Perú 21 (http://www.peru21.com/) censuró esta columna
por Ricardo Ramos-Tremolada
Gane quien gane mañana, este proceso electoral nos dejará más de una lección, tanto para nosotros, los ciudadanos, como para nuestros políticos, sean éstos tradicionales o novatos, outsiders o insiders.
¿Qué podemos aprender? Mucho, creo yo.
Primero, el Perú real, el Perú excluido, ha decidido hablar. Y no en voz baja, al parecer. El mismo Alan García lo ha dicho ya: Humala es un semáforo en rojo que el país le está poniendo a su frívola clase política. Por lo tanto, hay que castigarla. Enhorabuena que el expresidente García tome nota de ello y, además, tenga la sensatez de asumir su propia responsabilidad. Sabemos que nuestros políticos no sólo se han distinguido por su frivolidad sino también por su levedad ética, su falta de imaginación y de visión de futuro. Ello lo percibe la mayoría de la población. Ello explica también su indignación.
Simple: no se siente parte de un sistema que la excluye y de un sistema que descaradamente se ríe de su pobreza.
Ello no es poco. A pesar de la inercia de nuestros gobernantes, el Perú está vivo. Lo prueba el hecho que los que no tienen voz pueden tenerla si realmente se lo proponen. Enorme poder que estas elecciones están demostrando. ¿Evidencias? Casi todos los grupos políticos se han visto obligados a modificar su discurso luego de percatarse de la aludida luz roja. Por lo tanto, este sistema debe ser reformado, gane quien gane, porque no sirve a las grandes mayorías. Caso contrario, cualquier cosa puede suceder. Así, nuestros políticos tienen que entender que, más que la venia de Washington o los millones de los apostólicos "dueños del Perú", lo primero que tienen que tener en cuenta son las necesidades del país.
En ese sentido, creo que es legítimo el llamado de Valentín Paniagua: mañana no debemos votar por el menos malo sino por el candidato que represente, para cada quien, la mejor opción, individual y colectivamente hablando. Debemos ir a votar sin miedos ni rencores. No vivimos un escenario apocalíptico, entendámoslo bien. Existe hoy un importante reordenamiento internacional de fuerzas políticas, aún en curso. Y gobernante que lo ignore, sea de derecha o de izquierda, perderá la brújula tarde o temprano. Eso sí: estamos asistiendo a los prolegómenos de un gran cambio. Acaso no sea inmediato, mas estoy seguro que este puede ser el principio, siempre y cuando estemos dispuestos a comprometernos con nuestro propio futuro.
Conclusión: acaso el mejor resultado para el país sea uno donde ninguno de los candidatos gane holgadamente. Ello pondría a prueba la capacidad, cuando no la voluntad, de concertación de nuestros políticos. No sólo importa cuánto saquen Ollanta, Alan o Lourdes sino también cuánto logren avanzar los otros candidatos, sean Paniagua, Chávez, Lay, Villarán o quien decida el elector. Porque sólo un escenario plural obligará a todos a sentarse alrededor de una mesa y a pensar, sin triunfalismos, en lo que pueden hacer colectivamente por el país. He ahí, tal vez, la clave de las elecciones de mañana.
(Perú21, NO PUBLICADO, sábado 8 de abril de 2006)
Contactese con Perú.21. Escríbanos si tiene alguna opinión o sugerencia a: lectores@peru21.com
"La libertad siempre tendra a su favor el testimonio de la conciencia, la experiencia asertiva que tienen los hombre morales en su compromiso con la dignidad de todos..., los cobardes la niegan, viven del azar y la pragmatica satisfacción de sus egolatras frustraciones" (DAR)
"Que contundente batalla dieramos si nos UNIMOS, no importan los peligros si nuestra voz rebelde se levanta en otras almas para empuñar todas las armas contra el imperio, nuestra UNIDAD es el eslabón que falta tejer para la victoria...Juramos que llegara el día en que juntos podremos decir a nuestros martires y heroes, su sangre no fue en vano compañeros, hoy somos dignos y libres, podeís descanzar en paz..." (DAR)
por Ricardo Ramos-Tremolada
Gane quien gane mañana, este proceso electoral nos dejará más de una lección, tanto para nosotros, los ciudadanos, como para nuestros políticos, sean éstos tradicionales o novatos, outsiders o insiders.
