos como la quinta columna hace un esfuerzo en dejar que todo se deteriore, que los medios alienantes sigan con su labor de sembrar el descontento en nuestras filas… que falla el agua, la electricidad, que esconden medicinas y alimentos, que traen paracos a matar gente en los barrios, que no se atienden los Barrio Adentro, ni se suplen los Mercal y Pedeval, que en los centros hospitalarios y del IVSS sigue el robo inmisericorde de insumos y medicinas… mientras tanto nosotros parecemos circunscribir nuestros esfuerzos en llamarlos, escuálidos, manitas pintadas, culitos al aire y tantos epítetos que la estupidez individual –y normal- de sus líderes les ha ganado sin mucho esfuerzo… pero que a la larga es tan solo un hosiconeo infértil mientras nos socaban las bases…

No camaradas, detrás de nuestra oposición hay gente que piensa, que planifica y que sabe aprovechar nuestros errores para crear matrices de opinión… la misma gente que logró que los nuestros se abstuvieran de votar… pero recuerden que esta vez, tal vez, puede ser, es probable, que en lugar de abstenerse les dé por votar por otro… y allí sí que la vamos a cagar…

Por cierto, me vienen unas preguntas para finalizar: ¿A quién se le va a dar la responsabilidad en el Táchira, Zulia, Carabobo y otros estados donde hemos sufrido derrota tras derrota? ¿Será acaso a la misma dirigencia inepta e ineficaz que solo saben excusarse cuando pierden? y ¿Lanzaremos de nuevo en nuestras planchas a népotas, reposeros, jala bolas o levanta brazos?... Si es así, camaradas, mejor será ir haciendo las maletas…

Nos vemos en las teclas…


JotaDobleVe

Con Chávez siempre,
con un chavismo incapaz y corrupto nunca...

Discusión colectiva, decisión y responsabilidad únicas

o... recordando al CHE...

Seguimos con estas publicaciones, tomados de los papeles del CHE...
Ya que pareciera que muchos de nuestros administradores olvidaron conceptos sencillos, tales como: "ética revolucionaria", "capacidad", "planificación"...
Pero lo que es más importante: "RESULTADOS"...
Pareciera que todo se circunscribiera a hablar pistoladas, loquear para luego fracasar...
Esperamos que esto ayuda a nuestros despistados administradores...
-JotaDobleVe-


Por: EL CHE
Julio 1961

Teoría y práctica, decisión y discusión, dirección y orientación, análisis y síntesis, son las contraposiciones dialécticas que debe dominar el administrador revolucionario.



Nuestra Revolución ha avanzado tan rápidamente y los problemas que se plantean deben cambiar de enfoque con tanta velocidad que deja atrás la capacidad de reacción y asimilación de ciertas esferas de los núcleos revolucionarios.

Es por ello que queremos dar con este informe, ampliamente discutido, los lineamientos generales de la política a seguir por los administradores de empresas estatales y sus relaciones con las agrupaciones obreras y políticas: Comité Técnico Asesor, Sindicato, JUCEI, organizaciones revolucionarias, &c.

La Revolución cubana, dejando atrás rápidamente su primera característica de Revolución democrática antimperialista, se ha transformado en socialista; como tal, todos los problemas que se plantean deben examinarse desde el punto de vista de un estado que marcha hacia el socialismo y a la luz de los grandes principios directores del marxismo, considerando además la experiencia de los países que están construyendo efectivamente el socialismo en su territorio.

A todo esto hay que agregar las condiciones esenciales de nuestra propia individualidad nacional y adaptarla también a los cuadros generales de las necesidades del desarrollo en cada etapa dada.

Nuestra revolución ha dejado ya la fase de lucha en que había que aplicar inevitablemente medidas drásticas generales de expropiación a los capitalistas, sobre todo en la rama industrial, donde más del ochenta por ciento ha sido nacionalizado y el proceso continúa mediante compras por expropiaciones dictadas ante la huida del país de los propietarios por abandono del centro de trabajo, o por complicidad con elementos contrarrevolucionarios. Todo esto ha llevado a la necesidad de estructurar el aparato de producción del Estado, ignorando, para los fines prácticos, la producción privada. En el plan se contemplan las capacidades de producción y las necesidades de abastecimiento de las empresas estatales y, globalmente, las de aquel grupo minoritario de empresarios particulares que subsistan.

El concepto de empresa ha ido cambiando gradualmente. La Junta Central de Planificación ha dado una definición de empresa que textualmente dice lo siguiente:

«El concepto de empresa pública es el de integración de todas las unidades de producción que laboren bienes o presten servicios idénticos o similares –aunque no excluye la posibilidad de que, en casos excepcionales y por razones prácticas, pueden constituirse en empresas públicas de acuerdo con otros principios de integración-.»


La Resolución de la Junta Central de Planificación dice:

«Conferir en principio a las empresas públicas las siguientes facultades:

a) Celebrar contratos para la compra o recepción de insumos (energía, materias primas, lubricantes y repuestos de las maquinarias en uso).
b) Celebrar contratos para la venta o entrega de los bienes y servicios producidos.
c) Celebrar contratos para la construcción de edificaciones y la adquisición de las maquinarias y equipos que se requieran para ampliar la capacidad productiva de sus unidades integrantes, de acuerdo con el plan de inversiones que se apruebe.
d) Celebrar contratos y convenios colectivos de trabajo.
e) Nombrar, promover y separar el personal no directivo de las unidades que las integran, de acuerdo con el Ministerio del Trabajo y las plantillas aprobadas.
f) Determinar en qué unidades de producción debe llevarse la contabilidad.
g) Elaborar un presupuesto a través del cual obtendrá por asignaciones estatales los fondos necesarios para hacer efectivos los contratos a que se refieren las letras a, c y d;

así como ingresar en rentas públicas el producto de las ventas que realice.»

Como se podrá ver, una empresa estatal es un conjunto de unidades de producción más o menos similares que trabajan con un presupuesto establecido y que, de acuerdo con ese presupuesto, establecen sus metas de producción y firman contratos para realizarlas, celebran los contratos y convenios colectivos de trabajo, nombran, promueven y separan personal no directivo de las unidades, de acuerdo con el Ministerio del Trabajo y celebran contratos para la construcción de edificaciones y maquinarias, &c.

