o una historia de Fidel...(...) No hacemos nada con dar libertades que son solamente teóricas. El derecho a escribir, muy bonito; pero el que no sabe escribir no puede tener derecho a escribir. El derecho a hablar libremente, muy bonito; pero el analfabeto que no ha abierto un libro nunca en su vida, porque no le dieron oportunidad, no puede tener derecho a hablar. Fidel Castro
Por: José M. Ameliach N.Como a la 1 de la madrugada del 25 de noviembre de 1956, desde la población de Tuxpán, México, emprenden 82 expedicionarios un viaje a bordo de un yate; aquel poblado se encuentra a orillas del río que lleva ese mismo nombre y está muy cerca de la desembocadura al mar. Hacía mes y medio que un hombre joven y de aspecto resuelto había adquirido a buen precio el yate que se encontraba abandonado y en malas condiciones, su propietario anterior era un hombre norteamericano de unos 65 años que explica que el nombre que lleva la embarcación, GRANMA, es la abreviatura en inglés de abuela, ascendiente por la parte materna a quien quiso mucho; el comprador recuerda que GRAN MA es llamada una diosa de la santería cubana y por eso decide conservar el nombre del yate.
La embarcación ya refaccionada, sobrecargada, suelta sus amarras, va con las luces apagadas y silenciosamente se dirige hacía la desembocadura del río Tuxpán y penetra al golfo de México con el mar picado; en algunas oportunidades la situación de la gente se torna muy insegura cuando en alta mar de presentan tres tempestades y la embarcación parece zozobraba en esos momentos. En la mañana del 2 de diciembre, después de 7 días de angustioso viaje, el yate llega a Cuba, el sitio de su arribo se llama Los Cayuelos y allí encalla, sus pasajeros desembarcan en un lodazal y después de unas horas de camino dificultoso, entre pantanos, algunos expedicionarios llegan a la aldea de Belic; enseguida alguien contacta a un campesino y éste los aloja en su casa obsequiándoles agua y comida.
Poco después de llegar a la población de Belic, la gente que comanda aquel hombre joven de nombre Fidel Castro, se percata que hay movimiento de naves militares por aire, mar y tierra, oyéndose de vez en cuando disparos a lo lejos, motivo que los obliga ha emprender la marchar rumbo a la montaña, escondiéndose entre los matorrales, después de algunas horas se detienen en una pequeña finca para calmar la sed y el hambre, rápidamente reanudan la marcha por entre los cañaverales cercanos al ingenio Niquero; donde son descubiertos y atacados por unos aviones que ametrallan casi al azar. Por tal circunstancia los expedicionarios deciden salir de la plantación y mezclarse con los trabajadores del campo que andan por allí, con la pretensión de evitar con esta maniobra que algunas ráfagas, dirigidas sin ninguna certeza contra ellos pudieran por casualidad herirlos.
El 5 de diciembre de 1956 los guerrilleros se hallan próximo a la colonia agrícola Alegría del Pío, y de pronto divisan una escuadra de aviones que vuelan en círculos sobre el lugar, entonces se dan cuenta que están siendo cercados por la gente del gobierno y desorganizadamente tratan de escapar hacía cualquier parte; arrastrándose bajo los zumbidos de las balas. De este ataque salen varios muertos y algunos heridos, entre los cuales está el Che Guevara, siendo pocos los hombres que llegan a los cañaverales y allí, oyendo los gritos de los soldados que tratan de aprehenderlos, pasan la noche.
El día siguiente a media mañana una avioneta descubre en el cañaveral a tres expedicionarios, entre ellos se encuentra Fidel, y abre fuego, cuando el aparato se aleja para dar la vuelta los guerrilleros aprovechan para trasladarse rápidamente a otro sitio; y cuando la avioneta regresa comienza a disparar exactamente donde ellos habían estado segundos antes. Escondidos permanecen algunos días protegido por las plantaciones y alimentándose con el jugo de la caña, ya para el día 10 parece haberse levantado el asedio de las fuerzas militares; esa noche avanzan unos cuatro kilómetros, consiguiéndose en su marcha algunas patrullas de soldados que pueden evadir.
Fidel, que anda con solo dos compañeros, pronto se entera que en el combate de Alegría del Pío habían capturado a 38 expedicionarios y que de ellos 21 fueron asesinado, por lo que entre los perdidos en el desembarque, los heridos, los muertos y los detenidos, aquel grupo de combatientes que sale de Tuxpán casi ha desaparecido.
(Esta historia continuará)
Por: José M. Ameliach N.Noviembre 2.006
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