29 febrero 2008

EL GOLPE SUAVE...

o no hay peor ciego que el que no quiere ver…

La impunidad de los delitos hace que éstos se cometan con más frecuencia, y al fin llega el caso de que el castigo no basta para reprimirlos.
-Simón Bolívar-

Por: JotaDoble Ve

Especial para la Hojilla Impresa.



La cantaleta es la misma… no hay leche, ni azúcar, ni arroz, ni harina pan, aceite, pollo y pare usted de contar… por otro lado, la situación de las medicinas es crítica, la mayoría de ellas –las de uso más común- han desaparecido de los anaqueles de las farmacias… las que no, simplemente han sido retiradas por los laboratorios y las lanzan al mercado con distinto envase y triple precio... si alguien duda de lo que digo, puede preguntar por la Benzetacina, la cual no se encuentra en la presentación tradicional que valía 3-4.000 bolívares de los viejos y hoy solo se encuentra en una nueva presentación con caja de lujo –la cual incluye una inyectadora- por la módica suma de 30 y tantos bolívares fuertes… Y quien habla de medicinas habla de repuestos de automóviles los cuales en los últimos tres meses han triplicado su precio…

Ustedes me perdonan Camaradas, pero si eso no es el “Golpe Suave” del cual hablaba el Comandante hace unos meses atrás, no sé entonces que sipote es lo que es… pero ese no es el asunto, lo que es preocupante es la tranquilidad con que lo están tomando algunos camaradas con funciones, y responsabilidades, de gobierno… Hay un plan orquestado… hay una estrategia en proceso… los hechos están sucediendo, están allí –a la vista de todos- El fin principal es el de disgustar al pueblo… de crear la matriz de opinión de desabastecimiento… tener las bases para asegurar que “Socialismo” es igual a “Carestía”… En resumen, nos están tumbando y nosotros… ¿Qué hacemos?... ¿Qué hacen los que tienen algo que hacer?... Pues mira, pienso que ¡¡NADA!!... porque quejarse -cual vieja plañidera de velorio- es: ¡¡no hacer nada!!

En los pocos casos, aquellos pocos pero que existen, de corrupción que hay en nuestras filas –y en las que saltaron la talanquera- casos los cuales son exagerados, por los medios, al máximo ante una aparente desidia cómplice de aquellos funcionarios a quien compete su resarcimiento nada, y cuando se hace algo –tímidamente- nuestros medios no le dan la relevancia equivalente a aquella con la cual las Putas de los Medios nos atacan… Y para ponerle un corolario a la situación persisten las groseras retribuciones salariales de funcionarios que se otorgan a sí mismos sueldos millonarios y ahora prebendas adicionales que cubren con creses las pingües rebajas que se hicieran hace unos meses a solicitud de nuestro Comandante… funcionarios que andan descaradamente en automóviles lujosos abusando en el transito y concediéndose prerrogativas especiales que están lejos de la moral revolucionaria…

Por otro lado, entre múltiples hechos destaca de otros, la aparición de mercancía, importada por Mercal, en la cocina una Clínica de lujo… Con piticos y fanfarrias de GloboTerror hizo fiesta con eso; mientras que en los mercalitos, o los consultorios de Barrio Adentro, de los cerros no había ná… Y el colmo es que por ese exabrupto no hay todavía nadie preso, comenzando –por ejemplo- por el administrador de dicha clínica… Tenemos, por otro lado, a los señores productores de alimentos enviando gandolas con cientos de toneladas a una exportación medio ilegal allende nuestras fronteras… Los laboratorios farmacéuticos venezolanos producen cada día menos, pero importan cada vez más… pero, según me dicen, lo que hacen es comprar materia prima con dólares preferenciales y vender sus productos terminados, elaborados fuera, a dólar libre en el mercado internacional ¡¡Palo de negocio Camaradas!!... Mientras que ningún oligarca de Fedecámaras, Consecomercio o la Mafia que los agrupe se encuentra aún preso, demandado o intervenido...