A los administradores de cada fábrica se les transfiere parte de las atribuciones de un director de empresa consolidada, pero refiriéndose a los jefes podemos no separar los de empresa consolidada de los de fábricas. La empresa consolidada, en realidad, es una agrupación cuantitativa de una serie de fábricas, pero con aproximadamente las mismas funciones. ¿Cuáles son los cuadros dirigentes de las empresas actuales del Ministerio de Industrias según el último reglamente aprobado? El jefe del Departamento Económico, el jefe del Departamento de Producción y el jefe del Departamento de Intercambio. Las tres personas más importantes que junto con el director constituyen la parte ejecutiva de la empresa. Bien, pero la empresa no está constituida solamente –y vuelvo a repetir que también las fábricas– por este grupo de dirección de funcionarios estatales; hay también dos organizaciones muy importantes, que son el sindicato y el Consejo Técnico Asesor. Las relaciones entre cada una de ellas debe establecerse muy exactamente.

Antes de seguir adelante hay que precisar que las fábricas son propiedad de todo el pueblo y, como el pueblo está representado en nuestro país por el Estado, son propiedades del Estado. éste tiene la misión encomendada por el pueblo cubano de dirigir la producción hacia las metas propias de una Revolución socialista. Precisamente, el carácter socialista de la Revolución cubana determina las características generales de la producción; frente a la anarquía de la producción capitalista, se alza el plan racional de la producción socialista. Por eso el plan es uno de los ejes del sistema socialista y una tarea donde se conjugan los esfuerzos de todo el país, armónicamente distribuidos y estrechamente entrelazados.

Claro que el gobierno no puede dictar normas, hacer planes, fijar metas, sin la participación del pueblo, pues en ese caso, serían un plan frío, burocrático. Por eso mismo, la empresa debe recurrir a sus funcionarios y obreros para discutir los planes, para incorporar a la gente a la producción y a los problemas de la producción de tal forma que el resultado final sea algo vivo, producto de discusiones prácticas sobre temas determinados y que puedan ofrecerse conclusiones acabadas. Es preciso agregar a esto que de acuerdo con los principios actuales de dirección de empresas en los países socialistas, el administrador y el consejo de administración son los que tienen la responsabilidad única y absoluta del cumplimiento de las obligaciones a ellos encomendadas. Esto debe estar muy claro, pues no puede admitirse ninguna clase de dejación por parte del administrador de las funciones que le son impuestas por el Estado –ni cedidas, ni otorgadas– en su función de director de la empresa o administrador de alguna fábrica determinada. Sólo partiendo de este criterio básico puede iniciarse la discusión sobre los problemas a tratar.

¿Cuáles deben ser las relaciones entre el administrador y los sindicatos?

Ya está dicho, como título de este trabajo, que la dirección debe ser única, con responsabilidad única y la discusión colectiva. Los directores, ya lo hemos dicho, deben cumplir y hacer cumplir las orientaciones generales del Ministerio; deben además, conocer y administrar en todas sus fases la planificación directa, organización y confección, realización y control de todas las funciones y asuntos de la empresa consolidada o, en su caso, de la fábrica. Las funciones de un director de empresa consolidada son las siguientes:
a) Supervisar y dirigir por sí, o por intermedio de funcionarios competentes, las labores de las secciones, oficinas y unidades productivas de la empresa consolidada, siendo el máximo responsable ante el ministerio de la buena marcha de las mismas.
b) Dirigir la confección y cumplimiento del plan estatal en la parte correspondiente a la empresa consolidada (plan técnico-económico de la empresa consolidada).
c) Vigilar el cumplimiento de lo establecido con respecto al trabajo, salarios, contratos, tecnología, finanzas, leyes y reglamentos, seguridad e higiene de los trabajadores, así como el de los derechos de los mismos. Vigilar, asimismo, el uso correcto y eficiente de los recursos asignados a la empresa consolidada por el Estado.
d) Dictar las resoluciones de carácter interior que considere necesarias para el mejor funcionamiento de la empresa consolidada. Dictar, cuando proceda, las instrucciones relativas a la mejor organización de las actividades administrativas, económicas, técnicas, de producción y comerciales de la empresa consolidada.
e) Informar, orientar, estimular, adiestrar y capacitar al personal de la empresa consolidada para lograr la más revolucionaria, eficiente y económica actividad del mismo.
f) Suscribir los documentos públicos y privados que fueren necesarios, sin que en modo alguno pueda excederse de los límites fijados en el plan técnico-económico de la empresa consolidada.
g) Presidir los consejos de administración, comités y reuniones que se establezcan y celebren para información y coordinación de las distintas actividades de la empresa consolidada.
h) Colaborar con las organizaciones revolucionarias y sindicales.
i) Promover la participación activa de los trabajadores en la dirección y en el cumplimiento del plan.
Y, ¿cuál será el papel de los sindicatos?

Los sindicatos tienen estos problemas, dos funciones distintas, aunque se complementen en esta época revolucionaria.

Una de ellas es captar la idea general de organización y de las metas del gobierno, discutirla a nivel de la empresa o fábrica de que se trate y llevarla al seno de la masa trabajadora para que se haga carne en ella el espíritu de lo que se pretende hacer y se empuje hacia adelante con el mayor ímpetu. La otra es aparentemente opuesta y complementaria, en realidad, de ésta, en la defensa de los intereses específicos e inmediatos de la clase trabajadora a nivel de empresa o fábrica. El establecimiento del sistema socialista no liquida las contradicciones sino que modifica la forma de solucionarlas. También ahora, habrá contradicciones y en éstas el sindicato jugará un papel importante; irá a fundamentar los puntos de vista de un sector dado de trabajadores cuando sus necesidades –de posible satisfacción sin daño al interés general de toda la clase obrera, que es la construcción del socialismo y la industrialización en plazo breve del país– no se hayan contemplado en determinadas normas de trabajo, cuando se pretenda objetar ciertas mejoras obtenidas a través de la lucha sindical durante muchos años, cuando se desconozcan necesidades apremiantes de la masa obrera del centro de trabajo que se trate y cuanto se refiera a la discusión general del convenio colectivo del trabajo. ¿Cómo compaginar toda esta defensa de los intereses inmediatos de la clase obrera, con la transmisión a la misma de las grandes iniciativas económicas de Gobierno? Pues sencillamente, porque no hay una contradicción intrínseca entre estas dos tareas; el Gobierno trata de llevar adelante al país en la forma más rápida posible, con la utilización de la mayor cantidad posible de recursos, para beneficio del mayor número posible de personas en el menor tiempo posible. Esta es una aspiración muy grande; cuando se lleva a una fábrica, a veces la aspiración general choca con dificultades prácticas; en ese caso, la misión del sindicato es adecuar las condiciones reales del lugar de trabajo a las grandes directivas generales de desarrollo del Estado. Podemos poner un ejemplo para hacer más clara la idea.

