No solo de pan vive el hombre, eso significa que el pan hace falta -Berthold Brecht-
El alma de un siervo rara vez alcanza a apreciar la libertad: se enfurece en los tumultos o se humilla en las cadenas. -Simón Bolívar-
Por: Arnulfo Poyer MàrquezLa pésima costumbre de echar la culpa al a administración anterior, es un vicio que trascendió a las horas que tocan responsabilidades ahora rojizas, de quienes han echado al traste, estos iniciales años trascendentales. Se acercan momentos, que para alinearse ante la revista del observador principal, el pueblo, maquillarán su pobre actuación con excusas de malos scouts.
Hay un mal endémico de arrogarse aún el “dejar ser”, el “dejar hacer”, el optar por el capricho, como categorías de Libertad, peor, atribuirlas como “principios” de la sociedad libre. Grave error, pues estos vicios son virus que trae la matriz imperial enquistada en los pueblos para cegar su disposición de elección; la flojera y sus egrégores hipnotizan como pautas de libertad. El engaño no puede ser más falaz, pues la medida no es sino un poder para entregar nuestras vidas a los brazos del capricho del individualismo egoísta; el plato no viene solo, sus contornos son un buffet de pautas y doctrinas tan disímiles, que en su variedad, parece un hermoso arco iris de pluralidad que provienen del haz de la “iniciativa privada”. Pero repito, nada más falaz, el haz no se anudó a sí mismo. No proviene, es la disposición egoísta hablando en lugar de los colores. Desde afuera es que ves que esa libertad es un control, nadie es libre.
Que triste. Ni siquiera quien controla los hilos.
Es un error pregonar la soltura y permitir las amarras, ¿cómo sería esa arenga? “¡Amarrados y soltados, seguidme!” El vicio no permite opciones. Lo que toca es una cura de alcohólicos anónimos es cierto. Pero hoy por encima de todo estamos en el “¡Ahora o nunca!” de Krishna a Arjuna, “¡Aquí me planto!” de Siddharta Buda.
Que compare estas santas afirmaciones con un simple “Acompáñame hermano” de nuestro candidato, no es considerarme su acólito para envanecer una aureola de ego. Es sentir su codazo y ver lo que él observa entre las estructuras humanas: “el imperio tiene indefenso el flanco del voto. ¡Ahora o nunca!” En efecto, el flanco estaba tan descubierto que a punta de su arma principal, el voto, hemos reducido a duendes, personajes instituciones vampiros, y, si el objetivo es la sonrisa masiva, el plan de nuestro candidato va dando los esperados y perdurables resultados. “Acompáñame” y leo entre líneas: “Necesito tus ojos”, que en plural implica “necesitamos VER”. En esta madrugada del proceso que andamos el ver es imperativo para cada elección. Cada elección debe transformarse en victoria del conocimiento sobre el egoísmo. Amistad sobre exceptuados y nuevas categorías llenarán acrecentado los espacios que van abandonando los vicios que inmovilizan a al creatividad. La creatividad es la categoría principal de la Libertad.
Personalmente creo, que la victoria más profunda de nuestro candidato ha sido la de penetrar la democracia hasta el vientre dándole al pueblo las armas del voto, armas que sólo nombrarlo provoca cismas en las agrupaciones opositoras debilitadas por este látigo. Si alguien no está contento, VOTEMOS.
Pero el borrón y cuenta nueva ya se mal señala como “tropiezo” del inicio de la nueva era. Creo que permitirlo es caer en la incertidumbre como sinónimo de libertad y la excusa, como efecto de esa incertidumbre; de paso, sería traer del viejo archivo, el borrón a lo antigua república. Está claro que continuar permisivo no estaríamos hablando de revolución. La pérdida de tiempo es una carga que arrastra quien sí ha hecho su labor notable, pues pone cuesta arriba el interés opositor para ser ganado a nuestra trinchera.
Por otro lado, algunos gobernantes rojizos, creen que revolución es un camino que así como se está creando en su nueva concepción, la suya en particular es la pertinente en su comarca, por creer ser los intérpretes de su realidad local. Si fuera porque han descubierto un atajo ejemplar para la profundización democrática, Venezuela sería una inmensa madreperla con perlas de provincias, rumbo al non plus ultra de las revoluciones… pero nada que ver, los que así han conceptuado su mandato regional son los que peor están. Han caído en las redes del “dividis et vinces”, la mayor de las trampas imperiales, ya que el bando opositor no juega a simpatizar con un gobierno “abierto chavista”, sino a manipularlo y hasta donde pueda, titiritarlo y por supuesto, derrocarlo. Su labor será entorpecida en todas sus intenciones, las zancadillas se las harán confundir entre los sucesos policiales.
Hay que asumirlo jamás habrá conciliación entre repartir y monopolizar, por lo que puntos intermedios hacia aquel fin, se forjan, no brotan. La ambición de poder, sembrada secular, hay que desenmascararla como el desvarío que es; impartir que ese mensaje nunca fue para el pueblo. Sin embargo es un espíritu nuevo el que ejecuta ese paso, mientras, imposible el término Socialismo dentro del pecho sin descubrir y apoderarse de la quimera para destruirla, y para ello es urgente indicativos de este espíritu nuevo para el cambio del concepto que transmute la responsabilidad que va adquiriendo su siembra humanizadota. ¿Qué caso tiene quitar cizaña, permitiendo la cizaña? En lo personal difiero tajante de la inamovilidad laboral como medida de crecimiento.
Desde Mérida, donde escribo estas reflexiones, el estudio de lo que digo no aflora cual iceberg, está patente en la vida diaria: cincuenta y pico de muchachos aborígenes amazónicos que vinieron a estudiar en la ULA fueron “paseados” en un tour de no aceptación a través de ella, y claro, acabaron en la gobernación, su carta procesal, pero se estrellaron cuando fueron informados extraoficialmente de que el gobernador no veía factible que estos compañeros indígenas viniesen a Mérida a estudiar. Con amigos de esos no hacen falta enemigos. Otro: el funcionario que dirige actualmente la cultura estatal, es de los que pregonan que el mal funcionamiento cultural en la entidad proviene del sicariado Giandomenico Puliti: si así es el hecho, están confesando entonces la impotencia que en cultura ha decantado el mandato ejecutivo y legislativo desde su llegada al poder, porque si la política cultural en el estado cultural de Venezuela no tiene quien la dirija, ¿de quién es la responsabilidad? Y si es desde tiempo atrás, ¿cómo estarán el resto de direcciones y comisiones?
Por: Arnulfo Poyer Màrquez
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