Y yo me pregunto… ¿seguiremos haciendo el papel de pera de boxeo?... ¿de bolsas?... ¿dejaremos que la oligarquía nos siga dando carajazos?... ¿Sólo verteremos lágrimas de cocodrilo ante la agresión?... ¿Dónde están los presos?... ¿Dónde las empresas intervenidas o cerradas?... ¿Dónde los laboratorios nacionalizados?... ¿los bienes decomisados?… Yo creo que la vaina ya no es si cerramos o no una que otra puta de los medios a la cual le hemos permitido que hagan lo que le da la gana, por encima de una ley vigente… o que si mi pana Lina Ron es alborotadora, o no, al requerir la represalia popular contra una emisora ante la incompetencia de las autoridades.… o que si Tascón presenta o no unas pruebas, las cuales son la Fiscalía o la Procuraduría, quienes deberían recabarlas -por aquello de “Noticia Criminis”- No Camaradas, ya se acabó la hora de hablar bolserías de rumiar gamelote cual vaca en potrero… o declarar en televisión derrochando pantalla… ¡¡hay que actuar!!… y actuar ya… actuar con firmeza revolucionaria… sin que se le agüe el ojo a nadie… y sin falsas solidaridades cómplices… con un “caiga quien caiga” que no sea de la jeta para afuera…. El “Oligarcas Temblad” debe dejar de ser letra muerta del pasado…

Comandante, yo sé que a usted no lo engaña nadie… pero me pregunto, quienes lo rodean ¿Le informan a usted todo lo que debería saber?... ¿Realmente lo hacen?... y si lo hacen, ¿Lo hacen con sinceridad?... Comandante coma avispa porque cigarrón atora

Nos vemos en las teclas…

JotaDobleVe
JWekker@GMail.com

Visita: http://www.simon-bolivar.org

PATRIA, SOCIALISMO O MUERTE….
¡¡¡VENCEREMOS!!!

09 febrero 2008

REVOLUCIÓN BOLIVARIANA: SE SOLICITAN RADICALES

De nuevo... Abstenerse boquilleros, fariseos y oportunistas... un trabajo en la línea de la radicalidad revolucionaria.

La ambición, la intriga, abusan de la credulidad y de la inexperiencia de hombres ajenos de todo conocimiento político, económico o civil; adoptan como realidades las que son puras ilusiones; toman la licencia por Libertad, la traición por Patriotismo, la venganza por Justicia. Semejante a un robusto ciego que instigado por el sentimiento de las fuerzas marcha con la seguridad del hombre más perspicaz y dando en todos los escollos no puede rectificar sus pasos.
-Simón Bolívar-



Por, Martín Guédez

La Revolución Bolivariana, socialista, bonita y solidaria necesita de radicales. La fuerza de la costumbre –incluso la manipulación- ha convertido el término en algo sospechoso de fanatismo, fundamentalismo e incluso oscurantismo. Un radical de acuerdo con esta perversión del concepto es un extremista irredimible. Un imprudente, un desequilibrado, un “aceleradito sin causa”, una persona que no posee la madurez del equilibrio.

Pues esto no es así en la vida de un revolucionario verdadero. En la línea de ser revolucionario haciendo revolución y ser socialista construyendo socialismo no hay otro modo que siendo radical, cualquier grado de “equilibrio” conduce ordinariamente a la ambigüedad. Nuestro concepto martiano, radical es el que va a la raíz profunda de las cosas y se nutre de ellas. Es radical el que no se queda en la superficie y en lo apariencial, el que no tiene otra agenda que la agenda del pueblo, el que asume la lucha por el socialismo –sin apellidos- con todas sus consecuencias. Visto así, es condición insoslayable del cuadro, del apóstol, del misionero socialista, la radicalidad más absoluta y el “equilibrio” representa más bien tibieza y mediocridad. El verdadero equilibrio en el ser socialista se verifica en la radicalidad de la entrega y tiene poco o nada que ver con la “sensatez” o la “prudencia” de quienes se manejan con agendas diversas por más que sean maestros del mimetismo.