Vamos a suponer un trabajo insalubre en una industria a la que no le pondremos nombre; el país necesita del producto, para obtener el cual hay que trabajar en condiciones de salubridad muy malas con una urgencia tremenda. Los órganos económicos transfieren, a través de sus organismos, la petición que llega al director de la empresa encargada de producirlo; el director quiere doblar las metas de producción, pide más horas de trabajo, una serie de sacrificios necesarios para aumentar la producción sin recurrir a nuevas inversiones que no es posible hacer en estos momentos. El sindicato puede salir al paso y decir:

«un momento, aquí se está pidiendo de este sector de la clase obrera un esfuerzo desmedido, porque trabajar tantas horas provoca tal enfermedad, porque provoca tal desgaste físico, porque no hay condiciones de salubridad mínimas, porque hay esto o aquello. Nosotros queremos en nombre de la masa obrera que representamos que mejoren las condiciones de salarios en tanto, las condiciones de salubridad, en más cuanto, las condiciones de seguridad social, digamos en más cuanto, para poder cumplir entonces con las metas del Gobierno, y en tal caso, nos comprometemos a hacerlo.»

Naturalmente, éstos son casos extremos; siempre en la administración se consideran las condiciones necesarias a la tarea de los obreros, el bienestar de los mismos y no se les va a exigir algo como lo caricaturizado en este ejemplo, pero allí está, en términos generales, la otra función del sindicato.

El sindicato debe llevar esta doble función de velar por las condiciones de trabajo de los obreros y empleados y por dar, él mismo, la orientación revolucionaria del sacrificio o el esfuerzo necesarios a las masas con toda la honestidad de que son capaces los miembros del proletariado, pues las líneas generales de la política económica de la Revolución socialista está regidas por el deseo de crear mayores riquezas para mayor bienestar de la clase obrera, de los campesinos, de todo el pueblo.

El sindicato debe estar bien al tanto de cuáles son estas líneas y cómo se puede educar a la masa para el rápido logro de las metas proyectadas; para eso debe tener acceso a la dirección del centro de trabajo. Mientras no se estructure un reglamento, es conveniente que la administración dé cabida al secretario de la sección sindical en los consejos de dirección. Este íntimo contacto hará posible una mayor clarificación de la conciencia de los obreros y una mejor visión de los objetivos económicos.

Los sindicatos están íntimamente ligados al aumento de la productividad y de la disciplina en el trabajo, pilares de la construcción socialista. Y también en la preparación de administradores eficientes entre los trabajadores en general levantando su nivel técnico y político.

Otra de sus funciones es también la ya descrita de la preocupación por los intereses materiales y espirituales inmediatos de los obreros. Armonizando todas ellas en el marco de la discusión y de la persuasión, método básico para actuar correctamente, cumplirá el sindicato con todos los deberes de este momento de tensión de las fuerzas productivas.

Las relaciones, entonces, entre el director y el sindicato son de cordialidad, de armonía, de cooperación mutua, pero en esferas diferentes; en todo lo administrativo, el administrador tiene la responsabilidad y debe ejercer su autoridad; en la conducción y superación ideológica de las masas, los sindicatos tienen la mayor responsabilidad y deben cumplirla con hondo sentido revolucionario.

Toda contradicción debe resolverse mediante discusiones, porque el arma superior de la clase obrera, que es la huelga, es precisamente el arma de la definición violenta de las contradicciones de clase, cosa que no debe suceder en la sociedad que camina hacia el socialismo; y huelgas obreras en nuestras empresas constituirían un sonado fracaso de nuestra administración y, también, una demostración de faltas lamentables en la conciencia política de la clase obrera. Felizmente, ambas condiciones negativas se han superado en nuestro país; la conciencia obrera ha aumentado sustancialmente y la dirección de nuestra política económica es correcta y tiene como meta fundamentalmente la satisfacción de los intereses de la clase obrera en su conjunto.

Una demostración clara de nuestra actual condición, totalmente diferente a la del pasado, es, precisamente, el trabajo voluntario de los obreros, trabajo que es dirigido y orientado por los sindicatos. Es que ya a la conciencia de los obreros ha llegado claramente la idea de que no es posible separar la fábrica del trabajador, que todo es uno y que cuanto el trabajador haga por la fábrica, lo hace en beneficio propio y, además, en beneficio del pueblo en general. De esta forma, el trabajo voluntario tiende a aglutinar obreros que van de una producción a otra, de acuerdo con las necesidades del país; a intercambiar trabajadores en distintas fábricas o empresas, de acuerdo con las necesidades, como en el caso del azúcar, donde trabajadores de todas las industrias aportaron algo y contribuyeron a unificar el espíritu de la clase obrera siguiendo las grandes consignas del país.

El Consejo Técnico Asesor

Existe, sobre todo a nivel de fábricas, pero también en los consolidados, un cuerpo más o menos técnico, llamado el Consejo Técnico Asesor. El Consejo Técnico Asesor está constituido por los obreros más destacados de cada departamento de la producción, los que, reunidos, asesoran al administrador sobre medidas prácticas a tomar en cada unidad de producción.

Los Consejos Técnicos Asesores se ocupan de todas las tareas revolucionarias-técnicas. Por ejemplo, hace falta una pieza de repuesto, una máquina está paralizada por esa pieza, el ingeniero opina que esa pieza debe ser traída de algún país extranjero –eso tarda un mes y medio–, que no es posible repararla y que por lo tanto hay que dejar esa máquina parada. «En todo caso –dirá el ingeniero–, traer la pieza por avión.»

El Consejo Técnico Asesor se reúne, recurre a la experiencia práctica de todos los obreros y resuelve que esa pieza sí se puede reparar en Cuba, mientras llegue la pieza original; se ponen a la tarea y se repara la pieza. ¿Cómo ha sido el trabajo de estos obreros? Ha sido técnico, pero ha sido revolucionario. Esa es la función esencial, pero también, desde altos niveles de la fábrica puede palpar cómo se desarrollan las relaciones de producción, puede ver la importancia de la disciplina obrera, la importancia de la organización y cómo siente en un lado o en otro de la fábrica la actuación falsa de algún otro punto determinado.