¿Qué podemos aprender? Mucho, creo yo.
Primero, el Perú real, el Perú excluido, ha decidido hablar. Y no en voz baja, al parecer. El mismo Alan García lo ha dicho ya: Humala es un semáforo en rojo que el país le está poniendo a su frívola clase política. Por lo tanto, hay que castigarla. Enhorabuena que el expresidente García tome nota de ello y, además, tenga la sensatez de asumir su propia responsabilidad. Sabemos que nuestros políticos no sólo se han distinguido por su frivolidad sino también por su levedad ética, su falta de imaginación y de visión de futuro. Ello lo percibe la mayoría de la población. Ello explica también su indignación.
Simple: no se siente parte de un sistema que la excluye y de un sistema que descaradamente se ríe de su pobreza.
Ello no es poco. A pesar de la inercia de nuestros gobernantes, el Perú está vivo. Lo prueba el hecho que los que no tienen voz pueden tenerla si realmente se lo proponen. Enorme poder que estas elecciones están demostrando. ¿Evidencias? Casi todos los grupos políticos se han visto obligados a modificar su discurso luego de percatarse de la aludida luz roja. Por lo tanto, este sistema debe ser reformado, gane quien gane, porque no sirve a las grandes mayorías. Caso contrario, cualquier cosa puede suceder. Así, nuestros políticos tienen que entender que, más que la venia de Washington o los millones de los apostólicos "dueños del Perú", lo primero que tienen que tener en cuenta son las necesidades del país.
En ese sentido, creo que es legítimo el llamado de Valentín Paniagua: mañana no debemos votar por el menos malo sino por el candidato que represente, para cada quien, la mejor opción, individual y colectivamente hablando. Debemos ir a votar sin miedos ni rencores. No vivimos un escenario apocalíptico, entendámoslo bien. Existe hoy un importante reordenamiento internacional de fuerzas políticas, aún en curso. Y gobernante que lo ignore, sea de derecha o de izquierda, perderá la brújula tarde o temprano. Eso sí: estamos asistiendo a los prolegómenos de un gran cambio. Acaso no sea inmediato, mas estoy seguro que este puede ser el principio, siempre y cuando estemos dispuestos a comprometernos con nuestro propio futuro.
Conclusión: acaso el mejor resultado para el país sea uno donde ninguno de los candidatos gane holgadamente. Ello pondría a prueba la capacidad, cuando no la voluntad, de concertación de nuestros políticos. No sólo importa cuánto saquen Ollanta, Alan o Lourdes sino también cuánto logren avanzar los otros candidatos, sean Paniagua, Chávez, Lay, Villarán o quien decida el elector. Porque sólo un escenario plural obligará a todos a sentarse alrededor de una mesa y a pensar, sin triunfalismos, en lo que pueden hacer colectivamente por el país. He ahí, tal vez, la clave de las elecciones de mañana.
(Perú21, NO PUBLICADO, sábado 8 de abril de 2006)
Contactese con Perú.21. Escríbanos si tiene alguna opinión o sugerencia a: lectores@peru21.com
"La libertad siempre tendra a su favor el testimonio de la conciencia, la experiencia asertiva que tienen los hombre morales en su compromiso con la dignidad de todos..., los cobardes la niegan, viven del azar y la pragmatica satisfacción de sus egolatras frustraciones" (DAR)
"Que contundente batalla dieramos si nos UNIMOS, no importan los peligros si nuestra voz rebelde se levanta en otras almas para empuñar todas las armas contra el imperio, nuestra UNIDAD es el eslabón que falta tejer para la victoria...Juramos que llegara el día en que juntos podremos decir a nuestros martires y heroes, su sangre no fue en vano compañeros, hoy somos dignos y libres, podeís descanzar en paz..." (DAR)
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