Embajador en Francia celebró nuestra independencia el 4 de Julio en vez del 5, o sea el día de la independencia estadounidense!Definitivamente hay que ponerle coto a la serie de desmanes (por no decir estupideces) que vienen cometiendo una serie de incapaces en el Servicio Exterior Venezolano... Ya es hora que un cargo de Embajador deje de ser una Patente de Corso para algunos, o un título nobiliario, o una beca para otros... No hay nada más ineficaz que nuestro Servicio Exterior... Pero lo peor es que éste se está constituyendo en una nueva “tecnocracia” al mejor estilo de la vieja PEDEVESA, donde una serie de engreídos incapaces se creen intocables... Dura tarea tiene por delante Nicolás Maduro en la purga de esa caterva de antirrevolucionarios que tanto mal le está haciendo al proceso. -JotaDobleVe-
Por: Xavier Padilla12-07-2007 Uno podría suponer que se trata de una broma, incluso de un error de imprenta. Lo cierto es que el día de nuestra independencia... perdón, el Día de Nuestra Independencia (esto deberíamos escribirlo siempre con mayúsculas), no fue celebrado por nuestra Embajada en París el día de su gloriosa y sagrada fecha aniversaria, el 5 de Julio. Se celebró, en cambio, el 4, el día que invariable y religiosamente -ellos sí- celebran el suyo en el Imperio. Nosotros al parecer somos más libres, parece informarnos nuestra embajada. Ahora resulta que somos tan libres que podemos darnos la libertad, a nivel de nuestras instituciones, de alterar hasta el mismísimo día de nuestra Libertad!
Este cambio (de connotaciones no poco macabras) ocurrió por ineptitud, claro está, de nuestro Embajador en Francia, el cual no reservó con suficiente antelación el espacio donde tradicionalmente se celebra lo que podríamos honrosamente llamar nuestra Suprema Fecha Patria. Que yo sepa, jamás en la historia de nuestra Misión Diplomática en París -incluyendo todos los tétricos años de la IV- se perpetró un tal exabrupto.
Note el lector, de pasada, que para cualquier Embajador venezolano en París, cuyo sueldo es de aproximadamente unos 15.000 dólares (32.209.500 Bs) mensuales -sin contar con los gruesos viáticos que le son atribuidos- la reservación de dicho espacio para festejar nuestra gloria de pueblo libre no presenta normalmente mucha dificultad...
Sin embargo, contrariamente a todos sus predecesores, a nuestro actual Embajador en servicio no le fue posible obtener este espacio. Un espacio que sólo hay que reservarlo y donde no se paga siquiera alquiler. El Embajador hubiera podido alquilar, a falta de local para celebrar nuestra independencia, cualquier otro y deducirlo voluntariamente -en reconocimiento de su error- de su jugoso salario.
Ese espacio, donde se celebra, como decía, tradicionalmente nuestro Día de la Independencia, es el de la Maison de l'Amérique Latine (Casa de la América Latina), el cual, para servirnos de él, sólo tenemos que reservarlo con unas tres o cuatro semanas de anticipación como máximo. Nada que podamos llamar difícil. Sin embargo, no habiendo atinado a pegarle a una pelota tan grande, nuestro embajador, en aprietos gracias a ello, juzgó oportuno conservar al menos el lugar y cambió la celebración para el día 4. Esto serviría -tal vez pensó- de camuflaje: con un poquito de suerte, aquellos que vinieron en años anteriores a la misma no notarían el ligero cambio de calendario... Lo cual explicaría, también y sobre todo, por qué cuando se efectuó la celebración el embajador guardara un silencio total respecto al hecho de estarla llevando a cabo en un día... equivocado.
