Uribe ha logrado engañar a Chávez, a nuestro pueblo no. Para ninguno de nosotros es un secreto que los gobiernos del país vecino son los responsables de las calamidades que a través de la historia se han registrado en perjuicio de nuestra patria. Pero ahora intenta tapar los hechos que lo opacan con responsabilidad directa por las masacres cometidas contra el pueblo humilde colombiano y los asesinatos de los periodistas, con el fin de lanzar su tercera reelección y por ello ataca a Venezuela
Tomado de: Semana.com.ve
Julio 4, 2008 -
Pues de esta manera Uribe intenta tapar los hechos que lo opacan para su tercera reelección como es la responsabilidad directa por las masacres cometidas contra el pueblo humilde colombiano y los asesinatos de los periodistas. Uribe es un sátrapa y tiene la firme pretensión de hacernos sus víctimas.
La operación militar colombiana de rescate de rehenes, sumamente aplaudida en virtud de su “alto nivel” de perfección sólo alcanzó el rango de “Jaque”, tal como fue identificada por las Fuerzas Armadas de Colombia, aunque “Mate” pudiera ser la segunda fase, a consecuencia de sus pésimos efectos cinematográficos, tal como le denominó el propio Ministro de la Defensa Colombiano Juan Manuel Santos y los otros generales que estuvieron al mando de la misma, una operación de “película”.
Por supuesto que aún dentro de cualquier observación crítica que se le hiciere, lo importante es que fueron entregados sanos y salvos 15 seres humanos quienes regresaron a la vida con el resultado de esta operación y lo otro resaltante es que no hubo bajas.
Resultó tan ajustada al libreto (el plan para la acción de inteligencia e infiltración) que cualquiera con dos dedos de frente diría que todo fue al estilo de los cuentos de hadas.
La gente, aún cuando aplaude el resultado, tiene sus dudas en cuanto al trasfondo que rodea a esta “espectacular operación Jaque”, obviamente ofende la inteligencia de cualquier ser pensante.
Quien haya visto “Rescate en Entebbe”, film basado en la recuperación de rehenes por parte de un comando de asalto israelí que tomó en 1976 el aeropuerto internacional de Uganda, país en esa época bajo la dictadura de Idi Amin Dada, para liberar a 255 secuestrados, y donde el único muerto fue precisamente el comandante de la acción, compararía el libreto del film con este rescate en Colombia.
Este 4 de julio se cumplen 32 años de aquella Operación Trueno, en Uganda y el “rescate” colombiano se efectúa casi en la fecha aniversaria de la misma, la cual se desarrolló desde la noche hasta el amanecer.
El hecho de que la de ahora en Colombia se hubiere realizado “sin manchar de sangre la espada” como dicen los generales colombianos, sugiere que entre los altos mandos de gobierno y guerrilla hubo algún contacto que permitió esta liberación, sin muertos, sobre todo con la garantía de vida para los quince ciudadanos que permanecían secuestrados.
Acuerdos que fueron concertado inicialmente a tres manos, Uribe, Chávez y Alfonso Cano, con la finalidad de buscar una salida hacia la paz, todo lo cual permitió que la guerrilla accediera a entregar los rehenes a Uribe de forma pacifica y voluntaria para luego hacerlo público ante el mundo, como gesto de paz. Sin embargo, Uribe que desde hace tiempo persigue su tercera reelección, incumple el pacto entre los tres, traiciona tanto a Chávez como a Cano y a sus espaldas inventa una escena de rescate al estilo de los peores sainetes con los militares y utilizando a los rehenes que ya estaban en su poder desde hacía varios días. Su principal colaboradora para esta comedía bufa fue Ingrid Bentacourt, para contribuir con Uribe a una tercera reelección.
Según informaciones recibidas, hubo reuniones en París entre gente del gobierno colombiano y enviados de las FARC y para el 30 de junio voceros oficiales de Colombia anunciaron que un comisionado del gobierno francés y uno del gobierno suizo, Noel Saenz y Jean Pierre Gontard se reunirían con el Secretariado de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia, en un sitio acordado por las FARC.
Asimismo, el gobierno colombiano para poder acceder a la negociación y a un posible acuerdo de paz, lo condicionaba a que la liberación de Ingrid Betancourt, personaje que reclamaba el gobierno francés, se produjera no como producto de un gesto en la búsqueda de la paz, sino como una operación de rescate ejecutada por inteligencia militar y por ende el gobierno, lo cual permitiría obtener un reconocimiento mundial por una acción, cuyo mérito no les corresponde realmente, porque es una misión ficticia.
Pero, ¿Quién obtiene la plusvalía política en todo esto, sino el presidente Alvaro Uribe, aspirante a un nuevo mandato?
Si la liberación se hubiere dado con una matanza de guerrilleros y soldados, o por la vía humanitaria como estaba preparándose con mediación internacional, no hubiera arrojado los resultados políticos de ahora, sino otros que no ayudaban a los objetivos políticos de Uribe.
No sólo en el plano político nacional, sino en el ámbito internacional, y especialmente en los Estados Unidos, y aún en la Unión Europea, Uribe fortalece su imagen, y se echan a un lado todos los incidentes que le han envuelto a él y a su gobierno en los últimos años desde 2006 en adelante. No es casual la visita de McCain, el candidato republicano a la Casa Blanca, el diálogo que sostuvieron él y Uribe, y la felicitación que le envía luego de la operación exitosa.
