04 septiembre 2006

La eterna lucha

ARTICULO DE OPINION DE SOCIALISMO POR LA VIDA

Por: Dr. Ángel Rafael Tortolero Leal


Dentro de la lógica maniquea con la cual nos amanecen los diarios de circulación nacional desafectos al Gobierno revolucionario, el titular con más rimbombancia es siempre aquel que apunte hacia el odio y el racismo. Nada más inútil para la vida que hacer del odio una conducta y de la descalificación un hábito donde guardar las aspiraciones por el poder. Tan inútil como el fastidioso césped verde donde sólo los idiotas, cual monos amaestrados, pierde el tiempo persiguiendo a una diminuta pelota blanca hasta meterla en un huequito, repitiendo ese ejercicio eternamente, con la misma inspiración como repiten sus errores.

No voy a entrar a considerar si el huequito simboliza o no, alguna perversión sexual insatisfecha en quienes sádicamente con un palo golpean la bola con saña y alevosía, pero lo cierto es que en una ciudad como Caracas, más importante que el hoyito en el césped es el espacio para la gente.

Cuando los revolucionarios hablamos de la gente, nos estamos refiriendo al ser en toda su dimensión y no a una parcialidad diferenciada por el estatus de primacía económica-social con el cual se identifican los privilegiados del sistema. Para nosotros no existen diferencias biológicas sustanciales entre los hombres libres, y mejor aún, luchamos por ratificar su igualdad por encima de la consabida iniquidad que opera entre los autodeterminados superiores, clase alta, sobre las clases medias y bajas.

En base a lo anterior, no podemos aceptar que quienes se desgarran las vestiduras por el bien común desde la perspectiva de la socialdemocracia y el social cristianismo, acepten que para algunos el mundo sea multicolor y para las mayorías gris. Cómo es posible que exista una minúscula clase social que disfruta el ocio, placer y hasta las perversiones de perseguir a una bola por el verde jardín mientras las mayorías permanecen alrededor aislados por las barreras injustas de las clases sociales.

Sin duda estamos frente al más claro ejemplo del perverso modelo capitalista tercermundista, donde una desquiciada clase oprime y ofende a las mayorías pobres, en nombre de sus injustos valores pequeños burgués.

La pelotita sigue rodando y el idiota desquiciado sigue golpeando, nos golpea. Por supuesto, dentro del derecho que nos consagra la Ley, no existe ninguna condena a la estupidez, hasta es bueno que así sea, pues ahora es más fácil demostrar lo débil que son los argumentos de los alcaldes sifrinos del Este caraqueño frente a la realidad objetiva que deviene de la revolución bolivariana. No voy a entrar a considerar si el Alcalde Mayor se equivocó o no, pero debo ser enfático al reconocer que la acción emprendida por éste, nos puso a pensar en serio sobre lo sustantivo y profundo que es la división social en Venezuela.

Apreciados camaradas, ha llegado la hora de hablar del problema dentro del problema, recordemos que las revoluciones son para despejar las contradicciones y no para evadirlas, si bien estamos en un momento electoral, no es menos cierto que también estamos en tiempos de definición, haciendo la revolución dentro de la revolución y construyendo la patria grande y libertaria de la V República, fe y esperanza de todos los hombres libres del planeta.

En ese sentido, esta campaña electoral esta llamada a la reconquista de la batalla, por las ideas para perfilar nuestra doctrina a favor de las mayorías.

¡¡¡¡Viva Chávez!!!!

Por: Dr. Ángel Rafael Tortolero Leal
angeltortolero@gmail.com

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