El Consejo Técnico Asesor es, pues, el laboratorio experimental donde la clase obrera se prepara para las grandes tareas futuras de la conducción integral del país. Tiene que ir desarrollando a todos los obreros susceptibles de ser elevados técnicamente y proponerlos, junto con los sindicatos, para las distintas escuelas que se están formando; debe trabajar constantemente para que se mejoren los niveles técnicos de los obreros, ya que el sindicato y las organizaciones revolucionarias se encargan de elevar su nivel cultural e ideológico.

El administrador es el presidente del Consejo Técnico Asesor; sus decisiones a nivel de empresa o fábrica son inapelables, pero se pueden elevar a un organismo superior. Es decir, que en el caso de las fábricas, puede un Comité Técnico Asesor (y debe hacerlo además) denunciar ante el director de la empresa consolidada que tal administrador de fábrica está cometiendo tal o cual hecho que va contra la política del ministerio y que afecta a la producción, a los obreros, a la marcha general de la unidad; si el director no hiciera caso de la denuncia, pueden elevarla ante el subsecretario correspondiente. Como se ve, hay amplia garantía de que todas las denuncias de los Consejos Técnicos Asesores sean examinadas por los responsables generales de los problemas de la producción.

En resumen, el Consejo Técnico Asesor tiene la función de suplir al técnico graduado y mejorar las condiciones de trabajo mediante su entusiasmo revolucionario. Específicamente, trabajará en el estudio de las piezas de repuestos, en la racionalización de los procesos de producción, en el aumento de la productividad del trabajo, así como cooperará con los sindicatos en el mejoramiento de la disciplina de trabajo y elevación técnica de los obreros. Además, tiene ahora la inaplazable tarea de estructurar, de acuerdo con las autoridades del Ministerio del Trabajo y de los ministros respectivos, las normas de trabajo. Estas normas son la base del cálculo de los salarios en el sistema socialista y alrededor de ellas se plasma el contrato colectivo.

Existe en la producción un factor muy importante que es el que ideológicamente ha quedado más atrás, por lógica consecuencia de las características del desarrollo político en el país; es el técnico. Técnico era en Cuba, en general, el hombre salido de la pequeña burguesía o de las clases altas de la población cuyos padres tenían dinero para hacerlo estudiar aquí o en el extranjero, en general en los Estados Unidos –y que era educado, además, en el respeto a la idolatría de la técnica norteamericana. Después de recibirse, probablemente pasaría un curso en alguna empresa norteamericana y vendría a trabajar, también muy probablemente, a otra empresa norteamericana. De tal forma, su horizonte ideológico está limitado por sus conocimientos prácticos de la materia. No ha tenido contacto con otro mundo y para él es execrable todo lo que sea «la libre empresa»; es decir, las posibilidades de enriquecerse también algún día, aunque hoy sea explotado, aunque su compañero más viejo, el ingeniero tal, ya tenga sesenta años y siga siendo tan modesto empleado como antes; a pesar de todo tiene esperanza y, por tanto, no ve con simpatías la socialización de las empresas. Está acostumbrado a trabajar unas cuantas horas, a ser respetado y, quizás, temido por la clase obrera. Ha visto cómo todo un mundo, muy firme, que conoció inalterable durante su existencia, dentro del cual vivía con relativa comodidad y con quiméricas posibilidades de dar el gran salto hacia la fortuna, se ha derrumbado de pronto.

Además, los obreros de la fábrica, en general, ven en los técnicos el aliado del patrón, al hombre inmisericorde que hace trabajar más, al que obliga a aceptar tal o cual trabajo, al que califica a los obreros; fundada o infundadamente, engloban en los ingenieros el odio a los patronos antiguos. El ingeniero se siente acosado y empieza a buscar algo que lo oriente, algo que le permita superar la crisis, allí es importante la tarea del administrador. El administrador es el hombre que debe atender a estos técnicos, superarlos ideológicamente, demostrarlos con su ejemplo, con su prédica constante, lo que puede hacer el socialismo, explicarles claramente una verdad tan grande como que en el socialismo el técnico tiene más oportunidades de desarrollarse que en el capitalismo; que aun cuando en uno, dos o cinco ejemplos, pudieran en el capitalismo hacerse dueños de una gran fortuna, para que eso ocurriera cientos y miles de técnicos debían ser miserablemente explotados.

Hay que darle confianza, acercarlo al proceso revolucionario. El técnico no está manchado con ningún pecado original, simplemente es la educación que ha recibido, la clase social de donde proviene, el medio en que se ha desenvuelto toda su vida, los que dictan sus normas de conducta. El administrador revolucionario debe trabajar para que sus técnicos se queden en el país, realicen un vuelco ideológico que les permita no sólo trabajar, sino trabajar con entusiasmo por la Revolución y para que se identifiquen con la clase obrera que es la clase llamada a regir los destinos del país en el porvenir inmediato.

Todo esto sin dejar de tener en cuenta que no se puede permitir la más mínima extralimitación por parte de los técnicos; se les debe permitir todas las dudas ideológicas que tengan, todo su azoramiento frente a la realidad actual, pero no se les puede permitir, por ejemplo, que en razón de su anticuada manera de pensar traten mal a los obreros, falten al trabajo, se nieguen a reparar una maquinaria o a trabajar con técnicos socialistas que llegaron en algunas de las tantas misiones técnicas que nos envían estos países para ayudarnos. La tarea del administrador es de convencimiento, pero de convencimiento con firmeza; éste es uno de los puntos más delicados de su labor diaria.

Toda ésta es una tarea de época de transición; los individuos provenientes de clases sociales derrotadas en la lucha deben ser ayudados a cubrir el trayecto en que dejen de considerarse seres extraños a la nueva sociedad y se integren en ella. En el futuro, los nuevos técnicos serán extraídos de la clase obrera y de los campesinos, su identificación con la Revolución será total y el espíritu de emulación socialista será una cosa natural.

Es muy importante que se haga desde ahora el mayor esfuerzo para que la clase obrera avance por caminos técnicos a la par que camina con botas de siete leguas por los senderos ideológicos. Así, más rápidamente se podrá obtener el control del aparato de producción que es la base económica sobre la que descansa el nuevo sistema.

Este conjunto de organismos revolucionarios, el Consejo Técnico Asesor, los sindicatos y la administración, encabezada por el administrador, tienen una serie de tareas y relaciones comunes. Las tareas ya se han fijado en general; sobre las relaciones debe insistirse, poner bien claro, subrayado para que sobresalga, que la responsabilidad de la ejecución de los planes del Gobierno recae sobre el administrador y, por consiguiente, recae sobre él la responsabilidad total del cumplimiento de las órdenes del Gobierno para la realización del plan.