En términos de ejemplos paradigmáticos Jesús de Nazareth, Simón Bolívar o el Che fueron radicales absolutos. Así fue percibido con claridad por los poderosos de sus tiempos, sus radicalidades fueran en tal modo absolutas que los condujeron, al uno a la cruz en el Gólgota, al otro a la soledad dolorosa de Santa Marta y al otro a la Higuera, allá, cerca de Vallegrande en la querida Bolivia. La cruz de Jesús, la soledad de Santa Marta y la grandeza de aquel destartalado salón de escuelita se insertan en esta verdad absoluta. Jesús no murió en la cruz por la voluntad de un Dios que tenía necesidad de su sangre y sacrificio. Bolívar no termina oyendo entre lágrimas el canto de los negros esclavos en Santa Marta porque los planes personales del mágico adelantado así se lo imponían. El querido Che no concluye su lucha humana en la Higuera porque quiso ser el “guerrillero más famoso de su época”. Terminan así como consecuencia de sus radicalidades absolutas.

Fueron decididamente radicales tanto en sus entregas como en sus exigencias. Sabían que se es “sal de la tierra y luz del mundo” o sólo se sirve para ser “pisoteados por los cochinos”. Por eso la opción por el socialismo debe ser radical y ocupar el primer lugar por sobre cualquier otro amor, interés o deseo. Cualquier bien y hasta la propia vida debe ser sacrificado cuando entra en contradicción con el radicalismo de la opción por el socialismo. No hay lugar para medias tintas, el compromiso socialista fruto de la conciencia es superior y primero porque es el compromiso por la vida de la humanidad entera. El socialismo exige un compromiso llevado –por irrefragable convicción- hasta las últimas consecuencias. El camino que lleva hasta ese reino de igualdad, de paz y de justicia no es ancho, cómodo ni equilibrado sino estrecho… añadiría…radicalmente escabroso y estrecho. Los que lo sigan, junto al inmenso honor de elevarse hasta el escalón más alto al que puede hacerlo un ser humano, deben –debemos- estar dispuestos a todo, incluso a “no tener donde reclinar la cabeza”. Deben –debemos- romper con todos los esquemas de “buena vida” heredados del capitalismo y una vez puestos en marcha no mirar atrás.

Nadie debe llamarse a engaño, nadie debe ocultar las dificultades de este camino sino reconocer –con paz, convicción y alegría- que es un camino lleno de espinas, marcado por la cruz y en medio de lobos. Las exigencias conscientes deben llevarnos hasta nacer de nuevo y dejar al hombre viejo que somos y al que hemos de ir muriendo. Incluso, como ya hemos mencionado en un escrito anterior, a saber que para muchos de nuestros mismos familiares y amigos esta radicalidad será un signo de locura.

Este radicalismo nace de la conciencia, de una conciencia absoluta de que nos entregamos a la salvación de la especie humana a la que pertenecemos y la preservación de la pachamama que nos dio la casa y la vida. Será siempre fuente de tensiones y conflictos, será, por decirlo de algún modo “navegar contra corriente”, conducir por una autopista en dirección contraria al tráfico establecido. Un socialista verdaderamente radical será objeto de odios, de incomprensiones, de intolerancias, de envidias, será motivo de división y escándalo. ¿Cómo no serlo si nos corresponde vivir y construir un mundo de igualdad y justicia en medio de una sociedad signada por el egoísmo y la explotación? Un socialista donde quiera que esté –trabajo, escuela, universidad, campo, etc.,- tiene que ser signo de contradicción, alguien que con su conducta desenmascara y denuncia la hipocresía del mundo.

Jesús de Nazareth, por ejemplo, condensó esta radicalidad en las bienaventuranzas que son la prueba radical de que las formas y los compromisos convencionales conducen a la impostura. En contraste con las teorías sociales del capitalismo, Jesús descalifica a los ricos, a los felices, a los satisfechos y “bien considerados”. En cambio los que para él están en el equilibrio evangélico son los pobres, los excluidos, los perseguidos por su opción por la justicia. Igual ocurre con otra serie de sentimientos naturales. El amor fraterno que Jesús reclama está bien alejado del “equilibrio”, no tiene nada de “sensato”. Para Jesús no somos buenos si no estamos dispuestos a dar la vida por aquellos a quienes decimos amar. Por cierto, nada que ver con el suicida por protagonismo –que los hay- sino por la dulce entrega de la vida por la vida sin más fin que la vida misma.

