. . . para la desgracia de los apologistas del caos, el camino de la patria y del proceso transformador que en ella se está produciendo lo marca la Constitución . . . .
Por: Anónimo (*)
Caracas, una ciudad bulliciosa, estuvo impregnada el martes 5 de Marzo, de un silencio duro y contagioso. Los sucesivos anuncios dados por el vicepresidente Nicolás Maduro fueron instalando, primero, un duelo adelantado; más tarde, un llanto sereno: nuestro querido presidente había fallecido.
Ya por la noche, el ánimo dolido pero sereno de las concentraciones populares organizadas en postrer apoyo al comandante de la revolución bolivariana, contrastaba lacerante con la bullanguería de los “expertos habituales” quienes apenas podían contener la excitación imaginando transiciones en Venezuela. La vieja pretensión colonial de dar lecciones de democracia!
Pero para la desgracia de los apologistas del caos, el camino de mi patria y del proceso transformador que en ella se está produciendo lo marcan la Constitución y la voluntad popular.
Es preciso recordarlo, queridos compatriotas de la Patria Americana: no hay “transiciones” en procesos democráticos. En Venezuela se celebrarán elecciones en corto plazo y el poder político volverá a responder a las preferencias democráticas libremente expresadas. Tal como ha sucedido en 14 años con 19 procesos electorales. Ahora bien, puede ser que, una vez más, el veredicto emanado de los votos quizás no les guste ni a los privilegiados ni a los “expertos habituales”.
Quedan por supuesto muchas tareas por acometer y errores por corregir en Venezuela. Solo los procesos políticos imaginarios están exentos de problemas. Pero, como dice el presidente uruguayo José Mujica, los que aspiran a cambiar las cosas tienen que ser capaces de mejorar la vida de las gentes sencillas, mientras intentan cambiar todo lo demás.
El proceso político venezolano, que muchos de nosotros llamamos la Revolución Bolivariana, ha enfrentado un sinnúmero de tareas a la vez: conquistar la soberanía nacional, desmantelar el Estado oligárquico, construir un sistema de inclusión, producir un nuevo orden social, nuevas políticas públicas para las mayorías ignoradas, redistribuir la riqueza y derrotar a la miseria.
Todo ello al mismo tiempo que buscamos romper con la dependencia de la economía primaria exportadora, mientras ensanchamos su base económica, cambiamos la cultura popular consumista e individualista y generamos un imaginario nuevo que acompañe estas transformaciones sociales.
Y hemos hecho esto en un contexto de rendición de cuentas democrático; más intenso y con más frecuencia que el de ningún país europeo. Nuestro proceso tendrá, qué duda cabe, muchos agujeros, será incompleto, será insuficiente, pero está vivo y en manos de su pueblo. Se equivocan quienes le confían a la muerte las esperanzas de ganar lo que nunca pudieron con los votos.
A muchos nos duele infinitamente la ausencia física de nuestro comandante; mas después de haberle escuchado, de haberle admirado, de haber escrito sobre él.... de haberle tocado. Pero se nos muere habiéndose sembrado: Chávez ha cambiado ya a Venezuela.
Cuando en las calles de Caracas y de toda Venezuela centenares de miles gritan “Yo soy Chávez” no están haciendo retórica, están celebrando que ese nombre propio ya es común y designa a un bloque popular que hoy conduce al Estado y abre un nuevo tiempo político más justo y democrático.
Además, cuando ese mismo grito se escucha en otros rincones de nuestro continente, es porque ha cambiado también, en gran medida, a América Latina.
Y por lo que he podido escuchar en estos días, “algo” parece haber germinado también en el resto del planeta. Deduzco ello no solo porque incluso aquí en Dinamarca he alcanzado a oír “Jeg er Chavez” (Yo soy Chávez); sino más bien por la frenética insistencia de los “sospechosos” (perdón) “expertos habituales” por defenestrarlo y vituperarlo, tanto cuando estaba herido como ahora que ha fallecido. Aunque sinceramente, no creo que les funcione. Chávez vivo les ganó 18 elecciones, Chávez muerto les ganara nuevamente y por una ventaja impensable para los “expertos habituales” El candidato es Maduro y el Presidente será Maduro, pero el ganador es Chávez, duélale a quien le duela. Si Chávez vivo era imperdible, muerto es invencible.
Por favor compatriotas gran-americanos, no se dejen confundir. La “transición” en mi país comenzó de la mano y la voz de nuestro comandante desde aquel histórico “Por Ahora”. Cualquier otra interpretación del término entraría en contradicción con el mismísimo “orden celestial”.
Los venezolanos y las venezolanas, ahora tenemos patria. Sabemos que es una inmensa tarea, pero también sabemos que la soledad de los cien años no puede regresar.
Comandante te extrañaremos por siempre, pero ya le hemos puesto otra vez manos a la obra, tú obra, que seguirá viva por los siglos de los siglos.
Ya por la noche, el ánimo dolido pero sereno de las concentraciones populares organizadas en postrer apoyo al comandante de la revolución bolivariana, contrastaba lacerante con la bullanguería de los “expertos habituales” quienes apenas podían contener la excitación imaginando transiciones en Venezuela. La vieja pretensión colonial de dar lecciones de democracia!
Pero para la desgracia de los apologistas del caos, el camino de mi patria y del proceso transformador que en ella se está produciendo lo marcan la Constitución y la voluntad popular.