Debe existir una amplia integración de estos sectores, discutirse continuamente, establecerse una comunicación continua que permita intercambiar opiniones en cada momento y lograr el asesoramiento de todos los factores políticos y técnicos necesarios, para que el administrador, en última instancia y bajo su entera responsabilidad, tome la decisión. Esto es lo que permitirá marchar adecuadamente a la empresa o fábrica que se trate.

Junto a todos estos organismos establecidos, con cierta institucionalidad pudiéramos decir, existe otro que tiene una importancia fundamental en cuanto implica la expresión verdadera de los anhelos y opiniones de la clase obrera: la asamblea de producción.

La asamblea de producción abarca todos los obreros de una fábrica que, reunidos democráticamente, exponen sus puntos de vista sobre la marcha de la industria y del plan. La asamblea de producción representa una especie de cámara legislativa que enjuicia la tarea propia y la de todos los empleados y obreros.

Allí deben imperar, como armas de educación socialista, la crítica y la autocrítica. Esta modalidad permite que se intercambien muchos puntos de vista, a veces encontrados, se eduque a los administradores en la escuela del análisis crítico de su propia tarea ante el pleno de la masa obrera y a ésta para el control efectivo de las tareas de la administración.

La crítica y la autocrítica serán el fundamento del trabajo diario pero llevadas a su máximo en la asamblea de producción, donde se ventilarán todos los problemas referentes a la industria, y donde el trabajo del administrador estará sujeto a los interrogatorios y crítica por parte de los obreros que dirige.

Aunque, es necesario puntualizar una vez más, que las discusiones deben producirse desde posiciones de lógica y raciocinio y no de fuerza, ni de consideración de intereses mezquinos y particulares. El método de ucase no tiene validez, así como el de interpretar, tratándose de la clase obrera, que el administrador debe dejar contentos a los trabajadores porque si no hace lo que
éstos le indican, queda fuera de la industria.

De los nuevos organismos de creación revolucionaria hay uno que es el más joven; la JUCEI: Juntas Provinciales de Coordinación, Ejecución e Inspección, que fundara el compañero Raúl Castro en Oriente y posteriormente se ha fundado hasta Matanzas, faltando las de La Habana y Pinar del Río. El JUCEI tiene dos funciones importantes, una de las cuales tiene mucha relación con la producción a nivel central y la otra algunas conexiones. El JUCEI desempeña actualmente las funciones de poder político local. Como tal, tienen que ver con todas las medidas de la localidad o de la zona que se trate y aun de la provincia. En este caso, las relaciones con la dirección centralizada son menos importantes.

Al mismo tiempo, los JUCEI tienen otra función como aparato especial de coordinación, vigilancia e inspección del Estado a nivel provincial o local y esa función debe ser muy cuidada, es muy importante. Las relaciones deben ser estrictamente llevadas de acuerdo con principios establecidos para que no se produzcan fricciones ni se esterilice la labor del JUCEI, ni se aumenten excesivamente sus funciones, ocasionando disturbios. Debe partirse de la premisa fundamental de que la administración de cada rama de la producción es la autoridad máxima en esa rama determinada. Los conflictos entre grados menores de distintos ministerios, conflictos de cualquier clase que surjan a nivel provincial o local, los JUCEI se encargan de aclararlos con espíritu de cooperación, llamando a la discusión entre todos ellos; es un órgano que no tiene características ejecutorias en la rama económica y que no puede torcer nunca mediante una directiva local la dirección general nacional dictada por el ministerio en cuestión.

Es importante establecer esta diferencia: un conflicto entre el administrador de una empresa estatal perteneciente al Ministerio de Industrias y otro, perteneciente a Transporte, por ejemplo, sobre cuestiones de competencia local, se puede resolver a nivel local, y el JUCEI, en la cual los dos organismos están representados, puede actuar llamando a la concordia y estableciendo lo más razonable, lo más justo, lo más beneficioso para el país. Si se produce un conflicto entre algún administrador de alguna fábrica y algún otro funcionario de mayor jerarquía del ministerio correspondiente, en este caso el JUCEI debe mantenerse al margen y los administradores deben recordar por sobre todas las cosas, que deben acatamiento administrativo al ministerio en que actúan en primer lugar y que las relaciones con las JUCEI son secundarias a éste. Es decir, es inadmisible que una denuncia contra algún funcionario superior del organismo se eleva por parte de obreros y administrador, conjuntamente al JUCEI provincial, desconociendo al ministerio porque en tal caso se está rompiendo el orden administrativo.

También, como en el caso de las relaciones con los sindicatos y el Consejo Técnico Asesor, las relaciones de los jefes de fábricas con el JUCEI provincial sirven también para lograr la cooperación que todos estábamos buscando y para hacer más efectiva la tarea del administrador, pero nunca éste puede abandonar las que son sus legítimas atribuciones y sus obligaciones primordiales; vale decir, la conducción de la fábrica es de su responsabilidad y de los hechos que produzcan en el ejercicio de esa responsabilidad debe responder ante el ministerio correspondiente. Bajo tales premisas, el JUCEI, donde están englobados los organismos revolucionarios y los delegados de organismos administrativos, tiene la importancia de coordinar todas estas fuerzas, de limar las asperezas y de trabajar por el bien común haciendo que se utilicen plenamente las posibilidades productivas del país a nivel local.

¿Cuáles son las metas fundamentales de un administrador? Podemos decir en esta época que la meta fundamental es el cumplimiento y sobrepasamiento del plan. ¿Cómo asegura un administrador cumplir o sobrepasar el plan? Fundamentalmente, con dos medidas: la producción y la productividad. La producción, es decir, la creación de los productos necesarios para cumplir las metas asignadas, y la productividad, o sea el aceleramiento del proceso de producción de tal forma que con menos o los mismos gastos se pueda producir más. Se puede lograr la productividad necesaria mediante varios factores: la coordinación de las fuerzas administrativas y técnicas con las fuerzas de producción, es decir, con la masa obrera, la compenetración de la masa obrera de la importancia definitiva de realizar el plan y el elevamiento técnico de ésta desde el más bajo nivel.