El compromiso que exige no tiene nada de equilibrada sensatez. No es el “equilibrio” prudente de los sabios, de los intelectuales o académicos sino que debe llevar a emprender acciones sobrehumanas de pasión y entrega. De cara a la verdad un socialista verdadero debe ser entonces radical hasta el absoluto. Su fidelidad a esta verdad debe conducirlo al enfrentamiento con el poder económico, social o político establecido. En su entrega a la causa de la verdad debe ser radical en la crítica y el desprecio por la hipocresía, por la superficialidad de la consigna altisonante y vacía, por el descaro del mimetismo oportunista y por toda forma de farisaísmo y apariencia.

Tiempo de radicales verdaderos, ese es el signo urgente de nuestro tiempo. Tiempo de la radicalidad en la forma de vivir el compromiso. Tiempo de consubstanciarse con los oprimidos siendo uno entre ellos. Tiempo de demostrar nuestra alegría irrenunciable de vivir humilde y dignamente exactamente como le proponemos al pueblo. Cada noche, cuando intento aferrarme al descanso que brindan unas horas de sueño, pienso en los Joseítos, los Eladios y la Myrian, subiendo cada noche las escaleras del cerro plagadas de malandros y paracos infiltrados, a espalda limpia, solitarios, con dolor en los riñones de pagar el precio de la explotación capitalista, acompañados sólo de la fe solidaria de su pueblo que desde las ventanas los cuidan… y me pregunto… ¿estos que para ser “socialistas” requieren cuatro o cinco guardaespaldas o escoltas se preguntarán alguna vez quien le guarda las espaldas al pueblo?cerroMyrianrrarme al descanso que brindan unas horas de sueño, pienso en los Joses familiaresismo -si

Por, Martín Guédez



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04 febrero 2008

¡El que tenga oídos que oiga, el que tenga ojos que vea!...

A LA LUZ DEL 4 DE FEBRERO DE 1992...
Un trabajo de reflexión a 16 años de aquel 4 de febrero.


Si hay una violencia justa, es aquella que se emplea en hacer a los hombres buenos; y, por consiguiente felices; y no hay libertad legítima sino cuando ésta se dirige a honrar a la humanidad y perfeccionarle su suerte.
-Simón Bolívar-

Por, Martín Guédez


Una mirada a la historia humana evidencia al menos dos características esenciales: su naturaleza social y el carácter vivo y evolutivo del sistema de valores morales y estéticos que se provee a sí misma para su existencia. En ese sentido, el cambio y, por tanto, la crisis persistente no le es ajena sino familiar al ser humano; le resulta relativamente cotidiana y aceptada como signo de vida y crecimiento. La crisis, aún en los estados más largos de equilibrio social, está presente en los aspectos más habituales entre generaciones. De modo tal que, aunque el marco social que encauza un período histórico no sufra cambios profundos, estos son apreciables en las satisfacciones, modas y en general en lo que podríamos llamar "los gustos" de una época, persistentemente disímiles entre generaciones y siempre asimilables sin traumas mayores.

Para la generación precedente, la resistencia al cambio termina convirtiéndose en un fastidio aceptable sin mayores desgarraduras, de igual forma que para la generación emergente el ir imponiendo sus propios valores sociales, familiares, estéticos, morales, etc. No así cuando se precipitan las grandes crisis, aquellas que afectan todo el conjunto del modelo fundamento del grupo social. Cuando colinden dos grandes capas tectónicas, -infraestructuras económicas- fenómeno al cual llama Lester Thourow, de "equilibrios interrumpidos", las consecuencias en todo el marco de la superestructura social son similares a las de un gran terremoto, un sacudón que todo lo conmueve. Nada o casi nada, quedará en pie y sólo resta el arduo trabajo de construir el nuevo marco, el mundo nuevo, la nueva sociedad sobre las ruinas de la anterior sin mayores concesiones.