Es preciso recordarlo, queridos compatriotas de la Patria Americana: no hay “transiciones” en procesos democráticos. En Venezuela se celebrarán elecciones en corto plazo y el poder político volverá a responder a las preferencias democráticas libremente expresadas. Tal como ha sucedido en 14 años con 19 procesos electorales. Ahora bien, puede ser que, una vez más, el veredicto emanado de los votos quizás no les guste ni a los privilegiados ni a los “expertos habituales”.
Quedan por supuesto muchas tareas por acometer y errores por corregir en Venezuela. Solo los procesos políticos imaginarios están exentos de problemas. Pero, como dice el presidente uruguayo José Mujica, los que aspiran a cambiar las cosas tienen que ser capaces de mejorar la vida de las gentes sencillas, mientras intentan cambiar todo lo demás.
El proceso político venezolano, que muchos de nosotros llamamos la Revolución Bolivariana, ha enfrentado un sinnúmero de tareas a la vez: conquistar la soberanía nacional, desmantelar el Estado oligárquico, construir un sistema de inclusión, producir un nuevo orden social, nuevas políticas públicas para las mayorías ignoradas, redistribuir la riqueza y derrotar a la miseria.
Todo ello al mismo tiempo que buscamos romper con la dependencia de la economía primaria exportadora, mientras ensanchamos su base económica, cambiamos la cultura popular consumista e individualista y generamos un imaginario nuevo que acompañe estas transformaciones sociales.
Y hemos hecho esto en un contexto de rendición de cuentas democrático; más intenso y con más frecuencia que el de ningún país europeo. Nuestro proceso tendrá, qué duda cabe, muchos agujeros, será incompleto, será insuficiente, pero está vivo y en manos de su pueblo. Se equivocan quienes le confían a la muerte las esperanzas de ganar lo que nunca pudieron con los votos.
A muchos nos duele infinitamente la ausencia física de nuestro comandante; mas después de haberle escuchado, de haberle admirado, de haber escrito sobre él.... de haberle tocado. Pero se nos muere habiéndose sembrado: Chávez ha cambiado ya a Venezuela.
Cuando en las calles de Caracas y de toda Venezuela centenares de miles gritan “Yo soy Chávez” no están haciendo retórica, están celebrando que ese nombre propio ya es común y designa a un bloque popular que hoy conduce al Estado y abre un nuevo tiempo político más justo y democrático.
Además, cuando ese mismo grito se escucha en otros rincones de nuestro continente, es porque ha cambiado también, en gran medida, a América Latina.
Y por lo que he podido escuchar en estos días, “algo” parece haber germinado también en el resto del planeta. Deduzco ello no solo porque incluso aquí en Dinamarca he alcanzado a oír “Jeg er Chavez” (Yo soy Chávez); sino más bien por la frenética insistencia de los “sospechosos” (perdón) “expertos habituales” por defenestrarlo y vituperarlo, tanto cuando estaba herido como ahora que ha fallecido. Aunque sinceramente, no creo que les funcione. Chávez vivo les ganó 18 elecciones, Chávez muerto les ganara nuevamente y por una ventaja impensable para los “expertos habituales” El candidato es Maduro y el Presidente será Maduro, pero el ganador es Chávez, duélale a quien le duela. Si Chávez vivo era imperdible, muerto es invencible.
Por favor compatriotas gran-americanos, no se dejen confundir. La “transición” en mi país comenzó de la mano y la voz de nuestro comandante desde aquel histórico “Por Ahora”. Cualquier otra interpretación del término entraría en contradicción con el mismísimo “orden celestial”.
Los venezolanos y las venezolanas, ahora tenemos patria. Sabemos que es una inmensa tarea, pero también sabemos que la soledad de los cien años no puede regresar.
Comandante te extrañaremos por siempre, pero ya le hemos puesto otra vez manos a la obra, tú obra, que seguirá viva por los siglos de los siglos.
¡Uh, Eh, Chávez no se fue! Tú presencia se siente y se palpa en todos los rincones de la Patria Grande, se oye en el murmullo de las multitudes y se aprecia en el agradecimiento de tú pueblo noble, glorioso y sencillo.
Por: Anónimo (*)
(*) Nota.- Este escrito llega a mi con el espreso pedido de no reveler la fuente.
HUGO CHÁVEZ NO HA MUERTO,
¡¡ EN LA LUCHA POR EL SOCIALISMO VIVE !!
¡¡ EN LA LUCHA POR EL SOCIALISMO VIVE !!
Buenos días, no sé quien realmente es el autor de tan magistrales expresiones; pero quiero expresar con lágrimas en mis ojos, lágrimas que involuntariamente aparecen cada vez que de alguna manera se menciona, se lee o se escucha el nombre de mi Comandante Chávez; y con la conciencia clara y formada por nuestro máximo líder que este pueblo venezolano sabe qué hacer y hará lo necesario para continuar el legado de mi Comandante. Viva Chávez, Viva Venezuela y que Viva la Patria. Que orgullo haber nacido en esta época por el hecho de haber conocido a este héroe nacional; sigamos su ejemplo, comprometámonos a eso y en verdad si seremos Chávez; hasta la victoria siempre y...
ResponderBorrar¡¡Felicitaciones por su mensaje!!
Gracias por tu contacto y tus felicitaciones, quien lo escribió las leerá..
BorrarJW