“La ambición, la intriga, abusan de la credulidad y de la inexperiencia de hombres ajenos de todo conocimiento político, económico o civil; adoptan como realidades las que son puras ilusiones; toman la licencia por Libertad, la traición por Patriotismo, la venganza por Justicia.”-Simón Bolívar-
Por JotaDobleVe
Ese tipo de fechoría pareciera ser normal, pero como a uno lo único que le queda es el sacrosanto derecho al pataleo, conmino a los interesados en el tema consultar al artículo en:
Quien lo haga podrá darse cuenta del vulgar plagio efectuado por el médico gringo el cuál, con egoísmo, propio del yanqui prepotente, no cita la fuente de la página bolivariana o el libro del Profesor Salazar Martínez; el tránsfuga galeno se circunscribe tan solo a hacer suyas las palabras de otros y la prensa, nacional e internacional, le hace, en forma cómplice el juego.
Ya hace bastantes años se ha cuestionado, no solo la causa de la muerte de Simón Bolívar, sino el qué si los restos mortales que hoy reposan en el panteón nacional sean o no realmente los del héroe patrio. Ya por los años 40’s o 50’s, en un muy serio cuestionamiento, el sabio venezolano Francisco «Pepe» Izquierdo durante múltiples declaraciones públicas y plasmado en su libro “El Cráneo del Libertador”, ponía en duda si los restos mortales de Simón Bolívar fuesen los que entregaran los colombianos, y sean los que reposan, hoy en día, en el Panteón Nacional; en aquella época politicastros adecopeyanos lo tildaron de loco olvidando que el sabio Francisco Izquierdo era el mejor anatomopatólogo del país.
Por otro lado más recientemente y dentro de un lote de documentos, los cuales un descendiente del español Joaquín de Mier entrego, hace unos cuatro años, a su primo lejano el investigador histórico, y miembro de nuestra organización, Jorge Mier Hofman, pareciera desenredarse la madeja de un nuevo misterio que rodea la muerte de Bolívar, revelándose lo que pudiese ser una de las primeras conjuras, y por ende de las intervenciones, gringas en territorio sudamericano, considerado ya desde entonces “su patio trasero”.
Mier Hoffman ha publicado, a la fecha, dos tomos del libro «La Carta», y ha dado una serie de conferencias, en donde plasma las dudas que existen alrededor de la verdadera personalidad del personaje que busca refugio en la Quinta San Pedro Alejandrino y si era, o no, realmente Simón Bolívar; y de ser un doble quien fenece en las cercanías de Santa Marta habría que aclarar cuál fue el papel pudieron haber jugado sus incondicionales Mariano Montilla, Fernando Bolívar, José Laurencio Silva, Portocarrero, Wilson, Ibarra, Cruz Paredes, José María Carreño y el resto de personas que rodearon la muerte del «doble» en la hacienda de marras, incluyendo el papel del “médico” Reverand y hasta del mismo Joaquín Mier. Por cierto, los hechos que surgen de los documentos aparecidos, parecieran confirmar en cierta forma las deducciones del Profesor Luis Salazar Martínez en su publicación.
Quien esto escribe no asume posición ante los hechos que parecieran colegirse de todo lo anterior ya que considera que la historia no se estudia con la tapa de la barriga sino con seriedad efectiva; claro que la duda surge desde el fondo de las pruebas presentadas y éstas me hacen ver claramente que una investigación mucho más a fondo es necesaria para que la verdad histórica sea rescatada; indagación que deberá efectuarse aún por encima de nuestra desgastada Academia de la Historia en donde sobran los carcamanes cagalitrosos del pasado los cuales se pelean entre sí las bombonas de un oxígeno que desde hace años no tienen. Academia formada por enquistados personajes quienes se mantienen como loros amaestrados parafraseando consejas pre aprendidas de viejos historiadores comprometidos con las más recalcitrantes castas oligárquicas del pasado.
Declaraciones sesgadas como las que hace el seudocientífico gringo en donde se plagia el artículo de la página bolivariana salen sobrando y resultan muy poco serias en estos momentos, sobre todo cuando pretende con afirmaciones, más políticas que serias, desvirtuar a priori las teorías de Jorge Mier hofman, ya que se hacen de antemano deducciones que buscan un fin y las cuales no son el resultado de una investigación histórica.
Para una investigación de este tipo sobran las posiciones sectarias, más apegadas a una tendencia política que ajustadas a la realidad de los hechos… sólo una pesquisa acreditada sería la que aclare lo que bien pudo ser una genial conjura en el pasado o una gran falsificación del presente.
Sobran también las estúpidas declaraciones de carcamanes con complejos de historiadores, y ridículas resultan las afirmaciones que hacen políticos y politiqueros buscando tribuna de figuración. Espero, que las facultades de nuestras universidades, con sangre joven, y en donde se enseña la Historia como una doctrina científica, se conforme un grupo multidisciplinario que pueda afrontar una sensata investigación que se arranque con las dudas expuestas por el sabio Pepe Izquierdo y termine con un estudio a fondo con lo indicado en los documentos dados a la luz pública por los Mier.
Por último quiere dejar en manifiesto que el cómo y dónde muere Bolívar, o el destino de sus restos no disminuye en lo más mínimo su grandeza… Bolívar ganó la gloria –y la inmortalidad- por su vida, no por su muerte, y los que realmente nos consideramos “bolivarianos” no podemos temer una seria investigación en ese aspecto.
Nos vemos en las teclas…
jotadobleve@gmail.com
www.simon-bolivar.org
"No puede creerse en la historia antigua, al ver como escribimos la moderna"
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