Toda operación de PDVSA requiere de una alta tecnología, la cual además de ser sumamente especializada, es poco comprensible al poco ducho en la materia. Ya al hablar, en los términos cotidianos, de barriles/día, tipo de crudo, y la terminología económica conexa que abarca la materia petrolera es toda una especialidad, pero a esta jerga todo venezolano está acostumbrado, y para él es más o menos entendible.
Pero mucho más complicado es la monserga tecnológica que se usa al referirse a las maquinarias electromecánicas, neumáticas, estructurales, electrónicas, instrumentales que se requieren para mantener la industria en pleno funcionamiento; esa terminología involucra no sólo los conocimientos en ingeniería en varias especialidades, sino un profundo conocimiento de innumerables normas internacionales que rigen la materia de la extracción petrolera tales como: API – ISO – NEMA – ANSI – ASTM - SAE – ASME - NFPA – UL – FM – AWWA - y pare usted de contar; normas cuyo conocimiento que por años se le reservó a una cúpula tecnocrática que existió dentro de la industria, y cuyos integrantes en una gran mayoría se comprometió abiertamente con el Golpe Petrolero, y quienes hoy inundan el mercado de trabajo de compañías privadas.
En la industria petrolera, toda nueva adquisición, reposición o nuevo plan de expansión requiere de un Proyecto de Ingeniería debidamente ejecutado el cual especifique cual es el tipo de material a adquirir. Las características de fabricación del material a utilizar dependerán de la ubicación física de las instalaciones, o de la parte del proceso en se desenvuelve ese material y por último el rendimiento y la seguridad de operación que se requiere de él; mientras más crítico sea el proceso o la ubicación, más rígidas son las normas y mas costosos los equipos que hay que instalar.
Estros proyectos se acostumbran a contratarlos con firmas de Ingeniería, y según sea lo complicado del mismo se hacen con firmas venezolanas o extranjeras. Esto se entiende válido para proyectos que se elaboran por vez primera, y obviamente no para reposiciones y/o duplicaciones de instalaciones que se presupone que ya fueron debidamente proyectadas.
En Venezuela existen compañías privadas de consulta, proyectos y procura a quienes se les ha venido subcontratando la ingeniería y procura desde hace años, son siempre las mismas ya que nollegan a una docena, tanto que hoy en día existe una especie de multivalencia, poco entendible entre alguna de ellas, ya que las mismas son a la vez responsables del proyecto, de la procura y de la inspección; como de dice en criollo: “se despachan y se dan el vuelto”. Estas compañías, en muchos casos tenían oficinas dentro de las instalaciones de PDVSA, confundiéndose muchas veces las funciones de cada uno. Los vicios son tales que muchas veces se contratan unas con otras, o se consorcian y en una sola obra puede llegarse a ver que hicieron a la vez las tres funciones.
Por otro lado vicios de la vieja PDVSA permitían que el mismo proyecto se haga una y otra vez en una especie de clonación perpetua al ser usados en instalaciones más o menos similares, y en donde el único trabajo de “ingeniería” lo tienen simples secretarias cambiando tan solo el nombre de proyecto y haciendo funcionar la impresora o la foto-copiadora; lo interesante es que se cobran cada vez como un nuevo proyecto y a precio completo como si fuera la primera vez; y hasta donde se ve, ese nefasto vicio continua hoy en día.
Pero eso sería lo de menos, lo grave actualmente es que la mayoría de conspiradores que salieron de la vieja PDVSA están hoy ocupando altos cargos en las mencionadas compañías de Proyecto – Procura - Inspección; y en una posición envidiable para lograr no un saboteo por sub diseño, que sería fácilmente detectable, sino que existe una componenda para causar un innecesario gasto a la nación sobre diseñando de manera grosera los equipos, con el fin de hacer la procura “más interesante”; este sobre diseño es difícilmente detectable ya que viene justificado en normas aunque estas no se apliquen para el uso destinado; así se puede ver que equipos destinados a oficinas se diseñan con la misma rigurosidad que aquellos que se encuentran dentro de una refinería, dando como resultado gastos que cuadruplicarán los hubiesen sido necesarios.