Un silencio malsano, tendríamos que decir, pues ni siquiera se estipuló la verdadera fecha de nuestra independencia en las INVITACIONES POR ESCRITO (ver imagen). Gracias a lo cual las personas que acudieron al evento, y que no forzosamente conocen cual es en realidad nuestro máximo día patrio, deben haber supuesto que éste, naturalmente, tenía correspondencia con el día en curso, es decir, el 4 de Julio. Lo cual demuestra hasta qué punto aquello que sólo puede tratarse de una fútil arrogancia impide a nuestro Embajador excusarse por sus errores y corregirlos, creando con su silencio una falsa información acerca de nuestra historia e irrespetando a la audiencia.
No hubo tampoco aclaratoria sobre una obvia (pero en realidad falsa) coincidencia: es el 4 de Julio, Día de la Independencia de los Estados Unidos de Norte América, el cual Bush decide celebrarlo con incomparable cinismo, dedicándolo a los soldados caídos en Irak en su misión supuestamente liberadora. Y ni una palabra dice, por supuesto, sobre las víctimas civiles iraquíes, que son dos veces más en tres años que todos los muertos de Sadam en 25...
Pero volvamos a París. Nuestro embajador estimó -al menos eso supongo- que esta pequeña coincidencia de nuestras celebraciones de independencia tal vez no llegase a pasar completamente desapercibida por algunos, por lo cual un ardid suplementario se imponía. El camuflaje tenía que ser ampliado. Y qué mejor que montar un evento (obviamente en otra sala) para el día siguiente, el 5, por ejemplo un concierto de música venezolana... Eso querría decir, por fin, ¡¡CULTURA patrocinada por la Embajada!! Algo así como tener la suerte de ver pasar de pronto al cometa Halley. Y... zas, carambola!! Vaya oportunidad para tapar dos huecos!!
Pero veamos cómo quien insiste en lo pérfido más adelante lo incrementa. Su excelencia el Embajador, tratando de cubrir el vacío en que había quedado nuestro 5 de Julio (el cual ningún digno embajador se perdonaría jamás pelar -léase honrar), tuvo la desfachatez de organizar ese día un concierto de música llanera y... COBRAR LA ENTRADA!!
Vemos entonces cómo la carambola, para quienes se creen muy listos, se les convierte en cambio en un doble insulto a nuestro gentilicio. ¿Qué desafección y agallas hay que tener para instarnos a celebrar nuestro glorioso 5 de Julio un día antes (el mismo en que el Imperio estaba celebrando el suyo y dedicándolo al genocidio en Irak), y luego invitarnos a un concierto EN NUESTRO DIA cobrándonos la entrada!!
Sepan amigos lectores que todas las embajadas de todos los países, hasta los más pobres, tienen presupuesto para celebrar sus gloriosas fechas.
Les ruego compatriotas comprendan mi indignación. El evento musical se llevó a cabo en la Casa de las Culturas del Mundo, donde se presentó el grupo Venezuela Ensamble, de Barinas, con el patrocinio de la Alcaldía de la ciudad de Barinas, de la Casa de las Culturas del Mundo y de la propia Embajada. Esto es, tres (3) patrocinantes. Patrocinantes a pesar de los cuales, el público tuvo que PAGAR 10 EUROS!!
Nunca antes hubo un evento organizado por nuestra embajada donde tuviéramos que pagar por celebrar en el día de nuestra independencia. Y lo que es muy curioso -si no ya bien sospechoso- es que había patrocinantes. Exactamente tres (3). Y creo tener derecho al empleo de la palabra SOSPECHOSO, sobre todo cuando supe que el mismo grupo musical se presentó luego en Suiza sin que se cobrara la entrada (ni ser 5 de Julio). Nuestro Embajador allá, el camarada Juan Arias, de algún modo se las arregló para cubrir con todos los gastos del grupo -y no creo que sea mago...
En realidad empleó fondos existentes o los buscó, pero no cobró al público. El Círculo Bolivariano de Suiza también participó, como gallardamente acostumbra a hacerlo. A propósito, el Círculo Bolivariano de París ha organizado en el pasado muchos eventos de su propia iniciativa y jamás ha cobrado entrada.
