LA VERDADERA LIBERTAD, REVOLUCIÓN, PATRIA...

La verdadera libertad, revolución, patria se demuestran en los pequeños actos de la vida...

"La revolución no se lleva en los labios para vivir de ella, se lleva en el corazón para morir por ella."

-Che Guevara-

Por: Javier del valle Monagas Maita (*)

A veces cuando reviso correos,  Facebook, Twitter, etc. Me quedo sorprendido del grado de desconocimiento (Por no decir ignorancia) reflejados en los mensajes que se ven o reciben por parte de la gran mayoría.  “Gran mayoría”, de los que allí se expresan. Muchos, primeramente se auto alaban, auto promocionan y auto publicitan, como si se tratase de un concurso bufo, en el cual el mejor promocionado sería el ganador. La mayor tristeza que me acongoja es cuando esos banales aspavientos de vanidad salen de las manos o bocas de quienes se dicen revolucionarios, anticapitalistas, marxistas y hasta chavistas.

Veo sus imágenes en fotos publicadas, luciendo suntuosos trajes, en actos de gala con un tío, hermano o amigo cualquiera o comparsa de incautos. Jactándose por un cargo burócrata cualquiera, en un escenario cualquiera,  diciendo de manera ególatra “aquí estoy yo, con…, este soy yo, con…, yo en tal lugar, con fulano, con el ministro…, con la doctora…, etc.” Exponiendo unas mesas suntuosas, con unos platos grotescamente vanidosos, acompañados con marcas de refrescos gaseosos venenosos, de esos que financian genocidios, infanticidios y feminicicios, de propiedad Sion judía criminal, cuyas marcas deliberadamente son destacados en las imágenes “revolucionarias y hasta con gestos burgueses mediocres”.

Que más que resaltar el origen del acto en si. Solo sirve para tratar de generar envidia y denotar que se tienen cobres para derrochar y para ofender la vista de quien tenga la infortuna de pasearse por dichas imágenes. Esos cerebros retorcidos, solo expresan en sus actos, la vanidad de estar en las esferas del poder de la revolución y de lo que pueden ostentar gracias a eso.  No se trata aquí de negar las comodidades necesarias, ni las posesiones necesarias para una vida decente. Se trata de destacar como esas mediocridades, son más ostentosos  y viciosos que los mismos ostentosos y viciosos del sistema, que dicen combatir. En verdad ellos son la mejor propaganda al capitalismo excluyente y derrochador.

La libertad de conciencia y de acción implica romper todos los lazos de dominación e imposiciones ideológicas que se  reconocen en las conductas elitistas y acomplejadas, sin importar el verbo o mensaje que se exprese.  No haría jamás un ser con conciencia, una exposición personal pública o privada, o grupal donde la jactancia y el complejo de superioridad sean lo más resaltante. En todo revolucionario, la humildad es guía y patrón de conducta. Es mediocridad auto resaltar nuestras propias capacidades y logros.  La función y tarea de un revolucionario es servir de guía y de ejemplo de conducta ejemplar. Nuestra libertad ha de ser para impulsar la libertad del prójimo y esa libertad solo la genera la conciencia, la identificación de los vicios y mañas que envuelven a las personas para atarlas a todo lo perverso y maligno que es el capitalismo, los dogmas, las religiones y sus consecuencias.

Un revolucionario no se jacta de sus dotes o posesiones. Su verbo es para señalar rutas de progreso ideológico y moral, destacar bondades y señalar errores, incluso los suyos. La dominación de la clase capitalista, consiste en sembrar en las mentes de las personas el egoísmo, la jactancia, la vanidad, el lucimiento de cosas y anti valores que solo pretende humillar o vejar al prójimo,  alimentando el ego individual en detrimento del beneficio colectivo. Así se siembra en las ambiciones personales individuales los anhelos de tener cosas y de acumular capitales a costa del dolor y la miseria de los demás.

Entonces los complejos impulsan a publicitar lo que se tiene y lo que se cree ser;  un revolucionario solo procura para sí y para los demás lo estrictamente necesario para una vida decente sin acumulaciones grotescas ni luciendo cosas banales. El capitalismo crea e impulsa necesidades ficticias o irreales. El revolucionario entiende perfectamente que la necesidad es todo lo que afecte a la vida y su calidad, en lo estrictamente necesario, sin exageraciones fútiles y sin ostentaciones absurdas.

Les pido, se paseen por su Facebook, por ejemplo. Y vean los materiales que allí se publican así podrán constatar lo que es el rimo de vida de una sociedad enferma y penetrada hasta los tuétanos de anti valores egoístas y de deseos homicidas de posesión de cosas insignificantes convertidas en artículos de primera necesidad. Incluso las marcas de ropa, autos, aparatos, etc., son parte de ese desvarió.  Esa es la razón básica de tantas guerras, muertes, invasiones y e injusticias mundiales.

La inconsciencia es el mejor vehículo de apoyo y sometimiento al capitalismo avaro y egoísta. Por tal razón la educación revolucionaria destaca los verdaderos valores morales y éticos del ser humano. No la predisposición de la obtención de cosas innecesarias y hasta dañinas. Un estado revolucionario no promueve el consumismo, ni la necesidad de posesión de cosas individuales innecesarias como el automóvil por ejemplo. Lo ideal es desarrollar sistemas colectivos de transporte público eficiente y de calidad. El vehículo individual, debe ser una excepción para ciertas necesidades.  Lo contrario es fiel a capitalismo y al estado burgués.

El ejemplo personal de conducta y acción del líder revolucionario es la mejor escuela de enseñanza hacia una sociedad revolucionaria socialista.  Ese es el inicio de la concientización de los pueblos. Asumiendo también al hogar como la escuela primaria de concientización humanista y revolucionaria. No hace falta ni siquiera hablar de marxismo, leninismo, maoísmo, etc. Solo conciencia humanista asumiendo esa máxima, se facilitaría el camino para el fin de la pobreza, las guerras, la discriminación, el odio, los imperios, los crímenes e invasiones sanguinarias.  

Los vemos en actos por la patria con camisas o franelas, zapatos alusivas a los poderes imperiales, sus logos de marcas explotadores, se desviven por tener un auto último modelo, sin recelos ni precauciones, no hacen las colas  que hace el pueblo y sus estantes de comida siempre están resueltos sin mayor esfuerzo. La patria para esta gente solo es una moda, tres colores y algunas estrellas visibles. El pueblo solo es el voto, el bulto, los que gritan y  los aplauden.

Por: Javier del valle Monagas Maita (*)

(*) Abogado con Patria
Javierdelvallemonagas@gmail.com
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