Un papel importante juega en este momento el que la clarificación ideológica de las masas y su deseo de hacer más cosas y mejor hechas, cristalicen en competencias de emulación. La emulación es uno de los pilares del desarrollo acelerado de un país en revolución y sus bases deben estudiarse y discutirse a fondo en todas las fábricas que, del esfuerzo conjunto surjan las grandes cifras de la producción cubana.

Y todo esto debe hacerse sin que merme la calidad del productor. Por el contrario, la calidad debe ser parte de los elementos de valoración de los esfuerzos. Si hoy algunos productos han cambiado de aspecto o sabor, en el futuro lograremos la fórmula adecuada, las materias primas necesarias para ello. Siempre debemos avanzar considerando la importancia de la calidad para el bienestar de la población y sin sacrificarla a los aumentos de la producción.

Para todo esto hay que cumplir una de las tareas más importantes y fecundas que deben realizar en colaboración estrecha los directores de empresas, los miembros del Consejo Técnico de Asesores, los sindicatos, las organizaciones revolucionarias y también la JUCEI; esta tarea es la formación de cuadros. La formación de cuadros es la base que nos permitirá el triunfo futuro de las fábricas, de la empresa y del país en general. Quien sabe hoy sacrificar horas de su trabajo, quien sabe hoy sacrificar algo de la producción inmediata, algunas hora de trabajo, gana mediante aumentos de la productividad del futuro y con creces lo que pierde hoy, y puede decirse que ha comprendido perfectamente el proceso de la producción socialista en una empresa o en un medio estatal. Esa es una de las tareas más importantes que estamos afrontando en estos momentos, preparándonos para crear las condiciones necesarias para que un número muy grande de técnicos capaces pueda alcanzarse en los años venideros. Para ello se ha elaborado un plan minucioso con los países socialistas que está ya en tren de realización.

Aunque el individuo humano no puede encasillarse dentro de moldes rígidos donde se clasifiquen sus méritos separadamente y se sumen artiméticamente los números de clasificación parcial para dar el total, pues es un todo, se puede decir que el director de empresa o fábrica será inmejorable cuando conjugue en sí el interés por el desarrollo de la clase obrera y del país en general y el triunfo particular de su centro de trabajo; la coordinación con todos los organismos revolucionarios y la decisión y autoridad para resolver por propia responsabilidad los problemas planteados; sepa elevarse a tanta altura administrativa que le permita abarcar en su conjunto la producción y bajar al trato personal y directo con las masas; sepa mandar objetivamente por sus conocimientos pero también hacerse seguir por su ejemplo; conozca la teoría de la planificación y sus problemas y la tecnología de su centro de trabajo; cuando haya superado los niveles intelectuales medios y siga aprendiendo constantemente, pero se sienta miembro de la clase obrera y a ella recurra para obtener experiencias; cuando sea capaz de olvidarse del más mínimo interés personal; de anteponer el cumplimiento de las leyes y los deberes revolucionarios a la amistad personal; cuando sepa valorar a los individuos por sus hechos objetivos y totales y no por aspectos de su personalidad o sus palabras; cuando una a la más grande disciplina administrativa la audacia e iniciativa revolucionarias; cuando coopere al desarrollo técnico y político de la clase obrera dando las mayores facilidades a los trabajadores para el estudio; cuando haya aprendido definitivamente que las grandes verdades científicas del movimiento revolucionario deben ser completadas por el trabajo constante y objetivo, teniendo en cuenta siempre la realidad y trabajando sobre ella con el arma de la teoría.

Teoría y práctica, decisión y discusión, dirección y orientación, análisis y síntesis, son las contraposiciones dialécticas que debe dominar el administrador revolucionario.

[revista Trabajo, segunda quincena, Julio 1961.]
Escritos y discursos, tomo 5, Editorial de Ciencias Sociales, La Habana 1977, páginas 143-209.


17 enero 2010

CONTRA EL BUROCRATISMO

o a buen entendedor, pocas...

A la Revolución Bolivariana la consume una burocracia integrada por funcionarios poco preparados, ineptos, inescrupulosos heredados de la cuarta república; éstos son una rémora dentro del Proceso. Pero a ello debemos agregar nuestros propios errores: impunidad, amiguismo, clientelismo y nepotismo… si la Revolución no entra en una profunda autocrítica y comienza a tomar medidas urgentes se irá por el caño de la ineficacia… Uno de los textos del CHE como ayuda a éste análisis…
-JotaDobleVe-


Por Ernesto (CHE) Guevara
(Abril 1961)


Nuestra Revolución fue, en esencia, el producto de un movimiento guerrillero que inició la lucha armada contra la tiranía y la cristalizó en la toma del poder. Los primeros pasos como Estado Revolucionario, así como toda la primitiva época de nuestra gestión en el gobierno, estaban fuertemente teñidos de los elementos fundamentales de la táctica guerrillera como forma de administración estatal. El «guerrillerismo» repetía la experiencia de la lucha armada de las sierras y campos de Cuba en las distintas organizaciones administrativas y de masas, y se traducía en que solamente las grandes consignas revolucionarias eran seguidas (y muchas veces interpretadas en distintas maneras) por los organismos de la administración y de la sociedad en general. La forma de resolver los problemas concretos estaba sujeta al libre arbitrio de cada uno de los dirigentes.

Por ocupar todo el complejo aparato de la sociedad, los campos de acción de las «guerrillas administrativas» chocaban entre sí, produciéndose continuos roces, órdenes y contraórdenes, distintas interpretaciones de las leyes, que llegaban, en algunos casos, a la réplica contra las mismas por parte de organismos que establecían sus propios dictados en forma de decretos, haciendo caso omiso del aparato central de dirección. Después de un año de dolorosas experiencias llegamos a la conclusión de que era imprescindible modificar totalmente nuestro estilo de trabajo y volver a organizar el aparato estatal de un modo racional, utilizando las técnicas de la planificación conocidas en los hermanos países socialistas.

Como contra medida, se empezaron a organizar los fuertes aparatos burocráticos que caracterizan esta primera época de construcción de nuestro Estado socialista, pero el bandazo fue demasiado grande y toda una serie de organismos, entre los que se incluye el Ministerio de Industrias, iniciaron una política de centralización operativa, frenando exageradamente la iniciativa de los administradores. Este concepto centralizador se explica por la escasez de cuadros medios y el espíritu anárquico anterior, lo que obligaba a un celo enorme en las exigencias de cumplimiento de las directivas. Paralelamente, la falta de aparatos de control adecuados hacía difícil la correcta localización a tiempo de las fallas administrativas, lo que amparaba el uso de la «libreta». De esta manera, los cuadros más conscientes y los más tímidos frenaban sus impulsos para atemperarlos a la marcha del lento engranaje de la administración, mientras otros campeaban todavía por sus respetos, sin sentirse obligados a acatar autoridad alguna, obligando a nuevas medidas de control que paralizaran su actividad. Así comienza a padecer nuestra Revolución el mal llamado burocratismo.