Sería deseable que estos procesos no fueran traumáticos y cruentos; no obstante, la historiografía humana muestra que esto no ha sido posible hasta ahora. Obsérvense los períodos históricos de poderosos equilibrios interrumpidos y se verá como la contradicción entre las viejas fuerzas debilitadas por la necrosis creciente y el poder nuevo de las fuerzas emergentes no alcanza el salto cualitativo en paz. El viejo sistema utiliza toda la inteligencia conservadora desarrollada por años, hasta que la nueva fuerza transformadora cabalgando sobre sus propias bondades lo arrincona emprendiendo así el deslizamiento por una pendiente de traspiés, violencia y desatinos.

En Venezuela los procesos de cambios amenazan con dejar de ser cosméticos para devenir en profundos. El período de equilibrios interrumpidos se ha manifestado poderosamente, de modo tal que se está en pleno terremoto. Lo deseable sería el acoplamiento antes que la confrontación, la razón antes que el absurdo, pero, como en otros tantos procesos históricos, al momento de echar cuentas resulta difícil saber cual sector hizo más para producir el nuevo sistema social, si las fuerzas emergentes con su novedad y lozanía o las fuerzas caducas con sus sucesivas torpezas. Es curioso, pero el hundimiento del poderoso imperio romano no fue provocado sólo por las repetidas invasiones de godos y visigodos, sino ¡que duda cabe!, por la impresionante serie de emperadores corrompidos, pútridos y amorales, los cuales, con su poderosa y gratuita colaboración terminaron por dar al traste con todo el sistema imperial romano. Menciono esto sólo como dato curioso aunque en aquel caso no se tratara de transformación del sistema sino del agotamiento de uno de sus más conspicuos representantes, algo así como si al imperio estadounidense lo sucediera otro imperio pero siempre dentro del mismo sistema capitalista.

En Venezuela también se presentaron –y presentan- estos mismos síntomas: un sector mayoritario de excluidos, condenados por siglos a no tener ni siquiera esperanza. Un sector que ha venido hablando con lenguaje claro a través de los acontecimientos sociales de los últimos veinte años, y otro sector que recurre a sus mismos argumentos y similares instrumentos de análisis para ofrecer metas y objetivos que contengan cambios gatopardianos que nada cambien. Respecto al proyecto político puntofijista: ¿Cómo no se atendió con seriedad y disposición de cambio el campanazo del 27 de febrero de 1989? Absurdo, torpeza y ceguera. Porque allí estaban claras las líneas maestras del terremoto social en ciernes. Allí estuvo un pueblo condenado por el sistema, por la ausencia de liderazgo y sin vasos comunicantes eficientes entre sí protagonizando un doloroso episodio de rotunda anomia social, un grito desgarrador y rebelde. Bien, en aquel momento se vieron los mismos personajes, los mismos discursos, los mismos mensajes, esos mismos que hoy intentan vender el mismo producto, ya sin atractivo y marchito, de su democracia representativa.

Por ningún lado, salvo honrosas excepciones, apareció la razón y la reflexión sino la bulla y el disimulo. Pocos se dieron a la tarea de renovar el viejo marco social, político y económico que había producido -en un país al que le ingresó decenas de planes Marshall- una legión inmensa de marginados, excluidos, negados e invisibilizados, en tanto que un pequeño sector con su mente y su corazón miraban hacía el american way of life, el carro nuevo, la acción del club y el segundo frente, con grosero autismo e indiferencia. La oportunidad de renovar sin traumas severos –por su propia seguridad- se perdió fundamentalmente debido al absurdo y la torpeza de los sectores que poseían las palancas necesarias para motorizar los cambios. No lo hicieron. Claro está, esos cambios suponían le negociación urgente de privilegios, el cambio del sistema de explotación capitalista y esperar que lo hicieran no pasa de ser una ilusión de esas que se siente cuando se está viendo una película y se conoce el cruento final pero uno siempre espera que algo pase que lo evite. Los privilegios históricos generan soberbia y nada enceguece más que la arrogancia y la soberbia.