En fin, compatriotas, este servidor, venezolano residente en Francia por más de una década, músico con experiencia internacional en más de 40 países, artista plástico, escritor y modesto pero orgulloso representante de nuestra cultura, no está dispuesto a tolerar ni una sola señal de barbarismo más en el seno de nuestras instituciones.
Señores funcionarios todos, sabed que los tiempos de la oscuridad pasaron, hoy son los de la Contraloría Popular que viene con antorchas a responsabilizarlos en lo sagrado de sus servicios y en la pulcritud sus deberes. Y no habrá sombra que el pueblo pele.
¿Por qué no se utilizó la sede de la embajada, grande y acogedora, para celebrar nuestro Día de la Independencia, habiendo perdido (por inepcia del Embajador) los locales acostumbrados?
¿Por qué se prefirió, en cambio, mudar de día, lo cual es en sí una falta de tono y respeto -inadmisibles- por nuestra historia e indigno no sólo de cualquier Embajador, sino de quien además fuera en dos oportunidades Ministro, y una de las cuales nada menos que CANCILLER!!?
¿Por qué se organiza un concierto en NUESTRO DIA y se nos cobra la entrada, a pesar de ser NUESTRO DIA y de haber tres (TRES) patrocinantes, incluyendo la Embajada?
¿Y por qué las embajadas de países con muchísimo menos recursos que el nuestro, como lo son las de los hermanos países de Bolivia, Perú y Ecuador, pueden organizarse y hacer una representación cultural impresionante, con más de 80 músicos y bailarines sobre la escena, como la que tuvo lugar hace dos semanas en la sede Unesco en París, mientras que la nuestra no es siquiera capaz de responder a una carta, a una propuesta, mucho menos salir al encuentro y tener iniciativas, tanto en lo político como en lo cultural?
¿Es que no es lo propio de una embajada estar al servicio de los intereses del país que representa?
¿Es que nuestro pueblo se merece en el extranjero una representación mezquina, obtusa y ausente?
¡¡¿Se lo merece la Revolución Bolivariana?!!Ortega y Gasset decía que la solución de un problema falso es un error absoluto. Pero qué oportuno querer pasar por simpáticos cuando se trata de cubrir un desliz con una ligereza.
Los interesados en ocultar su ineficiencia, y por ende su falta de verdadero compromiso, alegarán que no es tan grave celebrar, incidentalmente, un Día Patrio un día antes o un día después. (¿Querrán decir, tal vez, como se hace a veces con los cumpleaños?...).
Imagínese el lector diciendo él mismo: "hoy estamos reunidos celebrando nuestro Día de la Independencia, que es mañana"; o diciendo "... hoy celebramos nuestro Día de La Independencia, con todo respeto, que fue ayer"... ¿Se trata de una situación de la que el sentimiento de verdadera conmemoración puede salir indemne? ¿O se trata de una situación más apropiada para provocar la risa y, por lo tanto, es más bien burlesca?
También nos dirán que una eventual coincidencia de nuestra celebración con la de otro país sólo puede tener connotaciones pervertidas en la mente de quien las quiere tener. Cierto, en vez de ponernos a pensar en esas cosas sería mejor recobrar la sobriedad intelectual y decirse a sí mismos que, después de todo, en nuestro caso no se trataba del día verdadero...
Pero luego no puedo evitar preguntarme: si no fue por ineficiencia que no celebramos el 5 de Julio el día que había que hacerlo, si no fue por irresponsabilidad (de alguien...), ¿entonces por qué fue? ¿para variar? ¿para poner en práctica otro estilo? ¿una nueva forma de concebir la historia, un enfoque más ameno de la misma? ¿una historia light, refrescante, de flexibilidad efemérica?
Es cierto que algunos a fuerza de teñirse demasiado con onoto muy fino terminan por taparse los poros y encuentran sofocante el concepto de respeto por la historia. Esos están siempre rojitos, pero de rabia que se lo digan.
Por: Xavier Padillaxavierpadilla@9online.fr
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