...en casi toda la década de los setenta y ochenta: la élite intelectual de la izquierda se pasó casi en cambote a la derecha, aunque siguieran sosteniendo que no renegaban de Marx: Adriano González León, Rafael Cadenas, Pedro León Zapata, Manuel Caballero, Caupolicán Ovalles, Américo Martín, el propio Domingo Alberto Rangel, etc...
Con razón dicen que no hay peor cuña que la del mismo palo. Es la conclusión que se saca al escuchar o leer opiniones de gente que pasó la mayor parte de sus vidas en el partico comunista, en el MIR o el MAS. Cuando uno los lee no puede menos que preguntarse si es la misma persona que uno conoció en otra época o se trata de alguien muy parecido que se haya formada en Tradición, Familia y Propiedad o formaba parte del grupo de los araguatos de COPEI anclados en los años 60´.
En realidad, cuando examinan al proceso lo hacen con el hígado. Es pura hiel lo que expulsan ¿A qué se debe? Se puede pensar que se trata de los llamados odios mellizales o el simple resentimiento de no estar donde hoy se encuentran personas a las cuales no otorgaban mayores méritos. Como sea, cuando examinan lo que ha venido ocurriendo en los últimos 15 años pareciera que les han pedido prestada la cabeza a uno de esos personajes de la godarria criolla que no salía de las 12 cuadras que conformaban al Country Club.
Lo cumbre es que algunos aún se denominan de izquierda; de izquierda democrática, por supuesto, aún cuando no fuesen para nada democráticos en sus épocas de dirigentes políticos de primera línea. Pero son unos izquierdistas raros pues su planteamiento cada día se alimenta más del neoliberalismo en lo económico y social. Lo de demócratas les dura lo que tarda en aparecer alguna aventura militar. Su sola posibilidad los hace soñar con entrar a Miraflores dentro de los tanques.
Toda esta gente no es capaz de armar una posición propia. Muchos se agrupan tras opciones que pudieran garantizarles alguna posición. Otros, más exquisitos, nada les acomoda que no sea verse ellos al frente de los acontecimientos. Pero son puros deseos, al final terminan detrás de María Corina o de Leopoldo López; otros agarran para donde Capriles. Total que, profundamente desfigurados sólo les queda actuar tras bastidores a ver si se colean.
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