El burocratismo, evidentemente, no nace con la sociedad socialista ni es un componente obligado de ella. La burocracia estatal existía en la época de los regímenes burgueses con su cortejo de prebendas y de lacayismo, ya que a la sombra del presupuesto medraba un gran número de aprovechados que constituían la «corte» del político de turno. En una sociedad capitalista, donde todo el aparato del Estado está puesto al servicio de la burguesía, su importancia como órgano dirigente es muy pequeña y lo fundamental resulta hacerlo lo suficientemente permeable como para permitir el tránsito de los aprovechados y lo suficientemente hermético como para apresar en sus mallas al pueblo. Dado el peso de los «pecados originales» yacentes en los antiguos aparatos administrativos y las situaciones creadas con posterioridad al triunfo de la Revolución, el mal del burocratismo comenzó a desarrollarse con fuerza. Si fuéramos a buscar sus raíces en el momento actual, agregaríamos a causas viejas nuevas motivaciones, encontrando tres razones fundamentales.

Una de ellas es la falta de motor interno. Con esto queremos decir, la falta de interés del individuo por rendir un servicio al Estado y por superar una situación dada. Se basa en una falta de conciencia revolucionaria o, en todo caso, en el conformismo frente a lo que anda mal.

Se puede establecer una relación directa y obvia entre la falta de motor interno y la falta de interés por resolver los problemas. En este caso, ya sea que esta falla del motor ideológico se produzca por una carencia absoluta de convicción o por cierta dosis de desesperación frente a problemas repetidos que no se pueden resolver, el individuo, o grupo de individuos, se refugian en el burocratismo, llenan papeles, salvan su responsabilidad y establecen la defensa escrita para seguir vegetando o para defenderse de la irresponsabilidad de otros.

Otra causa es la falta de organización. Al pretender destruir el «guerrillerismo» sin tener la suficiente experiencia administrativa, se producen disloques, cuellos de botellas, que frenan innecesariamente el flujo de las informaciones de las bases y de las instrucciones u órdenes emanadas de los aparatos centrales. A veces éstas, o aquéllas, toman rumbos extraviados y, otras, se traducen en indicaciones mal vertidas, disparatadas, que contribuyen más a la distorsión.

La falta de organización tiene como característica fundamental la falla en los métodos para encarar una situación dada. Ejemplos podemos ver en los Ministerios, cuando se quiere resolver problemas a otros niveles que el adecuado o cuando éstos se tratan por vías falsas y se pierden en el laberinto de los papeles. El burocratismo es la cadena del tipo de funcionario que quiere resolver de cualquier manera sus problemas, chocando una y otra vez contra el orden establecido, sin dar con la solución. Es frecuente observar cómo la única salida encontrada por un buen número de funcionarios es el solicitar más personal para realizar una tarea cuya fácil solución sólo exige un poco de lógica, creando nuevas causas para el papeleo innecesario.

No debemos nunca olvidar, para hacer una sana autocrítica, que la dirección económica de la Revolución es la responsable de la mayoría de los males burocráticos: Los aparatos estatales no se desarrollaron mediante un plan único y con sus relaciones bien estudiadas, dejando amplio margen a la especulación sobre los métodos administrativos. El aparato central de la economía, la Junta Central de Planificación, no cumplió su tarea de conducción y no la podía cumplir, pues no tenía la autoridad suficiente sobre los organismos, estaba incapacitada para dar órdenes precisas en base a un sistema único y con el adecuado control y le faltaba el imprescindible auxilio de un plan perspectivo. La centralización excesiva sin una organización perfecta frenó la acción espontánea sin el sustituto de la orden correcta y a tiempo. Un cúmulo de decisiones menores limitó la visión de los grandes problemas y la solución de todos ellos se estancó, sin orden ni concierto. Las decisiones de última hora, a la carrera y sin análisis, fueron la característica de nuestro trabajo.

La tercera causa, muy importante, es la falta de conocimientos técnicos suficientemente desarrollados como para poder tomar decisiones justas y en poco tiempo. Al no poder hacerlo, deben reunirse muchas experiencias de pequeño valor y tratar de extraer de allí una conclusión. Las discusiones suelen volverse interminables, sin que ninguno de los expositores tenga la autoridad suficiente como para imponer su criterio. Después de una, dos, unas cuantas reuniones, el problema sigue vigente hasta que se resuelva por sí solo o hay que tomar una resolución cualquiera, por mala que sea.

La falta casi total de conocimientos, suplida como dijimos antes por una larga serie de reuniones, configura el «reunionismo», que se traduce fundamentalmente en falta de perspectiva para resolver los problemas. En estos casos, el burocratismo, es decir, el freno de los papeles y de las indecisiones al desarrollo de la sociedad, es el destino de los organismos afectados.

Estas tres causas fundamentales influyen, una a una o en distintas conjunciones, en menor o mayor proporción, en toda la vida institucional del país, y ha llegado el momento de romper con sus malignas influencias. Hay que tomar medidas concretas para agilizar los aparatos estatales, de tal manera que se establezca un rígido control central que permita tener en las manos de la dirección las claves de la economía y libere al máximo la iniciativa, desarrollando sobre bases lógicas las relaciones de las fuerzas productivas.

Si conocemos las causas y los efectos del burocratismo, podemos analizar exactamente las posibilidades de corregir su mal. De todas las causas fundamentales, podemos considerar a la organización como nuestro problema central y encararla con todo el rigor necesario. Para ello debemos modificar nuestro estilo de trabajo; jerarquizar los problemas adjudicando a cada organismo y cada nivel de decisión su tarea; establecer las relaciones concretas entre cada uno de ellos y los demás, desde el centro de decisión económica hasta la última unidad administrativa y las relaciones entre sus distintos componentes, horizontalmente, hasta formar el conjunto de las relaciones de la economía. Esa es la tarea más asequible a nuestras fuerzas actualmente, y nos permitirá, como ventaja adicional, encaminar hacia otros frentes a una gran cantidad de empleados innecesarios, que no trabajan, realizan funciones mínimas o duplican las de otros sin resultado alguno.