De igual modo se obvió, en el paroxismo del absurdo, el verdadero mensaje del alzamiento del 4 de febrero de 1992, cuando unos jóvenes oficiales, quienes en calidad y cantidad representaban el sector más noble del ejército venezolano desnudaron la podredumbre del sistema y pusieron de relieve la necesidad de un pueblo por un liderazgo verdadero. Aquellas líneas maestras para cualquier profesional de la sociología, politología (quitar coma,) o sencillamente para cualquier ser humano, fueron obviadas en eminente colaboración por omisión con el derrumbe próximo de la democracia representativa y el funtofijismo. ¿Qué preguntas han debido hacerse si no estuvieran totalmente embotados por los vapores de la corrupción y la riqueza fácil?, pienso que al menos estas:

1. ¿Por qué este grupo bolivariano, operando dentro del ejército, no pudo ser detectado, o bien denunciado, o bien anulado por los comandos superiores?, ¿Dónde estaban estos generales?, -eso lo sabe todo el mundo: jalando que da gusto caña cara y colocando en los altares de la adulancia a cuanta barragana se apareciese por los predios del poder, o como llegó a comentar la doña Cecilia Matos, poco después de mudarse al lujoso apartamento en Nueva York, cuando mostraba a los íntimos sus lujosas alfombras, "Niña, yo tengo almirantes que las escogen, las buscan y las colocan".(Por cierto, uno de los más conspicuos almirantes de agua dulce del Frente Ibáñez-Matos.)

2. ¿No existía un profundo mensaje en el hecho de que buena parte de los oficiales subalternos hubiesen sido alumnos del Mayor Chávez en la Academia Militar?, ¡Qué envidia para cualquier docente, por cierto!, ¿Qué les "dio" a esos cadetes para alcanzar grado tal de fidelidad y compromiso entre esos muchachos que arriesgaron carrera, familia y la vida misma? Nunca se hicieron esa simple pregunta, nunca tuvieron el valor de buscar la respuesta… ¡nunca!

3. Cuando el día 4 aparece en las pantallas de los televisores un joven oficial, con voz y temple recios, al punto de que si se le quitaba el sonido y el drama, los desarreglados oficiales que asistían a su rendición -general uno y almirante el otro- demudados y desaliñados darían la impresión de estarle pidiendo permiso al indio de la boina roja para rendirse. Allí ocurrió el chispazo rebelde, en ese preciso instante mágico, se produjo un fenómeno de proporciones épicas:

a. El personaje en cuestión en menos de 40 segundos se grabó al rojo vivo en las retinas, el subconsciente, y en especial el corazón de casi todos los habitantes de este país (¡que envidia para los señores de la noticia que han invertido miles de millones de minutos y de dólares, y no han logrado hacerlo!), ¿Qué pasó?, ¿dónde estuvo el secreto de ese rayo comunicacional entre una persona y un pueblo?, ¿dónde estuvo la indudable magia de aquel momento?

b. ¿Por qué precisamente él, el oficial que se presentó sin ambages declarando que había fracasado donde sus compañeros habían vencido? ¿Por qué si su imagen no era el rostro cautivador caucásico y clásico que vende la degradante televisión venezolana? No era blanco, no se parecía a Albertico Limonta, no tenía dentadura colgate, y para colmo, había fracasado.

c. ¿Qué produjo el chispazo que le ha llevado a soportar sin mengua los últimos 9 años años de conspiración completa: económica, mediática, armada y hasta sentimental? Sin mayores profundidades, el "milagro" de enamoramiento automático vino de la mano de la necesidad desatendida de un pueblo y del otro lado –como el cable que cerraba el circuito- un HOMBRE, (así con mayúsculas), un hombre que extrañamente asumía la responsabilidad de un enorme fracaso; un hombre con voz recia, sin miedo; un hombre que invocaba, que humanizaba, que hacía carne el líder necesario, un hombre con cara, valor y honestidad de pueblo. ¿Es que acaso la soberbia no ha impedido que esta banda de ladrones reflexione sobre cuánto dinero se ha invertido, o como se ha utilizado la más sofisticada estrategia de la calumnia, el terror, la trampa electoral, la traición a sus propios candidatos, etc., para matar el virus Chávez, antes del parto, en el parto y después del parto y no han podido ni podrán mientras signifique y encarne esa rebeldía necesaria?

