En esa Venezuela rural, que recorrí de joven, uno de los espectáculos más tristes a los que me enfrenté, fue las de aquellas familias campesinas que habían sufrido la desgracia de tener un hijo con cualquier tipo de problema mental, o un anciano con lo que el pueblo llama "demencia senil"… en la promiscuidad que resultaba del vivir en un rancho, de cuando mucho dos ambientes, el dormir en chinchorro (uno de los pocos lujos del campesino) hacía imposible muchas veces que el familiar con problemas conviviera con el grupo… Y ante la total indolencia de las autoridades, éste terminaba en un ambiente aparte, encadenado a la pata de un catre, desnudo y revolcándose en su propia inmundicia. Les aseguro mis amigos citadinos que ver uno solo de esos casos le socializa el corazón a cualquiera.
Los casos que conocí fueron múltiples, pero todos tenían el factor común de una amorosa madre, o una hija, con un gran sentimiento de culpa, que trataba de hacer lo que podía por su familiar en desgracia, sin poder hacer sino muy poco… y lo hacía siempre sola, el hombre, si es que lo tenía, se desentendía del familiar como de un expósito; pero la actitud más execrable era muchas veces las de los vecinos, quienes al ver que el enfermo se escapaba de su encierro gritaban: --- ¡¡AMARREN A SU LOCO!! ---
Siempre que pude traté de gestionar la entrada de esos casos a instituciones especializadas… años después y todos pudimos ver en lo que la Cuarta República, convirtió a esas instituciones. Una de las prioridades de la Misión Negra Matea debería de ser en estos casos.
Una de las instituciones que más cuida a sus ancianos, sobre todo cuando los longevos, bien sea por arterosclerosis o por el mal de Alszeimer, se discapacitan mentalmente, es la iglesia católica, apostólica y romana… todos hemos visto esas especies de de retiros dorados regados por toda Venezuela en donde estos señores o señoras, quienes le han dado una vida a… bueno, a lo que se lo hayan dado… pasan sus últimos años en un idílico descansar, cuidados por monjitas especializadas, buenos médicos y mejor comida. Es indudable que este tratamiento es más humano que el de los pobres del pueblo… y por cierto, aquel quien tenga el dinero suficiente, pague u ofrezca testar a favor de la iglesia (o las ambas cosas) podrá darse el lujo de pasar sus últimos días en alguno de esos placenteros sitios.
Pues bien, en esa situación es la que se encuentra el señor Rosalio Castillo Lara, quien retirado ya de obligaciones con la iglesia, y por lo que se ve, con indudables problemas con el señor alemán mencionado anteriormente, ha sido pasado a ese ¿bien? merecido retiro del guerrero.
Tengo entendido que uno de esos sitios idílicos de los Salesianos estaba por Macuto, cerca de donde se encontró por muchos años los despojos de una balsa encallada; es posible que con los diferentes problemas de Vargas, lo mudaran a otro sitio, más yo les aseguro que sea donde sea que esté confinado Rosario, estará mucho mejor que cualquier pobre (no quienes hagan votos de pobreza, sino que los practiquen) en sus mismas circunstancias.
Pero, que hace Rosario, en lugar de quedarse contrito rezando su tocayo, se fuga de su edén terrenal y anda con malas juntas, las cuales aprovechan su debilidad mental para hacerlo hacer el ridículo al ponerlo a repetir como loro amaestrado consignas que ya ni ellos mismo creen.
Y mis amigos, no me queda otra cosa que ser un mal vecino, y al ver al loquito suelto, no me queda otra cosa que mirar hacia la iglesia (sin distingo de ubicación) y gritar:
¡¡AMARREN A SU LOCO!!
JotaDobleVe
JWekker@gmail.com
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