Simultáneamente, debemos desarrollar con empeño un trabajo político para liquidar las faltas de motivaciones internas, es decir, la falta de claridad política, que se traduce en una falta de ejecutividad. Los caminos son: la educación continuada mediante la explicación concreta de las tareas, mediante la inculcación del interés a los empleados administrativos por su trabajo concreto, mediante el ejemplo de los trabajadores de vanguardia, por una parte, y las medidas drásticas de eliminar al parásito, ya sea el que esconde en su actitud una enemistad profunda hacia la sociedad socialista o al que está irremediablemente reñido con el trabajo.

Por último, debemos corregir la inferioridad que significa la falta de conocimientos. Hemos iniciado la gigantesca tarea de transformar la sociedad de una punta a la otra en medio de la agresión imperialista, de un bloqueo cada vez más fuerte, de un cambio completo en nuestra tecnología, de agudas escaseces de materias primas y artículos alimenticios y de una fuga en masa de los pocos técnicos calificados que tenemos. En esas condiciones debemos plantearnos un trabajo muy serio y muy perseverante con las masas, para suplir los vacíos que dejan los traidores y las necesidades de fuerza de trabajo calificada que se producen por el ritmo veloz impuesto a nuestro desarrollo. De allí que la capacitación ocupe un lugar preferente en todos los planes del Gobierno Revolucionario.

La capacitación de los trabajadores activos se inicia en los centros de trabajo al primer nivel educacional: la eliminación de algunos restos de analfabetismo que quedan en los lugares más apartados, los cursos de seguimiento, después, los de superación obrera para aquellos que hayan alcanzado tercer grado, los cursos de Mínimo Técnico para los obreros de más alto nivel, los de extensión para hacer subingenieros a los obreros calificados, los cursos universitarios para todo tipo de profesional y, también, los administrativos. La intención del Gobierno Revolucionario es convertir nuestro país en una gran escuela, donde el estudio y el éxito de los estudios sean uno de los factores fundamentales para el mejoramiento de la condición del individuo, tanto económicamente como en su ubicación moral dentro de la sociedad, de acuerdo con sus calidades.

Si nosotros logramos desentrañar, bajo la maraña de los papeles, las intrincadas relaciones entre los organismos y entre secciones de organismos, la duplicación de funciones y los frecuentes «baches» en que caen nuestras instituciones, encontramos las raíces del problema y elaboramos normas de organización, primero elementales, más completas luego, damos la batalla frontal a los disciplentes, a los confusos y a los vagos, reeducamos y educamos a esta masa, la incorporamos a la Revolución y eliminamos lo desechable y, al mismo tiempo, continuamos sin desmayar, cualesquiera que sean los inconvenientes confrontados, una gran tarea de educación a todos los niveles, estaremos en condiciones de liquidar en poco tiempo el burocratismo.

La experiencia de la última movilización es la que nos ha motivado a tener discusiones en el Ministerio de Industrias para analizar el fenómeno de que, en medio de ella, cuando todo el país ponía en tensión sus fuerzas para resistir el embate enemigo, la producción industrial no caía, el ausentismo desaparecía, los problemas se resolvían con una insospechada velocidad. Analizando esto, llegamos a la conclusión de que convergieron varios factores que destruyeron las causas fundamentales del burocratismo; había un gran impulso patriótico y nacional de resistir al imperialismo que abarcó a la inmensa mayoría del pueblo de Cuba, y cada trabajador, a su nivel, se convirtió en un soldado de la economía dispuesto a resolver cualquier problema.

El motor ideológico se lograba de esta manera por el estímulo de la agresión extranjera. Las normas organizativas se reducían a señalar estrictamente lo que no se podía hacer y el problema fundamental que debiera resolverse; mantener determinadas producciones con mayor énfasis aún, y desligar a las empresas, fábricas y organismos de todo el resto de las funciones aleatorias, pero necesarias en un proceso social normal.

La responsabilidad especial que tenía cada individuo lo obligaba a tomar decisiones rápidas; estábamos frente a una situación de emergencia nacional, y había que tomarlas fueran acertadas o equivocadas; había que tomarlas, y rápido; así se hizo en muchos casos.

No hemos efectuado el balance de la movilización todavía, y, evidentemente, ese balance, en términos financieros no puede ser positivo, pero sí lo fue en términos de movilización ideológica, en la producción de la conciencia de las masas. ¿Cuál es la enseñanza? Que debemos hacer carne en nuestros trabajadores, obreros, campesinos o empleados que el peligro de la agresión imperialista sigue pendiente sobre nuestras cabezas, que no hay tal situación de paz y que nuestro deber es seguir fortaleciendo la Revolución día a día, porque, además, ésa es nuestra garantía máxima de que no haya invasión. Cuanto más le cueste al imperialismo tomar esta isla, cuanto más fuertes sean sus defensas y cuanto más alta sea la conciencia de sus hijos, más lo pensarán; pero al mismo tiempo, el desarrollo económico del país nos acerca a situaciones de más desahogo, de mayor bienestar. Que el gran ejemplo movilizador de la agresión imperialista se convierte en permanente, es la tarea ideológica.

Debemos analizar las responsabilidades de cada funcionario, establecerlas lo más rígidamente posible dentro de causas, de las que no debe salirse bajo pena de severísimas sanciones y, sobre esta base, dar las más amplias facultades posibles. Al mismo tiempo, estudiar todo lo que es fundamental y lo que es accesorio en el trabajo de las distintas unidades de los organismos estatales y limitar lo accesorio para poner énfasis sobre lo fundamental, permitiendo así más rápida acción. Y exigir acción a nuestros funcionarios, establecer límites de tiempo para cumplir las instrucciones emanadas de los organismos centrales, controlar correctamente y obligar a tomar decisiones en tiempo prudencial.

Si nosotros logramos hacer todo ese trabajo, el burocratismo desaparecerá. De hecho no es una tarea de un organismo, ni siquiera de todos los organismos económicos del país, es la tarea de la nación entera, es decir, de los organismos dirigentes, fundamentalmente del Partido Unido de la Revolución y de las agrupaciones de masas. Todos debemos trabajar para cumplir esta consigna apremiante del momento: Guerra al burocratismo. Agilización del aparato estatal. Producción sin trabas y responsabilidad por la producción.


Por el CHE...
[revista Cuba socialista, abril de 1961.]



Con Chávez siempre,
con un chavismo incapaz y corrupto nunca...