...pero es dichosísimo aquel que corriendo por entre los escollos de la guerra, de la política y de las desgracias públicas, preserva su honor intacto... -Simón Bolívar-
Por: Guillermo Sáez Álvarez.
Lo llamaron dictador, déspota, autócrata, y hace poco, un sesudo “opinador” de oficio, ante las despreciables cámaras de una televisora aún más despreciable, al ver los ríos de gente, ese tsunami gigantesco, lleno de amor y devoción, lo llamó “paternalista”, al no encontrar en su mente vacía de neuronas, un calificativo capaz de minimizar o ridiculizar, pero en forma contradictoria y sin saber lo que decía, los anteriores de “dictador y déspota.”
El paternalista espera algo a cambio, por ejemplo: alguien que nunca ha tenido una actitud amable y cariñosa hacia la gente humilde y en época de elecciones, si es candidato, de repente lo vez cargando niños y abrazando viejitas, en busca de un voto. No debe confundirse la actitud paternal o maternal de los padres con el paternalismo.
Chávez, en cambio, fue siempre humanitario y bondadoso, lo cual es muy diferente. El humanitario y bondadoso, está siempre dispuesto a hacer el bien sin esperar nada a cambio, pero gana algo que no tiene precio: el amor.
El dictador y el déspota, como fueron Nerón, Calígula, y en los tiempos modernos, Rafael Leónidas Trujillo (chapita), Gómez, Pinochet, Pérez Jiménez, no podía aplicarse jamás a Chávez, si bien su discurso vehemente, duro, sin medias tintas, que le salía con el ardor del guerrero, enemigo de la injusticia y la maldad diabólica de aquello que él siempre combatió con su única arma: el verbo.
Combatió hasta el último segundo, con la valentía que siempre lo caracterizó con un implacable enemigo: el único que lo pudo vencer, no sin antes, con el mal en sus entrañas, se vino a su país a cumplir su última misión: dejar todo listo por lo que pudiese pasar, para luego marcharse de nuevo a la batalla que la ciencia no pudo derrotar
Regresó a su país, luchando aún, hasta dejar su último aliento a lado de los suyos, y al separarse su alma de su cuerpo físico, hacia la eternidad, de su pueblo que Dios quiso que la competiera con su gente, la gente a quien amó y no lo defraudó, ese pueblo que se desbordó como el Orinoco embravecido, como un tsunami de amor, el amor que supo sembrar y dio fruto, cuya semilla se esparció a lo largo y ancho de su pueblo y gran parte del mundo, y que seguirá fructificando para no morir jamás.
El paternalista espera algo a cambio, por ejemplo: alguien que nunca ha tenido una actitud amable y cariñosa hacia la gente humilde y en época de elecciones, si es candidato, de repente lo vez cargando niños y abrazando viejitas, en busca de un voto. No debe confundirse la actitud paternal o maternal de los padres con el paternalismo.
Chávez, en cambio, fue siempre humanitario y bondadoso, lo cual es muy diferente. El humanitario y bondadoso, está siempre dispuesto a hacer el bien sin esperar nada a cambio, pero gana algo que no tiene precio: el amor.
El dictador y el déspota, como fueron Nerón, Calígula, y en los tiempos modernos, Rafael Leónidas Trujillo (chapita), Gómez, Pinochet, Pérez Jiménez, no podía aplicarse jamás a Chávez, si bien su discurso vehemente, duro, sin medias tintas, que le salía con el ardor del guerrero, enemigo de la injusticia y la maldad diabólica de aquello que él siempre combatió con su única arma: el verbo.
Combatió hasta el último segundo, con la valentía que siempre lo caracterizó con un implacable enemigo: el único que lo pudo vencer, no sin antes, con el mal en sus entrañas, se vino a su país a cumplir su última misión: dejar todo listo por lo que pudiese pasar, para luego marcharse de nuevo a la batalla que la ciencia no pudo derrotar
Regresó a su país, luchando aún, hasta dejar su último aliento a lado de los suyos, y al separarse su alma de su cuerpo físico, hacia la eternidad, de su pueblo que Dios quiso que la competiera con su gente, la gente a quien amó y no lo defraudó, ese pueblo que se desbordó como el Orinoco embravecido, como un tsunami de amor, el amor que supo sembrar y dio fruto, cuya semilla se esparció a lo largo y ancho de su pueblo y gran parte del mundo, y que seguirá fructificando para no morir jamás.
Por: Guillermo Sáez Álvarez.
golokapati4@hotmail.com
12 de marzo de 2013
golokapati4@hotmail.com
12 de marzo de 2013
HUGO CHÁVEZ NO HA MUERTO,
¡¡ EN LA LUCHA POR EL SOCIALISMO VIVE !!
¡¡ EN LA LUCHA POR EL SOCIALISMO VIVE !!
No hay comentarios.:
Publicar un comentario
Los comentarios sólo representan la opinión de las personas que los emiten. Son moderados y nos reservamos el derecho de publicación.