02 enero 2007

¡¡CUANDO SE QUIERE DE VERAS!!

Manuela, para el tiempo en que comienza su relación con Bolívar, era rica, instruida, de espíritu altivo y estaba, como suele decirse, bien casada...

Por: José M. Ameliach N.


Manuela Sáenz nace el 27 de Diciembre de 1.797 en Quito, Ecuador, de padres ricos, estudia en un convento de monjas y de Quito pasa a Lima en donde la hacen casar con un próspero comerciante inglés de nombre James Thorne. En Lima organiza equipos de apoyo al ejército del general José de San Marín y por ello se hace acreedora de la condecoración Orden de la Caballeresa del Sol.

Por los triunfos del Libertador en Bomboná y Pichincha se proyecta realizar un recibimiento memorable en la ciudad de Quito, por lo que Manuelita parte para allá con la finalidad de ayudar en los arreglos del evento. A la entrada triunfal del Libertador a la ciudad el 16 de Junio de 1.822, uno de los ramos de flores lanzados a Bolívar desde los balcones de algunas viviendas le da en el cuerpo, y al volver la cara ve a una mujer llena de un gozo infinito que le envía saludos y besos; era Manuelita.

Ellos se encontrarán en bailes y otros actos festivos, surgiendo entre los dos un alto vínculo emocional, y en el transcurso de tres meses ya son amantes. Un poco después Manuela le manifiesta a Bolívar que quiere colaborar en su gestión, tal es la insistencia que Bolívar le encarga su archivo privado, y desde entonces acompaña a Bolívar en diversas acciones de guerra, siempre en la retaguardia; sin embargo, el 9 de diciembre de 1.824, al lado del general Sucre, toma parte activa en la Batalla de Ayacucho.

Más adelante Manuela resuelve dedicarse a defender al Libertador de toda persona que desee hacerle algún mal, para ello crea una especie de Centro de Inteligencia con algunos militares de su confianza y la cooperación incondicional de dos leales sirvientas; esta iniciativa le evita a Bolívar muchos ataques. Los más significativos: Descubre la conspiración del coronel José Bustamante el 25 de Enero de 1. 827, en Lima. Impide el posible asesinato de Bolívar el 6 de Agosto de 1.828 en un baile de disfraces en Bogotá, al hacerlo salir de allí tempranamente. Y expone la vida al retener personalmente a unos asesinos en el palacio de San Carlos, Bogotá, el 25 de Septiembre de 1.828, mientras el Libertador escapaba por una ventana; es por este acto llamada: “LA LIBERTADORA DEL LIBERTADOR”.

Manuela, para el tiempo en que comienza su relación con Bolívar, era rica, instruida, de espíritu altivo y estaba, como suele decirse, bien casada, por consiguiente, la unión que tuvo con Bolívar solo pudo ser por amor, puro amor, sencillo amor, y Manuela preserva ese amor hasta el fin de su vida ocurrida en el pueblito de Paita, Perú, el 23 de noviembre de 1.856; donde fue confinada por ser considerada muy peligrosa por los usurpadores del poder. Manuela fallece de difteria 26 años después que su adorado Bolívar, su cuerpo enterrado en una fosa común y sus pertenencias, incluyendo un cofre en donde guardaba con gran celo cartas y documentos del archivo personal del Libertador, incineradas.

Entrando al año en que se cumplen los 210 aniversarios del nacimiento del adorado tormento del Libertador, se dedica este escrito al amor sincero y desinteresado de aquella mujer, y de muchas otras que en el mundo entero han dado, dan y darán su inalterable amor a otro ser, que desterrada y en la más espantosa pobreza paga el pecado de haber amado intensamente a Simón Bolívar; a quien protegió fielmente de sus enemigos en vida como después de muerto. Así mismo ocurre con Bolívar, en él se manifiesta con una fuerza asombrosa el amor que siente por Manuela y ello hace que en el momento de ir camino al destierro, profundamente decepcionado por la traición de algunas personas que creyó amigas, pueda sobreponerse mentalmente de su tragedia y lleno de esperanzas le escribe el 11 de Mayo de 1830:
MI AMOR, TENGO EL GUSTO DE DECIRTE QUE VOY MUY BIEN Y LLENO DE PENA POR TU AFLICCIÓN Y LA MÍA POR NUESTRA SEPARACIÓN. AMOR MÍO, MUCHO TE AMO, PERO MÁS TE AMARÉ SI TIENES AHORA, MÁS QUE NUNCA, MUCHO JUICIO. CUIDADO CON LO QUE HACES, PUES SI NO, NOS PIERDES A AMBOS PERDIÉNDOTE TU. SOY SIEMPRE TU MÁS FIEL AMANTE.

José M. Ameliach N.
Enero de 2.007

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