En las compañías laboran, como dijimos, aquellos que salieron de la industria por ser parte activa del paro; esto no tendría importancia, si estos personajes se dedicaran a prestar sus servicios al bien de la patria y del colectivo; pero lo que existe en muchos es un afán por destruir la industria, el esfuerzo del gobierno en levantarla; pero lo que es peor un empeño en encarecer al infinito, toda operación que en esta industria se intente.
Es difícil ir en contra de esto, ya que una vez aceptado el proyecto (por este Gang tecnocrático) toda argumentación girará en torno a criterios profesionales y normativos; y los ingenieros quienes, como los médicos, se cubren los unos a los otros, aducirán “criterio técnico” y “ética profesional” y si tenemos el agravante de una quinta columna infiltrada dentro de la parte técnica de PDVSA será sumamente difícil, no sólo, darse cuenta de esta expoliación a la nación sino que probarla, ya que la tecnocracia tanto adentro como afuera de PDVSA parecen ir de la mano, porque es inexplicable el porque que PDVSA continúe contratando, compañías en donde sabe que trabajan los saboteadores del paro, o a compañías quienes subcontratan a estos “señores” para estos los proyectos, para que así no aparezcan en sus nóminas.
Un agravante más es, que lo innecesariamente estricto de las normas aplicadas, dejan fuera las fábricas nacionales, con la indudable ventaja que el utilizar productos venezolanos en nuestra industria requiere. Esto se hace para beneficiar componentes importados, fabricados especialmente en los Estados Unidos, que deben pagarse en dólares y que representan una “mayor tajada” en la procura o simplemente para hacernos más dependientes de las transnacionales gringas.
Esto además se deja fuera no sólo las fabricas nacionales (muy buenas por cierto), sino fábricas latinoamericanas (de Colombia, Chile, Perú, Brasil, etc.) que serían una fuente de suministro más confiable a la hora de un conflicto y por otro lado, se segrega a fabricantes europeos por una prevalencía de tecnología gringa impuesta por la tecnocracia de la vieja PDVSA, y que parece no haber cambiado y sigue campante todavía.
No existe actualmente dentro de nuestra industria un efectivo control que desarraigue esos vicios, vicios que no solo representan la distracción de una gran cantidad de dinero del pueblo y que bien pudiera usarse en proyectos sociales o de expansión de nuestra industria. Y a la ves sirva para promover las fabricas nacionales para poder de una forma endógena autoabastecernos de muchos de los insumos en equipos que requiere nuestra industria; a un mejor precio y generando empleo para nuestro pueblo.
No sé si existe (debe haberlo, y si no existe hay que crearlo) un departamento que revise todo pedido de proyecto, que siga su ejecución, que fiscalice la forma como se hace la procura y sobre todo controle la inspección. Este mecanismo contralor, debe ser confiado a compatriotas fieles al proceso y a Venezuela, pero que a la vez tengan el conocimiento técnico suficiente para no verse mareados por la palabrería técnica y la complicidad profesional de los tecnócratas, ya que la contraloría que se debe efectuar involucra toda una jerigonza técnica que es difícilmente comprensible por neófitos en la materia.
Aparentemente tenemos nuestra principal industria dependiendo de los enemigos de la revolución y cualquier plan que se haga para sanearla debe involucrar este tópico, que no sólo desangra la industria, sino que conlleva en sí el sumirnos sin querer en la dependencia del imperio.
Son múltiples los frentes abiertos, este no puede ser el más importante; pero representa un desangramiento de los recursos que la misma PSVSA produce, y que se utilizan en cosas innecesarias en lugar de ser destinadas a las misiones en bienestar del pueblo.
JotaDobleVe
JWekker@GMail.com
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