d. La magia que le ha permitido darles, no uno a uno, sino a todos juntos y a la vez, diez formidables palizas electorales, surgió de un fruto nuevo, el fruto de la semilla de sangre sembrada generosamente el 27 de febrero y alimentada, cuidada y regada con lo único que no pudieron esquilmarle a este pueblo: la esperanza y la dignidad. Esa magia está viva, ese amor continúa existiendo a pesar de los duros castigos a que lo someten el burocratismo y la poca vergüenza de algunos. Ese amor que debe transformarse en conciencia está allí y sólo puede perderlo –exactamente como en el caso analizado- la soberbia ciega y la arrogancia.

En el caso puntofijista, sabemos que ganados por la ceguera negra de la arrogancia no tuvieron la sindéresis necesaria para anteponer el cerebro a las vísceras. Así que ciegamente se han negado a reconocer su responsabilidad en el empobrecimiento de un pueblo y con ello disponerse a aceptar, -incluso en forma inteligente por su propio bien- cambios en la estructura del sistema económico, político y social, sino que en forma absurda y ciega, haciendo uso y abuso de todos sus impresionantes recursos para tapar el sol con un dedo intentaron e intentan la estulticia de matar al emisario que traía la mala noticia, suponiendo, que con ello se terminaba el problema. Craso error, matando el perro no se termina la rabia. Chávez no era el problema, Chávez era el emisario; por cierto, un emisario excepcional y confiable para el pueblo después de haber sido reiteradamente traicionado por los emisarios clásicos, es decir, los partidos políticos. Tenemos incluso la convicción de que cada vez que alguna de estas costosas campañas mediáticas logra hacer titubear a alguien, la sola vista, -como alternativa- de estos facinerosos de siempre, obliga a ver de nuevo con esperanza hacia Chávez, aún al más entusiasta antichavista clase media si acaso es sincero y no tiene agendas ocultas.

A dieciséis años de aquel 4 de febrero, apenas a dos meses del 2-D, el momento para la revisión de la historia es más que oportuno. ¿Estaremos comenzando a sufrir de ceguera ombligorréica los revolucionarios?, ¿estamos revisando los acontecimientos con claridad y firmeza o acaso también nos estamos conformando con mirarnos el maruto? La historia es un profeta que mira hacia atrás. Allí está como memoria colectiva para aprender de ella, ignorarla es condenarse a repetir los errores con la pesada carga de dolor y sufrimiento, de angustias y oscuridad que ello representa.

Las conductas de los pueblos en determinados momentos de la historia hablan, gritan, están allí para ser oídas, reconocidas, interpretadas y orientadas. Los pueblos hablan aún cuando enmudecen. No votar es una forma de elegir, una forma de gritar. Así como aquel 4 de febrero el puntofijismo abrió su tumba cuando los acontecimientos sólo recibieron un hierático y amomiado "muerte a los golpistas" de David Morales Bello, sin otra palabra inteligente que aquella sobre la cual logró alcanzar el gobierno la momia humana de Rafael Caldera, así pudiéramos estar abriendo la tumba de la esperanza más grande de toda nuestra historia si no somos capaces de ir a las causas profundas, a esas causas que nos cuestionen, esas que pican, esas que nos obliguen a revisar lo que estamos haciendo, esas que produzcan –sin anestesia ni soluciones edulcoradas- la rectificación verdadera, el impulso real –más que el reimpulso- de un proyecto auténticamente socialista, un proyecto sin concesiones a la clase dominante, un proyecto genuinamente popular, proletario, campesino, un proyecto transformador desde los cimientos de una sociedad degradada, burguesa, sin valores humanos. Un proyecto… ¡SOCIALISTA!

Por, Martín Guédez.


¡SIN CHÁVEZ NO HAY SOCIALISMO!

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