Ante este “rescate” sin derramar una gota de sangre, la pregunta obligada es por qué el 30 de marzo en horas nocturnas fue necesario emplear bombardeo aéreo y ametrallamiento, en la emboscada para matar a Raúl Reyes y sus acompañantes, mientras dormían. ¿En aquella oportunidad no pudieron hacer algo similar a lo de ahora para hacerle prisionero?
Ahora frente a estos dos escenarios, tenemos la respuesta: a quien no le interesaba que fuera entregada en esos días Ingrid Betancourt, era precisamente a Uribe, quien optó por el asalto militar contra Reyes y además la agresión territorial a Ecuador. Con esa estrategia para asesinar a Reyes, quien en su condición de negociador se oponía a entregarle a Ingrid al presidente Uribe, éste lograba en aquel momento atrasar dicha entrega por otra vía, mataba a su obstáculo y ganaba tiempo para ejecutar otros planes, todos en busca de su propia proyección nacional e internacional. Ya estaba en sus planes la búsqueda de una tercera elección presidencial, lo cual le daría mucho más poder.
También con la escena teatral planteada como un rescate, se observa que el mismo fue una entrega negociada y no la brillante operación militar que se proyecta, creyendo que las personas, a nivel mundial, son imbéciles para tragarse ese montaje.
Todo eso le permite a Uribe, en combinación con Estados Unidos, mover sus operaciones con el narcotráfico, el cual no han querido erradicar y para justificar sus omisiones culpan a Venezuela del incremento de dicho negocio ilícito. Con esta entrega de ex rehenes, de ahora, tratan de ocultar el “fracaso” del Plan Colombia que en realidad no ha sido activado, pues el mismo es sólo la excusa para la presencia de militares estadounidenses y la DEA en Suramérica para potenciar, en vez de erradicar, el negocio de la droga.
Las supuestas computadoras de Raúl Reyes, sembradas en el lugar de la acción militar contra él en territorio ecuatoriano, también son elementos de un plan que, por una parte, proyecta los objetivos políticos de Uribe, y por otra parte sirvió para tratar de involucrar al presidente de Venezuela, Hugo Chávez, como presunto aliado de las FARC. Este plan le mantuvo todo el tiempo en las pantallas de la TV mundial.
Asimismo desde Colombia se buscó la cooperación de Interpol para tratar de legitimar a dichas computadoras como una especie de evidencia de esa supuesta alianza FARC-Venezuela, tomando en consideración que Estados Unidos, que apadrina a Uribe, tiene calificada a esa organización como un grupo terrorista.
Por su parte, Scotland Yard, de la Gran Bretaña, dijo respecto al caso, que no perdería su tiempo en el mismo, porque allí nada había para investigar. Fue el único organismo serio que respondió con claridad y ajustado a la ley.
Igualmente vemos cómo en los medios de información internacionales, como el Washington Post y otros, así como algunos de Venezuela, han opinado que el cambio de actitud del presidente Hugo Chávez respecto a las FARC, pidiéndole abandonar la lucha armada y entregar los rehenes a cambio de nada obedece a las supuestas pruebas contenidas en las computadoras portátiles del abatido comandante Reyes.
Dichos alegatos son totalmente absurdos y reflejan ignorancia sobre las normas internacionales en materia penal y de derechos humanos e inclusive las mismas normas internas de Colombia y Venezuela, las cuales señalan que ningún elemento obtenido con violencia y agresión puede ser valorado como elemento de prueba en juicios, aunque las computadoras no hubiesen sido sembradas en el asalto y matanza de varias personas incluyendo uno de los guerrilleros de la FARC en el territorio ecuatoriano, violándoseles la soberanía. Fue precisamente por esto que los expertos venezolanos en derecho internacional no opinaron sobre la materia, o no lo notaron.
El presidente Chávez va a perder su tiempo en reunirse en los próximos días con Uribe, porque éste ha resultado ser el mejor alumno de George Bush en la ejecución de políticas anti-venezolanas.
Uribe no desperdicia un instante, sobre todo ante las cámaras de TV, para lanzar agresiones y ataques solapados contra el gobierno venezolano, como en su programa del miércoles en la noche, donde preguntaba a sus generales sobre unas pistolas, ello para lanzar un mensaje subliminal respecto a un soldado venezolano que supuestamente fue sorprendido con armas para las FARC. También habló de sus aviones “viejos y pequeños pero suficientes” a manera de mensaje disuasivo sobre su poderío aéreo.
Y en definitiva está plenamente demostrado que cuando se trata de Venezuela, el alto poder político colombiano sigue actuando con odio y resentimiento como lo hicieran en los tiempos del Libertador Simón Bolívar, cuando en Colombia el caudillo era Santander.
Le hemos abierto los brazos a nuestro decentes hermanos colombianos desplazados, víctimas del horror de la guerra interna de su país, pero el hecho que asumamos una carga que es de Colombia no quiere decir que seamos pendejos
Tomado de: Semana.com.ve http://semana.com.ve/article.php?id=723
Julio 4, 2008, 12:06 am